Los conductores ancianos causan menos accidentes que los jóvenes
Estadísticas federales de Estados Unidos muestran que los conductores con mayor tendencia a provocar accidentes son los jóvenes y los ancianos. Los porcentajes de accidentes fatales son altos en adolescentes, luego van declinando hasta los 30 años de edad, permaneciendo relativamente estables hasta la edad de 60 años, cuando la tasa de accidentes aumenta nuevamente a medida que se incrementa la edad.
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Ahora, un nuevo estudio, llevado a cabo por el psicólogo David Strayer y sus colaboradores de la Universidad de Utah, establece claras diferencias entre ambos grupos de edad, y profundiza en los factores que hacen más segura la conducción de los mayores pese a su capacidad más lenta de reacción.
El estudio incluyó a 20 adultos con edades comprendidas entre los 65 y 74 años de edad, y 20 adultos con edades comprendidas entre los 18 y 25 años. Todos ellos tenían visión normal y licencia válida para conducir. Las pruebas preliminares mostraron que las personas más viejas eran más lentas en procesar información, tal como se esperaba.
Strayer y sus psicólogos sacaron a "pasear" a los participantes del estudio en un simulador de alta tecnología. En el simulador, los participantes estaban rodeados por tres pantallas que mostraban escenas de autopista y tráfico, incluyendo un automóvil que, marchando a paso moderado delante de ellos, frenó intermitentemente 32 veces. Si los participantes fallaban en pisar los frenos, acababan colisionando con la parte trasera de este automóvil.
Comparando los conductores jóvenes con los más viejos, éstos eran más lentos al pisar el freno cuando lo necesitaban, tendían a pisarlo dos veces, y tardaban más tiempo en recobrar la velocidad anterior.
Durante las simulaciones, seis participantes chocaron contra el coche que iba delante de ellos. Cuatro de los accidentes fueron provocados por un anciano y tres jóvenes, mientras hablaban por teléfono. A los otros dos (un anciano y un joven) les ocurrió sin usar teléfono.
Aunque el número de colisiones es aún bajo para realizar un análisis estadístico válido, sí apoya la tendencia observada en otros estudios. Strayer hace notar que los conductores jóvenes chocaron el doble que los ancianos, y que éstos, si tenemos en cuenta su lentitud de reflejos, supieron, comparativamente, desenvolverse de un modo más seguro que los jóvenes cuando conducían hablando por teléfono.
Strayer explica que ello se debe a que los conductores más viejos tienen también mayor experiencia, y suelen arriesgarse menos. Tienden, por ejemplo, a mantener una mayor distancia de seguridad con el vehículo que va delante de él. Si bien su capacidad de reacción es más deficiente que la de los jóvenes, conducen con tanta cautela que tienen menos probabilidades de causar un accidente, en comparación con los jóvenes. Pero, por otra parte, son significativamente más propensos a recibir impactos en la parte trasera de su automóvil, debido a su baja velocidad.
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