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A ponerse en marcha

La actividad física es beneficiosa en todas las etapas de la vida. A los más chicos les da un mejor dominio del cuerpo y en los adultos brinda bienestar. Además ayuda a prevenir enfermedades y evita el envejecimiento prematuro.

Por: Constanza Durán
23.05.2008 Clarín.com


La pasión que despierta el mundial de fútbol, un partido de Copa Davis, una final de las Leonas, o un juego de básquet en los Juegos Olímpicos es inigualable. Los argentinos consumen muchísimo deporte, y si bien desde el sillón exigen que su equipo "transpire la camiseta", son muy pocos los que salen a transpirar la propia.

Lejos de otros países de América latina como México, dónde el 70 % de los adultos realiza actividad física o de Chile, dónde hace ejercicio el 60 %; en la Argentina el 46,2% de la población realiza una actividad deportiva frecuente, según la encuesta nacional de factores de riesgos del Ministerio de Salud.

El sedentarismo, es decir, la carencia de actividad física regular en la vida cotidiana, trae como consecuencia el aumento de factores de riesgo para múltiples enfermedades: diabetes, hipercolesterolemia, hipertensión arterial, infarto de miocardio, osteoporosis, obesidad y cáncer (de colon y de mama). Y además, tiene implicancia psicológica, ya que baja la autoestima e incrementa el riesgo de depresión.

Por otra parte, hacer ejercicio con frecuencia atenúa los efectos del paso del tiempo y rejuvenece a los que lo practican hasta 10 años en comparación con los amantes del sofá y la televisión. Esto es lo que han descubierto científicos del King's College London, en el Reino Unido.

Y este mal no es exclusivo del vertiginoso ritmo de vida que llevan los adultos. Los más chicos también pueden sucumbir ante él y padecer las mismas consecuencias. En la actualidad el potrero, la rayuela, el elástico, la mancha y la soga le dieron paso a los videojuegos, a la televisión y al chat. Los resultados de una encuesta nacional entre alumnos de primero a tercer año del nivel medio, arrojan que sólo el 10 % realiza actividad física diaria.


"Los niños sedentarios no gastan energía, no les gusta moverse prefieren estar quietos en sus casas frente a la televisión o a la computadora. Y un indicio para estar alertas es el sobrepeso", señala Oscar Casanovas, pediatra y deportólogo.

Al ponerse en movimiento, los más chicos logran un mejor dominio de la coordinación y del equilibrio, aprenden a controlar su respiración, toman conciencia de su propio cuerpo y adquieren una mayor orientación espacial y temporal. Los niños que no realizan actividad física no desarrollan su máximo potencial psicomotor y crecerán con desventajas con respecto a niños que sí la realizan. Actividades básicas como atrapar, lanzar , balancearse, arrojar, correr con cambios de dirección y trepar son formas de juego que desarrollan la coordinación, la agilidad, la orientación y el conocimiento del propio cuerpo en movimiento.

"Los beneficios en el desarrollo que pierden por las horas no realizadas de actividad física o juego en movimiento son difíciles de recuperar cuando son más grandes, y así perderán la posibilidad de desarrollar al máximo sus capacidades físicas", sostiene la doctora Patricia Sangenis, especialista en Medicina del Deporte. Los niños tienen mucha energía para "quemar". No están preparados para ser sedentarios, estar quietos no es algo natural de la niñez.

"Es fundamental el estímulo de los padres, es necesario que de a poco compartan juegos, actividad física y deporte. Es ideal que los chicos dispongan de (por lo menos) 60 a 90 minutos por día para jugar en movimiento", agrega Sangenis. Por eso, en los primeros años de vida es fundamental incentivar permanentemente los estímulos motores. "Desde bailar hasta lanzar pelotas al aire son actividades cotidianas que los niños disfrutan y los ayuda a ir adquiriendo distintas habilidades", explica Casanovas.

En la actualidad, la actividad deportiva de los más chicos se reduce a un par de horas semanales de educación física que brinda el sistema educativo actual. Y éstas no cubren las necesidades de movimiento propias de la edad. Inseguridad, padres que trabajan todo el día y falta de espacio son sólo algunos de los motivos que hacen que los chicos pasen más horas frente a la televisión o a la computadora en lugar de moverse y salir a jugar.

Para incentivar a los más pequeños, lo ideal es que la actividad física se realice en familia. Estar activos físicamente les brindará a los padres la posibilidad única de disfrutar plenamente a sus hijos y ser parte de todos sus "movimientos". Otro punto importante es que la actividad física regular evitará en los padres el envejecimiento prematuro de sus articulaciones, sistema musculoesquelético, pérdida de la fuerza muscular y falta de capacidad aeróbica.

Además, hay que tener en cuenta que el sedentarismo no es propio de una etapa de la vida, sino que aumenta con la edad. Si de chicos no creamos el hábito de disfrutar de la actividad física, a medida que crecemos nos cuesta más ponernos en movimiento. Y esto no es sólo una característica de las grandes ciudades. Según un muestreo nacional, la provincia de Santa Fe carga con el índice más bajo de actividad física (57,2 %) mientras que La Rioja es la provincia más activa.

Es importante que las personas mayores eviten el sedentarismo para mantener su independencia por más tiempo. "La actividad física en la tercera edad disminuye la grasa corporal, aumenta la masa muscular y mejora el metabolismo de los azúcares y grasas. Algunos estudios han demostrado que las actividades como caminar o trotar favorecen el aumento de la masa ósea en los mayores y en los casos de osteoporosis senil. Además el anciano que participa en actividades físicas con cierta regularidad mejora la sensación de bienestar y percepción de mayor movilidad", explica Ariel Barenboim, Licenciado en Nutrición y especialista en deporte.

Para moverse no son necesarios grandes y complicados planes de entrenamiento ni interminables jornadas en un gimnasio. Una simple caminata, lavar el auto, barrer y hasta subir escaleras son pequeñas tareas diarias que están al alcance de todos y nos ayudan a "mover el esqueleto" y así reducir el riesgo de infartos, diabetes, hipertensión y demencias.

http://www.clarin.com/diario/2008/05/23/um/m-01680655.htm