Tenía un carisma y una simpatía inmensos. A veces se quedaba con el diariero o con el portero un largo rato conversando. Yo le decía: pero Ramón, perdés tiempo. 'No ¿me respondía¿, de cada uno, yo aprendo'. Siempre pensó que la salud pública se transformara en algo maravilloso." Así, la viuda del doctor Ramón Carrillo (1906-1956), Susana Pomar de Carrillo, alumbró el aspecto de la personalidad de su marido que la enorgulleció siempre.

Hace unas semanas un grupo del sector energético de Brasil, el Grupo Alubar, distinguió a Carrillo, uno de los más importantes médicos sanitaristas de la historia de nuestro país y primer ministro de Salud de la Nación, con un libro sobre su historia ("Dr. Ramón Carrillo, de Santiago del Estero a Belém do Pará"), que además describe el legado de su obra en más de cien páginas ilustradas con fotos de época.

"Llamó la atención este argentino, quien, a pesar de su excelente trayectoria médica y de gestión en la salud pública, debió abandonar su país, para morir pobre y en el exilio. Casi por un raro capricho del destino, Belém, la capital del estado de Pará, donde nació nuestra empresa, fue también la que lo acogió en sus últimos dos años de vida y lo vio morir", dijeron los directivos de Alubar René Peterlin, José María Barale y Miguel Arnaudo.

Durante la celebración, que se realizó en el Aula Magna de la Academia Nacional de Medicina, a uno de los cuatro hijos del ilustre médico la emoción le impidió continuar con el discurso. Ramón Carrillo (55) rompió en llanto. Su padre murió en el exilio, empujado por la dictadura de Pedro Eugenio Aramburu, el 20 de diciembre de 1956. Ramón, su hijo, apenas tenía cinco años.

"Este homenaje tiene más valor que otros porque lo hizo gente que conoce su obra y que lo admiró por lo que conoció de él", enfatizó Ramón. Luego destacó que no quería hablar de la vida con su padre porque "sólo tengo recuerdos tristes. Era muy chico", y agregó que prefería hablar del legado que les dejó: "Nos dio el ejemplo acerca de cómo teníamos que ser en la vida, cómo guiarnos, ser honestos, trabajadores y que siempre debíamos tratar de ayudar a los demás."

Para el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, "en la salud pública de la Argentina hubo un antes y un después de Carrillo. El mejoramiento de las condiciones de vida, la estructura hospitalaria y la infraestructura sanitaria se lograron en un período increíblemente corto".

El santiagueño Ramón Carrillo, quien a los 27 años ya era un neurocirujano consagrado, creó 234 hospitales como titular del Ministerio de Salud, más de 50 instituciones (Instituto del Quemado, Instituto de Hemoterapia, Instituto de Tórax, entre otras). En tres años hizo prácticamente desaparecer la endemia del paludismo y los cambios que promovió mejoraron los hábitos y condiciones alimentarias de los argentinos, cuya esperanza de vida era de 61,7 años cuando fue elegido ministro y ascendió a 66,5 en sus ocho años de gestión.

http://www.clarin.com/diario/2007/05/28/sociedad/s-03201.htm