Gerontología - Universidad Maimónides

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MEDICACION Y POLIMEDICACION - ADICCIONES EN TERCERA EDAD

Dado el carácter del problema de la drogadependencia en todo el mundo, y siendo el abuso de psicotrópicos uno de los mas comunes, cualquier esquema de planificación no puede concebirse sin políticas de conjunto, que contemplen globalmente la búsqueda de soluciones para los flagelos que azotan a nuestra sociedad: aislamiento, soledad, abandono, marginalidad, pobreza, desocupación, haberes exiguos, jubilaciones económicamente insuficientes y socialmente excluyentes, etc.

DR. RICARDO A. BLANCO
MEDICO GERONTOLOGO

Con respecto a la prevención y tratamiento de la
drogadependencia, en general se han manejado conceptos que, con la pretensión de abarcar todo el campo, actúan como obstáculos para la comprensión del mismo, a saber:


1.- LA DROGADEPENDENCIA, EVALUADA EN UN SENTIDO UNIVOCO Y RESTRINGIDO, COMO EL CONSUMO DE DROGAS PROHIBIDAS.

Esto no es así, pues la realidad nos indica que se debe entender por este concepto el abuso y dependencia físico y/o psíquico de cualquier sustancia (alcohol, tabaco, fármacos permitidos, drogas ilegales, etc.), y la misma sociedad es, a veces, la cómplice de esto.

La rentable industria de los medicamentos, con inmensas y costosas propagandas propiciando el uso de fármacos y psicofármacos como la solución a todos los problemas, condicionan muchas veces con sus intereses transnacionales, las políticas de salud de los países llamados elegantemente: “en vías de desarrollo”.


2.- SE INTENTA PRESENTAR LA PROBLEMATICA DE LA DROGADICCION UNICAMENTE COMO LA RESULTANTE DE LA DESINTEGRACION FAMILIAR.

Según este concepto, la única causa de la drogadicción serian los problemas familiares, lo cual no es cierto, ya que existen otros factores endónenos y exógenos que llevan a ella.

3.- SE CONSIDERA A LA DROGADICCION COMO UN FENOMENO UNIVERSAL, AISLADO DE LAS CONDICIONES DEL DESARROLLO POLITICO, ECONOMICO Y SOCIAL DE LOS PAISES.

Desde ese mito, la gente se drogaría por iguales causas y circunstancias en un país desarrollado y tecnológicamente avanzado, como en un país pobre y subdesarrollado.

Esta es una curiosa forma de guardar dentro de una misma bolsa, los efectos de las sociedades de hiperconsumo, junto a la realidad de un país pobre.

La tergiversación de valores en la estructura de los roles familiares y las perdidas de modelos creíbles para nuestra sociedad -sumado a años de soberanía popular arrebatada, a los chicos de la calle, al genocidio no sangriento de los jubilados, a una juventud tronchada en legitimas aspiraciones, a la patria contratista y demás corrupciones favorecidas por el empobrecimiento de los países satélites, no puede equipararse con la supertecnología, el ingreso económico abundante y el confort, desde donde la gente se oferta y se demanda como en la vidriera de los supermercados, de los países ricos.

En este esquema general están inmersas también las personas de la tercera edad.


ADICCIONES INDUCIDAS

ADICCION AL USO DE FARMACOS EN TERCERA EDAD

Los medicamentos ocupan un lugar central en la vida de muchos adultos mayores, que trasciende su aplicación controlada, con fines terapéuticos específicos y cuyo uso, muchas veces compulsivo, reviste características adictivas, aun cuando no sea esta condición esperable para algunas de las drogas implicadas.

En esta categoría se encuentra el uso de la aspirina como inductora de un mejor estado de animo para enfrentar las tareas cotidianas, el uso irracional de laxantes, el consumo de protectores gástricos, en general asociados a los analgésicos y antinflamatorios.

Todos ellos sostenidos indefinidamente en el tiempo.

Es frecuente la búsqueda en el fármaco de alivio a malestares imprecisos, probablemente vinculados a formas enmascaradas de la depresión, que no son adecuadamente abordadas.

La importancia de esta circunstancia convierte a la poli medicación en uno de los grandes síndromes geriátricos y obliga a que, ante descompensaciones de diversa índole, deban usarse inicialmente técnicas de lavado de drogas, para descartar su incidencia en la situación patológica que se enfrenta.
Las personas mayores de 65 años consumen:
30% de las drogas prescriptas 40% de medicamentos de venta libre.

Las reacciones a las drogas pueden ser responsables de más del 10% de las internaciones y de las permanencias hospitalarias prolongadas.

El porcentaje de consultas que determinan indicación de 2 o mas fármacos es:
población general 27% adultos mayores 40%

90% de los mayores de 65 años consume por lo menos un fármaco.
70% consume dos o mas farmacos.
40% de los de los mayores de 65 años ambulatorios consumen psicofármacos.

En las residencias para mayores se administran entre 5 y 7 fármacos promedio.
75% son psicofármacos.

Hasta un 40% de las internaciones se producen por enfermedades inducidas por fármacos de utilidad incierta
33% de los pacientes mayores de 60 años hospitalizados consumen antinflamatorios con motivos confusos de administración.
La tercera parte no experimento mejoría.

20% presenta efectos colaterales indeseados.
20% de los mayores de 70 años internados en un hospital experimentan como mínimo una reacción medicamentosa adversa.

Incidencia de interacciones:

Con 3 fármacos 3 a 5% con mas de 7 fármacos 20%

CONSUMO DE PSICOTROPICOS EN LA TERCERA EDAD:

El uso de psicofármacos es, en lo mayoría de los casos, de origen iatrogénico.
Adicción inducida con intenciones terapéuticas

La incidencia de accidentes de transito, caídas y las resultantes lesiones traumáticas suben dramáticamente entre la gente de mayor edad con el consumo de psicofármacos.

Especialmente, cuando se usan en combinación con otros medicamentos, aumentando la incidencia de efectos negativos de orden cognitivo y otros efectos adversos en esta población.

El abuso del consumo de psicotrópicos en la tercera edad podría encuadrarse dentro de tres causas principales:

PRIMERA CAUSA:

El no asumir que el envejecimiento es un fenómeno biológico, universal, progresivo, ineludible e irreversible, que comienza en el instante mismo del nacimiento y, por lo tanto, las potencialidades de la tercera edad no son las mismas que las de la juventud.

Esto lleva a no poder sobrellevar las perdidas bio – psico – sociales, y el adulto mayor que se encuentra ante una sociedad que es cada vez mas hostil, comienza a padecer el aislamiento, la soledad y la falta de comprensión y, como consecuencia de esto, pasa a la automedicación de psicotrópicos, o a solicitarlos insistentemente al profesional tratante.

El profesional tratante -a veces por comodidad- accede al pedido, sin tener en cuenta la ecuación riesgo - beneficio y consecuentemente la posibilidad de transformar al anciano en dependiente de esa droga. esto hace entrar al anciano en un circulo vicioso, donde el abuso de psicotrópicos lo desconecta de la realidad y, por consiguiente, quienes lo rodean lo marginan aun mas.

Las drogas no pueden sustituir el amor, el cariño, el afecto y el tiempo que se le debe dedicar al adulto mayor

SEGUNDA CAUSA:

La polimedicación, buscando paliar efectos indeseables de los mismos medicamentos.
Para explicar esta causa es conveniente utilizar un ejemplo:

Existen personas de la tercera edad que llevan una vida normal, sin angustias y con una muy buena inserción familiar; en determinado momento, como es lógico, aparecen algunos trastornos físicos mínimos: disminución de la memoria, ligera perdida del equilibrio, algún mareo, etc., que le produce algunas molestias y por lo tanto, quiere que desaparezcan.

En el mejor de los casos, esta persona de la tercera edad consulta con un profesional médico, que muy pocas veces es geriatra y generalmente, sea necesario o no, se le indica un vasodilatador periférico, pues según un criterio erróneo pero muy difundido, “todos los viejitos tienen que tomar siempre algún vasodilatador”.

Estos fármacos, que tienen indicaciones precisas y deben ser utilizados previo estudio del paciente, no actúan todos de la misma forma, algunos actúan sobre las aminas despertadoras y, aunque cumplen con su objetivo de vasodilatadores, en muchos casos producen insomnio.

El anciano ante esto consulta nuevamente al profesional tratante, el que, en vez de buscar las causas y quizás producir un cambio en la medicación, ve mas fácil actuar sobre los efectos, recetándole un psicotrópico para que el paciente pueda dormir, induciéndolo también quizás impensadamente, a la dependencia de ese fármaco.

En algunos casos estos psicotrópicos producen efectos secundarios, y nuevamente el medico los trata sintomáticamente con otros fármacos, que también pueden producir efectos secundarios, y así sucesivamente.

Esto da como resultado, que al cabo de unos pocos días, el paciente este ingiriendo una impresionante cantidad de medicamentos. Caemos así en la polimedicación, que es sumamente nociva para los mayores.

Esto que fue solo un ejemplo, se ve frecuentemente en distintas patologías y en múltiples prescripciones médicas. La situación se agrava cuando, además, se agrega la automedicación, por propia decisión o por consejo de algún familiar, amigo o vecino.

La polimedicación tiene el agravante que, un niño al ir a saludar a su abuelo, al pie de la cama observa la mesita de luz colmada de fármacos, que:

“RESUELVEN TODOS LOS PROBLEMAS”

y el niño crece consumiendo el modelo que los fármacos solucionan todos los problemas.
Ese puede ser el primer paso hacia la drogadicción.

TERCERA CAUSA:

La drogadicción del anciano impuesta por el medio que lo rodea. en este punto queremos denunciar la complicidad institucional, profesional y familiar, que existe en algunos lugares, manteniendo al anciano drogado con psicofármacos

“PARA QUE NO MOLESTE”

A la mayoría de los adultos les resulta muy incomodo aceptar al anciano, con sus limitaciones y deterioros propios de la edad, y en vez de preocuparse por integrarlo tal cual es, prefieren anularlo en sus acciones y expresiones por medio de los psicotrópicos, transformándolo de esta manera en un objeto fácilmente manejable y que requiere poca dedicación, acudiendo para ello a la complicidad del profesional, la que frecuentemente encuentran.

En el caso de los mayores institucionalizados en centros, sanatorios, hospitales y, muy especialmente, en residencias para mayores, se agrega a lo antedicho la complicidad institucional, ya que un paciente que no molesta, requiere menos dedicación y menos personal que se ocupe de el.
Como vemos, existe también la conveniencia institucional de mantener al anciano saturado de psicotrópicos.

La persona mayor impregnada con psicotrópicos es despojado de una de sus partes esenciales: el ejercicio de sus deberes y derechos.
Se le configura artificialmente una perdida de interés en el presente, instalándolo en el pasado y tendiendo a infantilizarlo o impotentizarlo por medio de ataduras farmacológicas.

Esta realidad hace que el mayor quede incapacitado para desenvolverse dentro de la sociedad, forzándolo a una obligada ociosidad. Por consiguiente, se derrocha la historia de una comunidad, y se le niega a esta las posibilidades de desarrollo en un futuro.


PROPUESTA DE OBJETIVOS A CUMPLIR:

En pos de una mayor aproximación a la solución del problema de la drogadicción en general y del abuso de psicotrópicos en particular, y desde un esquema preventivo, pueden discriminarse dos tipos de objetivos: objetivos generales y objetivos específicos.


OBJETIVOS GENERALES

- Partir de los emergentes sintomáticos visibles de la población, para acceder a las causas mas profundas de la patología.

- Favorecer la toma de conciencia en la población de la gravedad del daño actual, así como del daño potencial.

- Facilitar desde la reflexión y la acción la reestructuración de nexos solidarios en la población, con especial énfasis en la vinculación intergeneracional.

OBJETIVOS ESPECIFICOS

- Detectar los principales factores de riesgo: soledad, aislamiento, desesperanza, psicopatológicas, acceso indiscriminado a fármacos, problemas económicos, trastornos físicos, desintegración familiar, etc.

- Estimar indicadores de salud – enfermedad: tasas de incidencia y prevalecía, población en estado de riesgo –incluyendo dentro de estos análisis de las familias o individuos que ya tienen establecidas en sus vidas adicciones como alcoholismo, tabaquismo, fármaco dependencia, obesidad, etc., también aquellos con estilo de vida adictivo o personalidad preadictiva, y detección de poblaciones en grave riesgo.

- Esbozar modalidades diferentes de intervención de los trabajadores de la salud en aspectos atinentes a la prevención, asistencia y rehabilitación. se deben conformar equipos interdisciplinarios en estrecha conexión con las organizaciones de la comunidad, es decir, atender a la ubicación y formación de los recursos humanos de las instituciones, buscando la solución de los problemas en el contexto en que surgen, y con los elementos naturales de la zona.

- Integrar el problema de la drogadependencia dentro de otras campañas y programas preventivos de las instituciones, sin poner el eje en los aspectos tradicionalmente informativos de los riesgos y consecuencias de la adicción, dado que no es por desinformación que se ingresa a la conducta adictiva.


DICHAS CAMPAÑAS DEBERIAN INCLUIR:

A) La concientizaciòn del problema a través de la estimulación del dialogo intergeneracional (mecanismo indirecto).

B) La solidarizaciòn entre la mayor cantidad posible de miembros de la comunidad, estableciendo ágiles coordinaciones interinstitucionales y trabajos constantes con organizaciones intermedias.

C) La provisión de los elementos operativos de distinta envergadura, con los que se pueda apuntar desde las instituciones, para achicar los grupos sociales predisponentes de la drogadependencia. procurar lograr formas concretas de participación en problemáticas sociales, integración en proyectos colectivos, formas especificas del ejercicio de la solidaridad, facilitación de distintos canales de inserción en la comunidad, buscando la participación de los miembros de la tercera edad, en la planificación, ejecución y auto evaluación critica, de planes realizados por las diferentes organizaciones e instituciones a las que pertenecen.

REFLEXION FINAL:

Seria importante que las superestructuras que se crean para la lucha contra el problema de la drogadicción, no se quedaran en actitudes solamente declamatorias (congresos, simposios, ateneos, jornadas, etc.), sino que esto se reflejara en acciones concretas con la comunidad, utilizando la multiplicidad de respuestas de esta, donde residen fuentes inagotables de cambio y creación.

EL ENCUADRE SOLAMENTE MEDICO, PSICOLOGICO, JURIDICO, POLICIAL O RELIGIOSO NO HACEN MAS QUE DELEGAR EN ALGUNOS LO QUE ES:

RESPONSABILIDAD DE TODOS.

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