Gerontología - Universidad Maimónides

« Descubren proceso genético del mal de Alzheimer | Página Principal | Mal de Parkinson: en 20 años, habrá el doble de pacientes »

Hogar seguro, sin barreras

centro_amia.JPG


En Chacarita: Centro Le Dor Va Dor

Con una superficie de 14.000 m2, el nuevo centro de la AMIA para adultos mayores incluye 132 habitaciones, salas y unidades de atención especial, totalmente accesibles

La Nación Arquitectura
Miércoles 11 de Abril de 2007

El cuidado de los adultos mayores es una de las prioridades de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), el American Joint Distribution Committee, la Asociación Filantrópica Israelita y la Fundación Tzedaka, que construyeron el nuevo Hogar y Centro de la Comunidad Judía Le Dor Va Dor, en Guevara 465, Chacarita, inaugurado a fines de marzo último.

Se trata de un centro pensado integralmente con criterio gerontológico. El proyecto y la dirección estuvieron a cargo de los estudios Dujovne-Hirsch y Asociados, y Grinberg-Dwek-Iglesias, que viajaron a Estados Unidos para observar centros similares, y donde también se asesoraron con el estudio Eastman-Perkins, uno de los que más hogares construyó en ese país en los últimos 30 años.

En este centro funcionará una residencia de larga estada, con capacidad para 290 internos, en 132 habitaciones, salas especiales, unidad de cuidados especiales y otra para residentes con Alzheimer; un centro de día, que albergará diariamente a 70 personas, y una unidad de cuidados domiciliarios dará respuesta a consultas sobre asistencia, orientación para eliminar barreras arquitectónicas y disminuir accidentes en el domicilio particular.

"Necesitábamos un hogar de calidad para atender a personas de bajos recursos y también a los que puedan pagar. Esto lo hará sustentable económicamente", explican el licenciado Alejandro Kladniew, director general del Joint para América latina, y Fabio Kornblau, prosecretario 1° de AMIA.

Fábrica reciclada

El edificio tiene una superficie cubierta de aproximadamente 14.000 m2, distribuidos en cuatro plantas, y cumple con las normas de seguridad y accesibilidad. Se construyó sobre la estructura de una vieja fábrica, que ocupa un terreno con doble frente, con ingreso principal sobre Guevara, y secundario sobre Fraga. "Era una gran planta con dos patios en el corazón del edificio, entonces organizamos toda la actividad y toda la articulación alrededor de ese espacio", describen los arquitectos Berardo Dujovne y Silvia Hirsch.

En la primera etapa hubo que hacer demolición -a cargo del ingeniero Alberto Fainstein- para abrir esos patios y reforzar la estructura, porque también se quitó una gran cantidad de columnas para lograr una mayor flexibilidad y funcionalidad.

Cada planta se articula en torno de un espacio central conformado por un estar público y un comedor. En planta baja, alrededor de este espacio se encuentran la administración y los servicios: una biblioteca especializada y abierta a la comunidad en general, un gimnasio de rehabilitación, una sala de terapia ocupacional, una sinagoga, salas recreativas y de esparcimiento.

En el primero y segundo piso están las habitaciones y el centro médico, y en el tercero hay una terraza-jardín. La abundancia de espacios comunes es una característica distintiva. "Es un concepto residencial, porque si se abre la puerta de la habitación en lugar de un pasillo se accede a ese espacio central", destacan los arquitectos Jaime Grinberg y Adriana Dwek. Esta modalidad tiene un doble fin: permite una mejor vinculación entre las personas residentes y los temporarios, pero al mismo tiempo facilita la visibilidad y el control con menor cantidad de personal.

Otro factor importante es el ingreso pleno de luz natural, con ventanas perimetrales en todos los espacios; y cenital, a través de una gran abertura revestida de cristal, que atraviesa todas las plantas. "Nuestro compromiso como arquitectos era lograr esta relación interior-exterior en un espacio urbano", destacan los arquitectos. La comunicación entre plantas es muy eficiente, con tres núcleos verticales principales, dos en los extremos y uno lateral en la mitad del edificio. Esto facilita la evacuación en caso de incendio, porque cada planta se puede dividir en dos con un muro cortafuego, previa movilización de la gente hacia uno u otro sector. Todos los espacios disponen de aire acondicionado graduable, con grupo electrógeno, baños amplios y accesibles, y control centralizado. Los asesores en Aire Acondicionado y Paisajismo fueron el ingeniero Carlos Grinberg (GFSA) y Cora Burgin, respectivamente.

El centro está preparado para una futura expansión, pues se prevé construir otro edificio de cuatro plantas en el fondo del lote. "La zona es ideal por sus ventajas geográficas y urbanísticas, es céntrico, pero tiene la tranquilidad propia de un barrio", concluyen los arquitectos.

Fernando G. Caniza

http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/arquitectura/nota.asp?nota_id=898869
LA NACION | 11.04.2007 | Página 1 | Arquitectura

Powered by
Movable Type 3.33