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Tras los baby boomers

Cuando 65 millones de ciudadanos estadounidenses pasen a jubilarse de aquí a 2010, el guatemalteco Salim Dahdah estará esperándolos con los brazos abiertos. Como presidente de CFB Corporación invertirá US$ 40 millones en Guatemala para desarrollar dos pueblitos neourbanísticos o comunidades para que muchos de ellos se vayan a vivir ahí.

AmericaEconomia.com
Vernick Gudiel,
Guatemala

Pero no es el único. Los baby boomers, como se les denomina a las generaciones de estadounidenses nacidos después de la segunda guerra mundial, hasta 1964, buscan lugares soleados y paradisíacos para pasar sus días de retiro, y son la gran apuesta de los empresarios inmobiliarios de la región, quienes trabajan con ahínco desarrollando para ellos lindas residencias erigidas en exclusivos resorts con marina y campos de golf con vista al mar.

Hasta hace unos años, los baby boomers solían comprar residencias en Florida o California; sin embargo, la sobrepoblación y el alza sostenida en los precios de los bienes raíces han volteado sus ojos hacia el sur, fijándose en destinos más baratos en Latinoamérica, como México, Costa Rica, Panamá, donde pueden vivir cómodamente. Con su pensión de retirado, su poder adquisitivo se quintuplica en los países de la región, y les atraen la cultura, las playas, la música, la comida y la gente.

Donde mejor se han aprovechado los dólares de estas oleadas de jubilados adinerados es en México, donde se estima reside una cuarta parte de los 4 millones de estadounidenses que viven en el extranjero. En lugares como Playa Rosarito, en Baja California, se han asentado más de 15.000 estadounidenses en los últimos meses. E incluso ya circula un diario en inglés, el Baja California Times.

Sin embargo, países como Costa Rica y Panamá, desde 1998 y 2002, y últimamente Guatemala y Honduras, desarrollan proyectos que compiten por captar su atención. “En el área de Chiriquí y Bocas del Toro, Panamá, se han desarrollado proyectos inmobiliarios que superan los US$ 400 millones”, según Josep Ros Santasusana, un consultor español que elaboró un informe para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El empresario estadounidense Sam Taliaferro, quien puso a la región panameña de Boquete en el mapa de los baby boomers con su proyecto Valle Escondido, cree que en el área se invertirá como mínimo US$ 700 millones. Proliferan las empresas como Prima Panamá, del propio Taliaferro, y otras como Boyds Realty, Panama Options, Panama All in One, Move to Panama, o la pionera Panama Relocation Services, fundada en 1998, que ofrecen a los jubilados traslado, asesoría en visas, mudanzas, y bienes raíces, entre otros servicios, por comisiones que van desde US$ 199
“El plan para 2018 es tener 14.000 casas construidas, y la inversión sólo en la compra de las viviendas podría alcanzar los US$ 9.800 millones”, señala un estudio de la desarrolladora de proyectos de bienas raíces canadiense Intracorp.

Y eso sin considerar los US$ 1.600 millones en empleos directos e indirectos. “Alguien tiene que cuidarlos cuando envejezcan”, afirma Juanita Váldez, una enfermera de la zona. Se estima que cada comprador gasta entre US$ 200.000 y US$ 500.000 en la adquisición de su residencia, y una familia residente gasta US$ 24.000 por año en consumo. En Costa Rica la inversión extranjera en el sector inmobiliario ascendió a US$ 176 millones en 2004 y US$ 224 millones en 2005, donde las regiones costeras de Guanacaste y Puntarenas, captaron los mayores montos.

Con tabla de surf
El surf, la construcción y los dólares mueven la economía de Tamarindo en Guanacaste, donde los condominios cercanos a la playa se venden entre US$ 160.000 y US$ 1 millón. La llegada de estadounidenses como Diana Zimmerman, quien arribó hace 10 años a Tamarindo para aprender surf, montó una escuela (de surf por supuesto) y se quedó a vivir, así como el resto de extranjeros pensionados que vienen, han disparado los precios de los bienes raíces en la zona.

El desarrollo alcanzado por México, Costa Rica y Panamá no amilana a Salim Dahdah, presidente de CFB Corporación, quien ya anunció que invertirá US$ 40 millones en desarrollar dos proyectos en Guatemala: La Española Puerto Viejo y La Española Nuevo Petén. “Mi negocio no es sólo vender casas, sino vender un estilo de vida que sea único”, afirma Dahdah. Ya tiene los planos listos, y en los próximos meses iniciará la construcción de ambos proyectos, que espera estén concluidos y totalmente vendidos para 2015.

El proyecto La Española Puerto Viejo se desarrollará en el costero municipio de Iztapa, Escuintla, sur de Guatemala. Tendrá un hotel de cinco estrellas con 30 habitaciones, helipuerto, marina para anclar yates, 140 residencias y 12 torres de 72 apartamentos, con un precio inicial de US$ 250 mil. Además de un campo de golf diseñado por el famoso Jack Nicklaus, ícono en la historia del golf como jugador y como diseñador de campos, con el hoyo 18 desembocando frente al mar.

Mientras que al norte La Española Nuevo Petén estará ubicado a 600 metros del Aeropuerto Internacional del Mundo Maya, contará con un centro de negocios, 140 residencias, 12 torres con 72 apartamentos, acceso directo al lago Petén Itza, y muy cerca de la milenaria ciudad de Tikal, que fuera la ciudad principal del imperio Maya.

La ventaja estratégica de La Española es que combina lindas playas y bellezas naturales con cultura. “Guatemala no tiene nada que envidiarle al resto de Centroamérica, cuenta con ciudades históricas como La Antigua, gran riqueza cultural y arqueológica como Tikal, sólo debemos explotarlo y difundirlo más”, agrega Domingo Arévalo, encargado de imagen corporativa. CFB Corporación ya cuenta con una oficina en Arizona para promocionar el proyecto, además de una cartera de clientes compuesta por estadounidenses casados con guatemaltecas, y turistas que se han interesado por descubrir el país, señala.

La competencia por captar el potencial económico de los baby boomers, que se ha estimado en unos US$ 2.000 millones anuales (o US$ 33.000 por cada uno), promete ponerse al rojo vivo. El inversionista estadounidense Fredy Dellis, socio principal de Resorts of the World, adquirió por US$ 11,5 millones el 25,5% de las acciones de Los Micos Beach and Golf Resort, un megacomplejo residencial y hotelero en Bahía de Tela, Honduras.

El proyecto, en el que participan inversionistas extranjeros y locales en co-inversión con el Ministerio de Turismo de Honduras, promete ser el proyecto más grande y ambicioso de la región. Según Thierry de Pierrefeu, el ex ministro de Turismo de Honduras, el proyecto se desarrollará en un área de 312 hectáreas con 3,2 km de playa en la costa caribeña cercana a importante zona de reserva natural en donde viven aves exóticas.

Éste contará con siete lotes para complejos hoteleros de 4 y 5 estrellas que harán un total de 1.920 habitaciones, seis conjuntos residenciales con capacidad para 168 villas, un lote para centro comercial, centro de convenciones, residencial para empleados, y un campo de golf diseñado por Gary Player.

Paralelamente se desarrollará un muelle para cruceros con el objetivo que la Bahía de Tela se convierta en el principal agente detonador de la actividad turística nacional y beneficie a 40.000 habitantes de la zona. Según Pierrefeu, Los Micos Beach and Golf Resort constará de dos fases: la primera requerirá una inversión de US$ 145 millones, y la segunda etapa, un monto similar, para totalizar los US$ 300 millones, cuando esté concluido en 2010.

Todas inversiones que están modificando las costas de Centroamérica y que tienen un ojo puesto en los nuevos ancianos del norte para transmitirles un mensaje: bienvenidos al paraíso.