Gerontología - Universidad Maimónides

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Los que logran sentirse jóvenes después de los 65

Activos en la tercera edad
Tras jubilarse, se animaron a emprender nuevas actividades

Si es cierto que uno tiene la edad de sus proyectos, ellos encontraron el elixir de la vida. Tienen más de 65 años y a pesar de haber superado la edad jubilatoria se sienten más vitales que nunca. Por eso, decidieron barajar y dar de nuevo. Empezar una carrera universitaria, poner un emprendimiento y hasta volver a casarse.

La Nación
Lunes 17 de marzo de 2008

Alberto tiene 74 años y va por su segundo posgrado en arquitectura. Mercedes tiene 67 y hace un año transformó su casa, que había quedado muy vacía sin los hijos, en un bed & breakfast (cama y desayuno: un hospedaje de servicios básicos) y le va muy bien. “Tripliqué mi jubilación”, se entusiasma. Norma, de 65, dejó de ser profesora de matemática y abrió su propia casa de comida naturista.

Todos ellos son parte de los 5 millones de argentinos mayores de 65 años. “Hoy, un argentino de esa edad tiene por delante 15 años de vida y está en mitad de su segundo ciclo activo, explicó a LA NACION Inés Passanante, investigadora del Indec y miembro del Centro de Investigaciones Sociológicas UCA/Conicet.

Alberto Pintabona tiene 74 años y está convencido de que vive una de las mejores etapas de su vida. Es arquitecto y hace diez años, después de que sus seis hijos volaran del nido, él y su mujer decidieron vender la casona de 600 m2 que tenían en Belgrano y salir en búsqueda de ese sueño que tantas veces habían acariciado como postergado: mudarse a Mar del Plata y comenzar una nueva vida en la que no hubiera espacio para el estrés.

"Tuvimos que esperar que los chicos estudiaran, que hicieran la colimba, que se casaran..., pero por fin llegó el momento y nos decidimos a aprovechar ese tiempo de revancha que nos dejó la vida: tenemos vitalidad y podemos cumplir nuestro sueño antes de envejecer", cuenta. Todos los días camina 8 km y prepara la tesis del segundo master, que lleva hecho desde que se mudó a Mar del Plata.

En la Argentina, más del 13,4% de la población superó la edad de jubilación. En 1960, eran sólo el 5,6% de los habitantes. En la Capital, en tanto, de los casi tres millones de habitantes el 23% tiene más de 60 años.

No es casualidad que cada vez sean más las personas que a esa edad empiezan a estudiar una carrera universitaria. Un estudio dirigido por el licenciado José Yuni, investigador del Conicet, en diez universidades de todo el país evidencia que cada vez son más los que se inscriben en las facultades. Yuni entrevistó a más de 1500 alumnos, de entre 50 y 86 años. Un 76% descubrió que le interesaban temas por los que antes no sentía ninguna inquietud, un 80% confesó que se sentía con más vitalidad y ganas de vivir, un 79% admitió tener una imagen más positiva de su persona, mientras que un 76% reconoció mayor aceptación a los cambios de la edad.

Algo similar ocurre con todos aquellos que conservan una buena idea para emprender un nuevo desafío en la edad madura. Y se animan a aquello que siempre soñaron, como abrir un restaurante, un hotel, mudarse al Sur o instalar aquel negocio que siempre soñaron administrar.

Ocurre que hoy la gente llega en mejores condiciones a la edad madura. Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 2004, en la Argentina, una de cada cuatro mujeres de 60 años hace deporte más de tres veces por semana a un ritmo enérgico. Siete de cada diez dijeron no tener dificultad para caminar y subir escaleras. Y el 60% no tiene problemas para agacharse o arrodillarse.

La esperanza de vida más alta (especialmente la femenina) hace cada vez más tardía la llegada a la ancianidad en relación con la duración total de la vida, explicó Passanante. Hoy, el 38% de las argentinas mayores de 65 años, trabaja. En la Capital, alcanza el 50%.

La nueva vida de Alberto

"Una vez que nos mudamos, me di cuenta de que había que cubrir muchas horas en las que antes trabajaba y llenar las expectativas del lugar nuevo. Empecé a correr, pero eso sólo me ocupaba la mañana. Entonces, tuve que redescubrir qué hacer con mi tiempo libre. Me anoté en un master", cuenta Pintabona.

La especialización elegida fue, primero, Gestión y Patrimonio, y después, Arquitectura urbana. "Volver a estudiar fue volver a vivir. En la universidad, te encontrás con generaciones que tienen un tercio de tus años."

Alberto no sabe cómo llamar a la edad en la que se encuentra, pero dice que sin duda no se llama vejez. Todas las mañanas, después de hacerse tiempo para leer en profundidad los diarios y de desayunar con su mujer, sale a caminar unos ocho kilómetros. Esto sí, apura el paso cerca del mediodía para encender el fuego del asadito... lujos que puede darse a diario en esta nueva etapa. "Cuando llegás a los 60, crees que un montón de cosas se acabaron, pero es mentira. Volver a tomar los libros, pasar noches preparando un trabajo práctico... te hace olvidar que tenés 70 años. Si te sentís bien, nunca sos viejo."

Por Evangelina Himitian
De la Redacción de LA NACION

http://www.lanacion.com.ar/996304