Compendio estadístico de la OMS apunta con elocuencia a los puntos críticos
Lo más obvio es que muchos países pobres no invierten lo suficiente.
Una inmensa desigualdad en cuanto a los recursos asignados al sector salud son patentes en las Estadísticas Mundiales de Salud 2007 que dio a conocer la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Ginebra, las cuales también registran un aumento en la mortalidad debido a enfermedades no transmisibles.
Los datos son lamentablemente claros: se habla de un síndrome 20/90 en la asignación de recursos. Treinta países desarrollados de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) tienen en su conjunto menos de 20 por ciento de la población mundial, pero gastan 90 por ciento de los fondos disponibles para salud.
En un ejemplo más concreto, los países de la OCDE destinaron en 2004 a salud unos 3 mil 170 dólares estadunidenses. Los países de África y el sudeste asiático, cerca de 36 dólares.
Así, Suazilandia podía presumir de tener 0.16 médicos y 4.24 enfermeras por cada mil habitantes. Para Estados Unidos, los datos son 2.56 médicos y 9.37 enfermeras por cada mil habitantes. ¿México? A menos de medio camino: 1.98 médicos pero sólo 0.90 enfermeras por cada mil habitantes.
¿Causas? Desagregando datos de Mozambique se dedujo que los cuatro factores base detrás de los problemas de desarrollo infantil eran: la fuente de agua potable, el ingreso del hogar, la ubicación geográfica y la ocupación de la madre.
El informe ofrece 50 indicadores de salud homologados lo más posible para los 193 estados miembros de la OMS, además de destacar las tendencias en diez renglones monitoreados más estrechamente.
Según la OMS, “el envejecimiento de la población global resultará en aumentos significativos en el número total de muertes causadas por la mayoría de las enfermedades no transmisibles, en particular el cáncer, sobre los próximos 30 años”.
Conforme al reporte, “se proyecta que habrá entre 2002 y 2030 grandes declinaciones en la mortalidad para todas las principales causas transmisibles, maternales perinatales y nutricionales, con excepción del VIH sida”.
En el año 2030, los cuatro asesinos más visibles serán las cardiopatías isquémicas, las embolias, el VIH sida y la enfermedad obstructiva pulmonar.
La publicación también contempla aspectos de mortalidad materna, tasas de mermas en el crecimiento infantil debidas a la malnutrición, acceso de las personas a tratamientos apropiados, factores de riesgo para la mala salud y más datos.
Al presentar el reporte ante la asamblea, la directora general de la OMS, Margaret Chan, se concentró en la necesidad de disponer de evidencias precisas y estadísticas actualizadas como cimiento de decisiones de política sólidas.
“Datos y estadísticas de salud confiables son el cimiento de las políticas, estrategias, evaluación y monitoreo de salud”, dijo Chan en Ginebra. “La evidencia es también la base de una información de salud sensata para ofrecer al público en general”.
Como ejemplo de cuán necesario es tener información fiable, los datos sobre mortalidad materna del 2000 sólo contaron con 35 por ciento de datos registrados. En 39 por ciento de los casos se estimó la mortalidad usando modelos matemáticos.
Para el reporte de 2007, la OMS recibió informes fechados en 2004 ó 2005 de 64 países, pero estimó que los sistemas de recolección de estadísticas sólo funcionan idealmente en 29 naciones.