Según expertos consultados por Clarín, la abundante publicidad y la promoción "inescrupulosa" conducen a la automedicación irresponsable. Y denuncian que no se informan debidamente los efectos adversos.
Valeria Román
04.04.2007 | Clarin.com
Las publicidades en medios masivos de los medicamentos de venta libre exageran los efectos positivos de los productos, esconden los efectos adversos o los problemas que se pueden generar si se toman con otros fármacos e inducen a consumir sin consultar a médicos o farmacéuticos, poniendo en riesgo la salud. Es lo que advierten especialistas consultados por Clarín, quienes alertan sobre casos de publicidades engañosas.
"Hay una promoción inescrupulosa que incita a consumir más medicamentos como si fueran productos sin riesgos", afirmó Guillermo Zucal, director ejecutivo de Consumidores Argentinos. Otros especialistas de universidades públicas y privadas y de la Asociación de Agentes de Propaganda Médica, consultados por Clarín, también coinciden con el diagnóstico.
"Dicen que los fármacos sirven para todos, pero los estudios revelan que son útiles para grupos específicos", afirmó Ana Cristina López, de la Universidad de Córdoba (ver Exageran...). En tanto, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) reconoció que las publicidades se controlan luego de ser emitidas.
"Las publicidades deberían informar tanto los beneficios como los riesgos", señaló Zucal. "Existe una buena normativa sobre la publicidad de medicamentos, pero se debería cambiar el control". Desde enero de 2005, rige una norma por la cual ANMAT fiscaliza las publicidades después de que son emitidas.
Según contó a Clarín una fuente de la ANMAT, el organismo contrató a una empresa auditora de medios gráficos, radiales y televisivos y a partir de 2005 se fiscalizan las publicidades de remedios después de su emisión.
"El mecanismo del ANMAT está funcionando bien, pero —opinó Zucal— no es totalmente apropiado desde el punto de vista del consumidor. La demora producida entre la detección y la evaluación hace que las publicidades se emitan durante un tiempo prolongado. Y si el mensaje no cumple con los parámetros recomendados, puede inducir a error o a engaño al consumidor desprevenido". Como ejemplos, la entidad de consumidores mencionó el caso de una publicidad que recomendaba un tipo de aspirina diaria para prevenir infartos. "Mostraba un hombre obeso comiendo sin control. El mensaje erróneo invitaba a pensar que cualquier desarreglo se solucionaba con el producto, ya que previene la posibilidad de infarto".
Zucal señaló también que la mayoría de "las publicidades de antiácidos invitan a comer sin límites y no mencionan las consecuencias de una mala alimentación". Otro caso es el de un aviso de un analgésico, en el que un hombre se cae de un transporte en movimiento. "Se incorpora sin ningún tipo de consecuencia visible, por lo que se podría pensar —erróneamente— que el analgésico cumple un rol preventivo", comentó.
Desde la ANMAT opinan: "Creemos que los medicamentos deberían venderse sólo en farmacias. Por lo cual, tras ver las publicidades de los medicamentos de venta libre, los consumidores pueden ir a la farmacia y ser guiados por un profesional, que les ayudará a tener un conocimiento más acabado y decidir".
En defensa del sistema de control actual de las publicidades, la fuente de la ANMAT afirmó: "Antes controlábamos las publicidades de empresas que se presentaban ante el organismo. Ahora, controlamos todo, después de su emisión. Creemos que la situación mejoró mucho desde el cambio". En el organismo público argumentaron que incluir tanto los beneficios como los efectos adversos podría "confundir". "Las publicidades deben ser claras —puntualizó—. Es mejor que los consumidores lean el prospecto y que consulten al médico ante la menor duda".
http://www.clarin.com/diario/2007/04/04/sociedad/s-03001.htm