En Estados Unidos, autoridades médicas aconsejan a jubilados sumarse a ONG
Un vaso de agua limpia, un inodoro, los alimentos mínimos. ¿Es mucho pedir en una América latina con enormes reservas de agua y que puede producir comida para tres veces su población? ¿Es mucho pedir cuando hace la diferencia entre la vida y la muerte para los niños? En Perú se ha constatado que una letrina de pozo en una vivienda reduce la incidencia de la diarrea infantil en un 50% y un inodoro en un 70%. Hay en la región 60 millones de personas sin agua potable, 120 millones sin instalaciones sanitarias adecuadas, y 55 millones con hambre.
Bernardo Kliksberg
La Nación Suplemento Solidario
Sábado 16 de Diciembre de 2006
La desatención a estos problemas tiene que ver con que no están en la agenda prioritaria. Una ciudadanía cada vez más participativa y consciente exige que estén.
Pero además hay quienes en la región y el mundo quieren hacer ya la diferencia. Hay voluntarios cada vez más imaginativos en busca de ayudar al Estado, que es quien debe fijar y ejecutar las políticas centrales.
Es el caso de Laifer, que descubrió que con menos de 10 dólares por persona por año podía salvar a los niños y las madres de Africa de morir por la malaria, y estableció “zonas libres de ese mal” en ese continente.
El mismo impulso alienta inspiradoras iniciativas latinoamericanas y argentinas como, entre muchas otras, Fe y Alegría (15 países), que da cursos por radio a las mucamas para que puedan hacer la primaria y la secundaria; Faça Parte (Brasil), que introdujo el voluntariado en miles de escuelas; el Banco de Alimentos de Buenos Aires, que entrega mensualmente 250.000 kg de alimentos a 343 instituciones de la Capital y el Gran Buenos Aires, en beneficio de 52.000 personas; Nuestros Hijos (Buenos Aires), que tomó 300 niños de la calle y ha roto todos los mitos sobre su irrecuperabilidad, rehabilitándolos a casi todos; Cáritas, que atrae en toda la región a un ejercito silencioso de voluntarios.
¿Los voluntarios se sacrifican? No. Felicidad interior es lo que transmitían voluntarios como Albert Schweitzer, viviendo con los leprosos, o la Madre Teresa, velando por los parias de la tierra en Calcuta.
¿Tiene futuro el voluntariado? En una encuesta realizada en Estados Unidos a personas de entre 50 y 70 años, el 60% dijo que quería usar la próxima etapa de su vida en mejorar su comunidad. Las autoridades médicas de ese país dicen que quienes que están cercanos al retiro no deberían pensar en dedicarse a pescar, sino en integrarse a ONG como Cáritas, AMIA, Red Social, Banco de Alimentos, etcétera, porque eso puede aumentar considerablemente su esperanza y calidad de vida.
El autor es asesor principal del PNUD para América latina
http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/solidarios/nota.asp?nota_id=868244