No es que pierdan el sentido del humor, la sonrisa, o las ganas de divertirse. Lo que les ocurre es que se les escapa el sentido de algunos chistes. Simplemente no los entienden. Es la conclusión de un estudio que acaba de publicar la prestigiosa revista de la Sociedad Internacional de Neuropsicología: prueba que llegada cierta edad, los mayores pierden la habilidad para entender los chistes y las bromas más complicadas.

Según los investigadores de la Universidad de Washington que lideraron el estudio, la falta de comprensión de cierto humor se debe a que los mayores tienen cada vez menos flexibilidad cognitiva, menos razonamiento abstracto y menos memoria inmediata. La conclusión surgió tras una serie de pruebas en las que participaron 80 personas: 40 adultos de entre 65 y 80 años y 40 estudiantes de 20 años.

Las pruebas consistieron en completar chistes y cuentos cómicos que se repartieron entre los participantes, quienes tuvieron que agregar "remates" graciosos a cada historia cómica.

En algunos casos se les dio cuatro finales posibles entre los que tenían que elegir: una respuesta era la frase que completaba exactamente el chiste, otra era graciosa pero sin relación con el inicio de la broma, la tercera no era cómica y la última era incongruente.

Según Brian Carpenter, profesor de psicología de la Universidad de Washington, el rendimiento de los más jóvenes fue superior en un 6% con respecto a los mayores en la prueba de chistes verbales, donde se midió la reacción de los participantes. Los más jóvenes también fueron superiores en la categoría de cuentos cómicos: su reacción fue superior en un 14%.

Según Wingyun Mak, estudiante de posgrado que también lideró el estudio con Carpenter, el grupo de personas mayores falló notablemente al elegir la respuesta correcta. "Las diferencias estadísticas fueron significativas", opinó.

Para Carpenter, el estudio no tuvo el objetivo de determinar qué encuentra gracioso la gente, sino establecer si capta lo que se supone que es cómico. "Hay mecanismos mentales básicos para comprender lo que ocurre en un chiste. Los más viejos pueden tener algún déficit en ciertas áreas cognitivas, y por eso tienen dificultades para comprender los chistes".

"Básicamente, nuestro estudio se enmarca en la idea de la relación entre habilidad mental y comprensión del humor de las personas -dijo Mak-. La gente sabe que hay habilidades mentales que disminuyen cuando envejecemos. Nuestra memoria a los 80 no es tan buena como a los 20. Teniendo eso en cuenta, ¿cómo se inserta en nuestro entendimiento del humor? El humor es un proceso mental de alto nivel", destacó.

Este estudio diferencia lo que es encontrar graciosa una broma y simplemente identificarla. "No necesitan encontrarla divertida, tan sólo entender cómo funciona. No queremos decir que las personas mayores no tienen sentido del humor, sino que hay cierto tipo de bromas que son más difíciles de entender para los mayores", aseguró Mak. Y agregó: "Este es el primer paso para entender cómo funciona la comprensión del humor en las personas mayores".

Para la argentina Graciela Zarebski, directora de la especialización en Psicogerontología de la Universidad Maimónides, es una investigación interesante: "Es congruente con la experiencia que tenemos con nuestros mayores".

De todas maneras, la especialista hace dos salvedades: si el tiempo dado a los mayores fue diferente ("la comprensión es más lenta"), y si la clase de chistes presentados fue de un humor muy actual o moderno, ("es comprensible que no capten cierto humor que no es de su época, o de su cultura").

Zarebski destaca la diferencia entre la dificultad para la comprensión de cierto humor, y la predisposición para divertirse: "Hay personas mayores que se ríen más que otras, es una cuestión de personalidad. O incluso hay mayores que se ríen de si mismos, y ese, es un buen signo de sabiduría".

http://www.clarin.com/diario/2007/07/13/sociedad/s-03601.htm