Entrevista al Dr. Juan Hitzig, Especialista en Psicobiologia del stress y el envejecimiento,
autor del libro “Cincuenta y tantos”.
El tiempo es veloz, la vida esencial
el cuerpo es mis manos me ayudan a estar contigo,
quizas nadie entienda: vos me tratas como si¬ fuera algo mas que un ser . . .
Te acuerdas de ayer, era tan normal, la vida era vida y el amor no era paz,
que extraño, ahora me siento diferente, pienso que todavía quedan tantas cosas para dar.
No ves que poco va todo creciendo hacia arriba
y el sol siempre saldrá mientras que alguien le queden ganas de amar.
Perdona mi amor por tanto hablar, es que quiero ayudar al mundo cambiar, que loco,
si realmente se pudiera y todo el mundo se pusiera alguna vez a realizar.
Perdona mi amor por tanto hablar
es que quiero ayudar al mundo cambiar, que loca . . MERCEDES SOSA
“Este sistema financiero de especulación se sustenta fogoneando las peores cualidades humanas, como en tsunami, cuando los eventos o las cosas en su proceso de transformación adquieren una masa crítica, ésta adopta reglas propias que conducirán indefectiblemente a su culminación -culmen significa cima-, y su posterior desplome, procurando un nuevo estado de equilibrio independientemente de las intervenciones que sobre ellos se intente producir. Estando en medio de este proceso sentimos la incertidumbre como si fuera un terremoto que mueve la tierra bajo la planta de nuestros pies. La incertidumbre es una de las sensaciones peor tolerada por quienes nos hemos desarrollado en la cultura occidental, porque esta cultura pone énfasis en el ego, en el individuo, en el yo, y ha logrado finalmente que cada uno de nosotros se encuentre solo, enfrentado al cosmos y a la realidad. Otras culturas, en cambio, sostiene que somos parte de una realidad integral mucho más amplia cuyos propósitos finales desconocemos, y esto permite una mejor tolerancia y aceptación de la incertidumbre, transformándola, por lo tanto en un estímulo más que en una adversidad.” Dr. Juan Hitzig
Tómate un respiro Y pon en la balanza el corazón en frío
Guárdame un abrazo Y tus pupilas para no perderte el paso
Dale la vuelta la sol
Y mientras tanto, háblame con tu silencio Y reemplázame en tus celos
Sacrifícame en tu almohada y en tu piel
Y mientras tanto equivócate en tu duda Y en tu cama ponle cura a tus instintos
Y a tu voz ponle mi nombre, que murmuras
Y se esconde, tómate un tiempo mi amor
yo viviré esperando, mientras tanto
Tómate un respiro, deja que nuestras piedras se las lleve el río
Guárdame un atajo Si vas en precipicio no mires abajo
Dale la vuelta al sol
Y mis lamentos, se confundan con tus risas pues tu amor no tiene prisa
Si te encuentro en plena calle, imagina que no existo
Que soy nueva en tu vereda, Que si pasas esa prueba
No habrá pena que nos calle
Y mientras tanto, háblame con tu silencio Y reemplázame en tus celos
Sacrifícame en tu almohada y en tu piel
Y mientras tanto equivócate en tu duda Y en tu cama ponle cura a tus instintos
Y a tu voz ponle mi nombre, que murmuras
Y se esconde, tómate un tiempo mi amor GLORIA STEFAN
El tiempo está a favor de los pequeños de los desnudos, de los olvidados.
El tiempo está a favor de buenos sueños y se pronuncia a golpes apurados.
El Salvador y el tiempo, la suma del coraje,
se han convertido en sol violento y han emprendido claro viaje.
La noche se enriquece de secretos, la oscuridad del mundo es compañera
preparadora del duro esqueleto que deberá nacer del alba nueva.
Las sombras de las calles son cómplices del día
y por la loma y por el valle viene quemando la alegría.
Y Roque y los demás están atentos con la absorta pupila de lo eterno,
dando voces de amor a cuatro vientos y apurando las ruinas del infierno.
El Salvador desborda las cúspides del mundo
y colosal se eleva y borda con mil estrellas Farabundo.
SILVIO RODRIGUEZ
JH: Estamos teniendo distintas percepciones del tiempo. Justamente el tiempo, que es uno de los recursos más escasos que tenemos, lo estamos viviendo a un paso tan vertiginoso, cuando el tiempo no es otra cosa que una construcción mental, es parte de nuestra interacción con el entorno que parecería estar dándole una vuelta cada vez más acelerada a la manivela del reloj.
G: La sensación de vértigo, de velocidad, nos enferma
JH: todo es líquido, todo fluye, nada queda en nuestras mentes, nada queda en nuestras manos, todo se escabulle, todo se transforma muy rápido. Llegamos a percibir lo que ya se transformó.
GL: Vos decís “todo fluye”, pero hay un ritmo del fluir. El río que fluye es parte de la creación, nos hace bien, nos enseña, es bueno dejar fluir las cosas. Pero el fluir de estos tiempos es como demasiado rápido, como si fuera una velocidad para la cual la mente y el alma del ser humano no estaría del todo preparada. Capaz que dentro de 500 años estemos preparados para vivir a un ritmo diferente, pero hasta el momento daría la impresión de que nuestro aparato psíquico, y nuestro organismo no están preparados para esta velocidad.
JH: todo son vibraciones, no hay nada estático, todo es movimiento. Todo fluye, todo cambia, todo se transforma: nuestras emociones, nuestro pensamiento, nuestras células, el cosmos, la hoja del árbol que estamos mirando en este momento… todo es cambio porque todo está hecho en base a átomos y moléculas que no son otra cosa que ondas y partículas que están en contínua transformación siempre a través de un plan inteligente que mantiene la cohesión de las cosas. El tiempo es una de nuestras construcciones mentales: somos los que fabricamos el pasado –nuestros recuerdos-, el presente –que casi siempre lo dejamos pasar sin percibirlo porque la mente está generalmente como fluyendo en otro tiempo y en otro lugar-, el futuro –nuestras ilusiones-. Pero con el tiempo fue cambiando, la velocidad del tiempo es lo que nosotros en nuestra interacción con el entorno terminamos generando en nuestras mentes.
Recuerdo que cuando uno se iniciaba en esto en el trabajo de la medicina, hace 30 años atrás, tenías una persona de 50 años delante de ti y te decía “doctor, qué larga que es la vida. La verdad es que a mis 50 años, todo lo que he vivido…”. Y hoy tenemos personas de 92 años que te dicen “la vida, en verdad, no sé dónde me quedó, es tan corta…se pasa tan rápido…” . Es decir, desde hace 30 años a la actualidad, la concepción del tiempo ha variado totalmente. Cuando uno era chico, el lunes parecía que al viernes no ibas a sobrevivir nunca, que faltaba un siglo para el viernes. Y hoy los chicos te dicen “qué rápido pasa el tiempo”. Eso es lo que más me aterra de todo esto.
GL: Si vos decís que te aterra, es porque no tenés muchas expectativas de que el organismo humano, la psiquis humana, pueda adaptarse saludablemente a este aceleramiento, este vértigo en el ritmo del tiempo que le hemos impreso al movimiento de nuestros días. Quizá nuestros descendientes dentro de varias generaciones sean adaptados a este ritmo de vida, como nos hemos adaptado a tantas cosas en la historia de la humanidad. Pero la verdad es que es insalubre este ritmo.
JH: Sí. La biología termina adaptándose a todo justamente porque como es una inteligencia que hace primar la supervivencia –hay bacterias que viven sin oxígeno: donde todo muere, ellas viven-. La vida es terca total: va detrás de un propósito y no mira ni a derecha ni a izquierda, busca siempre su afán de ir adelante. Cada átomo y cada molécula tiene una inteligencia impresa en su devenir que es lo que los físicos le llamarán de una manera, los religiosos hablarán de Dios, los científicos tal vez también hablen de Dios pero desde una perspectiva más tangible. Pero la realidad es que toda la existencia está regida por un programa, un software que indica a cada partícula y a cada onda lo que debe representar en cada momento, y por eso es que en este plan de vida, la vida es absolutamente determinante, y busca siempre la compensación. Es bueno que la gente sepa esto, porque como estamos en esto de la salud y la enfermedad, y se ha engendrado como un miedo a la enfermedad, decirle a la gente que lo que prima siempre es la salud, que la vida, por esa cosa terca, quiere imponer la salud, y que cada célula de nuestro cuerpo quiere ser la mejor de la creación, cumplir a la perfección el programa para la cual está hecha, de manera que lo que siempre el organismo busca es equilibrarse hacia la salud. Hay que desterrar un poco esta información que habla tanto de la enfermedad que genera esa idea en la gente.
GL: ¿Por qué te preocupa que los chicos digan “¡cómo se pasó el tiempo!”
JH: hoy hablamos tanto de los recursos, de los comoditis como dicen los economistas, y que en este mundo nuestra mejoría y bienestar depende del valor de los comóditis (el petróleo que estaba altísimo en una semana cayó a la mitad, la pelea con el gobierno por la soja, y mientras tanto se peleaba se desplomó a la mitad del precio)… Estamos tan pendientes de los valores de los recursos! Ni qué hablar del recurso del aire, del agua… Estamos en un país que tiene una reserva de agua para el futuro increíble y que debemos cuidarla como a un diamante, ya que posiblemente los grandes buques cisternas que hoy llevan de un lugar a otro petróleo, sean los que transporten agua.
Estamos muy pendientes de los recursos, y el tiempo es el recurso más precioso de todos, porque además a este recurso no lo podemos alquilar, ni vender, ni cotizar en la bolsa. No podemos hacer otra cosa que vivirlo.
GL: además no lo podemos cambiar: nadie me puede dar su propio tiempo, ni yo se lo puedo dar a nadie.
JH: Lo único que podemos hacer con el recurso del tiempo es usarlo. No podemos “guardarlo” ni “detenerlo” en el reloj. Solo podemos utilizarlo. Y ahí es como la percepción del tiempo (una hora en la sala de espera cuando estamos apurados, es una eternidad. Cuando estamos con un amigo charlando “se nos pasó la hora volando”. Todas estas son pequeñas demostraciones de cómo este recurso termina teniendo el valor que tiene no en la bolsa de comercio sino en las neuronas de cada uno de nosotros. Y estamos generando una sociedad donde parecería que estamos obligados a meter cada vez más cosas en la misma unidad de tiempo. Eso es lo que hace que el tiempo se acelere tanto en nuestras mentes. Y entonces nos enojamos cuando un chico está mirando el aire. Le decimos “¿qué estás haciendo? ¿estás papando moscas? No puede ser que no hagas nada” y en realidad “la nada es el mejor estado de la mente”, porque es cuando la mente está absolutamente serena, tranquila. No voy a decir que nos pasemos la vida en la nada, pero tampoco en esta presión de tratar de meter en una hora cada vez más acontecimientos, que lo único que hacen es darnos cuenta que una hora no alcanza. Y eso es lo que hacemos también cuando decimos el tiempo libre. El tiempo libre es un tiempo sagrado, divino. La creación, la Biblia, nos hablan de “tiempos para hacer y tiempos para descansar”, y hoy en día parecería que estamos apenas pensando en nuestro tiempo libre que son hojitas de la agenda en las que no dice nada. Y ¿qué hacemos? Nos ocupamos de llenar rápido el tiempo libre. Claro, uno quiere recuperar tantas cosas en los sábados, domingos, feriados que entonces empezamos a acumular programas y correr de un lado al otro, y entonces un fin de semana largo se te pasa en un santiamén y terminamos diciendo “otra vez no descansé”, porque no percibimos el pasaje del tiempo. Lo que pasa es que cuando empezamos a acelerar el tiempo en nuestras cabezas el cerebro percibe esto como una amenaza porque no es lo natural. Si miramos los seres de la creación, todo tiene un ritmo, todo tiene una parcimonia. Cuando a veces salgo corriendo por la mañana tempranito y está fresco, pega un rayo de sol en mi jardín y veo a mi perro que se apretuja en ese único lugar donde el solcito pega y se relaja, digo “pensar que cuando todo esto se termine estaremos en el mismo lugar…mirá cómo han disfrutado ellos en lugar de correr como yo”.
GL: Vos hablás también de la incertidumbre, que probablemente tenga también mucho que ver con este manejo del tiempo. Es muy interesante ver cómo la incertidumbre repercute en el stress, más aún en estos tiempos de crisis. (“Crisis, codicia y salud” es un escrito del Dr. Que hoy nos acompaña, del programa médico Longevus. Lo vamos a subir a la página para el que le interese). En este escrito hablás de la incertidumbre y planteás que nuestra cultura occidental vive mal la incertidumbre. ¿hay otra forma de vivirlo? ¿es tan feo no saber que mañana serás rico o pobre (porque los cataclismos económico-financieros no son una película de ciencia ficción, sino realidades, y algunos están advirtiendo que la cosa se va a poner peor)? ¿Por qué interpretás la incertidumbre como algo negativo de la cultura occidental?
Me levanto en tu fotografia me levanto y siempre ahí estas tu
en el mismo sitio y cada día la misma mirada el mismo rayo de luz
el color ya no es el mismo de antes tu sonrisa casi se borró
y aunque no estes claro yo te invento en mis pensamientos y en mi corazon...
Nadie tiene un pacto con el tiempo ni con el olvido y el dolor oh no
si desapareces yo te encuentro en la misma esquina de mi Habitación
Cada dia que pasa te pienso y te vuelvo a mirar cada cosa en su sitio el pasado el presente
en el polvo mis dedos se juntan y quiero tenerte cambiando conmigo
no he movido tu foto ni el tiempo en los años si me hablas de lejos procura avisarme temprano
y asi controlarme
Me levanto en tu fotografía Cada dia invento una actitud
y aunque no se note el blanco y negro Uh no me desespero
uso mi imaginación nadie tiene un pacto con el tiempo
ni con el rocio de la flor
si desapareces yo te encuentro en la misma esquina de mi habitacion
Cada dia que pasa te pienso y te vuelvo a mirar
cada cosa en su sitio el pasado el presente
en el polvo mis dedos se juntan y quiero tenerte cambiando conmigo
no he movido tu foto ni el tiempo en los años
si me hablas de lejos procura avisarme temprano
y asi imaginarme Que te tengo aqui....
LA TECNOLOGIA NOS MEJORA LA COMODIDAD PERO NO LA FELICIDAD
TENEMOS QUE DARLE EL JUSTO VALOR A LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA TAMBIÉN, EN CONTRAPOSICIÓN A LO QUE ES LA VIDA NATURAL Y LO QUE SON LAS PULSIONES PRIMITIVAS Y PRIMARIAS DE LOS SERES HUMANOS
Estudiando los 50 longevos más saludables a lo largo de dos décadas, las características que ellos tenían es que eran personas que se adaptaron a la adversidad con aceptación pero nunca con resignación, o sea, han tenido un buen manejo de la incertidumbre. Yo estoy particularmente muy estimulada por el tema de la aceptación porque soy de las que quiero vivir 95 años. Juan ¿por qué decís que la incertidumbre es algo así como algo muy mal tolerado en occidente?
JH: Voy a contar un estudio interesante que se hizo en un laboratorio con un lote de cobayos para experimentación. Allí se había recreado el “paraíso” del cobayo: la temperatura, la humedad, el alimento, las rueditas para el juego…todo para que vivan en lo que un cobayo puede considerar el sumun de su vida. Se decidió someterlos a un stress parecido al de la vida cotidiana. Se dividió ese lote en dos.
En la primera mitad, en forma regular y con la misma intensidad se le fue aplicando a cada uno de los ejemplares una pequeña descarga, como si fuera una mini picanita. Ahí empezaron a registrar, a medida que el tiempo iba pasando, la vitalidad de estos animales. Sucedió un desastre: era como si todos los ejemplares empezaron a adelantar brutalmente su reloj biológico. Entraron en un stress total. Sus cerebros interpretaron esto como una terrible amenaza, y la biología del stress, -que no es otra cosa que química cerebral que tiene influencia sobre la química hormonal, que generan acciones en la biología-, estaba acelerando brutalmente el envejecimiento de estos animalitos: perdían masa muscular, se les caía el pelo, se le agrandaban las articulaciones, se enfermaban. Y el resultado fue que prosiguiendo la experiencia, algunos morían, pero a medida que la experiencia iba adelante, aún en medio de esa adversidad, la mayoría empezaron a convivir con las descargas eléctricas y era como que este reloj biológico comenzara a revertirse nuevamente, y si bien no llegaban al estadío inicial, la mayoría de la población volvía a “rejuvenecer” y adquirir un buen estado de salud aún en la adversidad. Por eso decíamos antes como que “la vida es terca y quiere seguir adelante”. Es decir, se acostumbraron, se adaptaron a esta situación, que es la que nos pasa todos los días a nosotros. Y algunos sucumben pero la mayoría nos adaptamos y seguimos adelante.
Con la segunda mitad del lote se hizo lo mismo, pero se varió la frecuencia y la intensidad de la aplicación de descarga eléctrica que se les daba. Irregularidad y arritmia total. No había posibilidad de prever cuándo iba a suceder esto ¿qué pasó? Lo mismo: comenzaron a envejecer, a deteriorarse rápidamente. La mayoría sucumbía y alguno que otro se adaptó y volvió al estado anterior.
Si comparamos estas dos poblaciones, las dos estaban viviendo en la adversidad, pero la segunda vivía adversidad con incertidumbre.
La interpretación que uno podría dar a esto es que apenas la incertidumbre se transforma en certeza y hay certeza aún en lo incierto, es como que la vida puede seguir adelante, y que lo que realmente tenemos que evitar es seguir en la incertidumbre aún cuando la adversidad está ahí. Y una de las recomendaciones que podemos hacer es tratar de transformar toda incertidumbre en certeza, y uno de los mecanismos de decir “estoy en medio de la incertidumbre, ¿cómo transformo esto en certeza?, es la aceptación, es el simple estado mental de decir “voy a dejar de resistir a esto, porque esto ya es así”. Una vez que lo acepto, la cosa en la mente cambia totalmente.
El concepto es que mientras rechazamos algo, mientras decimos “yo no quiero estar padeciendo esto”, en la mente lo que no quiero se agranda cada vez más, porque hay una ley cósmica que va desde la astronomía hasta mi relación con la vecina de al lado, y es que la resistencia es la persistencia. Todo aquello a lo que me resisto es lo que más se va grabando en mi mente. Una vez que puedo transformar la incertidumbre, o cualquier cosa que rechazo, en aceptación, así como resistencia es persistencia, aceptación es solución
GL: ¿ solución u olvido? ¿qué es? Vos pensás en el cosmos, yo pienso en la sociedad
JH: ¡qué interesante pregunta! Una vez que acepto que esto está en camino, la mente va ordenando todo. La mente es como una cómoda que tiene cajones. De un lado están todos los cajones con las cosas que nos pueden producir amenaza, alerta, alarma, peligro. Del otro todas las cosas que nos permiten estar en calma, paz , serenidad. Depende de si lo guardamos en un cajón o en el otro, el qué tipo de reacciones hormonales (dosables en sangre: uno puede saber de la persona “en qué parte de la cómoda” guarda sus emociones, y con eso hacer prevención de lo más primario de la salud que es la medición de la biología del stress). Lo que quiero decir es: así como la mente lo guarda en los cajones de un lado o del otro así va a ser el resultado o el impacto biológico en nosotros.
Todo lo que guardamos desde la resistencia persiste, y está en el sector de las generaciones de alarma y de stress, cuyas enfermedades después son la consecuencia. Y todo lo que guardamos desde la aceptación, en el cajón de la serenidad, nos permiten estar en paz.
La resistencia en general provoca después la resignación y la derrota. Pero cuando tengo aceptación estoy en continua negociación con la plasticidad y si bien está ahí el impacto biológico, la aceptación lo amortigua.
GL: Cuál te parece que sería la actitud de aceptación –en líneas generales, porque cada uno debe tener la propia- en estos tiempos difíciles, de crisis en la sociedad, a través de los medios, a través de tu caminar por Buenos Aires?. Es decir ¿cómo te parece a vos que se amortigua la “mala sangre” (me gustaría que nos digas cuáles son los análisis en los que se puede realmente comprobar “en qué cajones” la mente está poniendo los problemas?
JH: Podríamos decir que puede ser de mucha utilidad, que puede ser una trampita en la cual tendemos muy fácil a que la ciencia nos haga caer en esto. La trampa es transformar toda nuestra realidad generalizando el mal Nuestra realidad nunca es toda una cosa miedosa. Aún cuando nuestra realidad es óptima sabemos que hay rinconcitos que no lo son. Muchas veces nos saludamos diciendo “¿Cómo te va? ¿todo bien, tranquilo?” y es como decir “ni quiero escuchar las otras partes de tu realidad”. Aunque todo esté bien ¿cómo sabemos que hay rincones que no lo están?. Cuando todo está mal, también hay rincones que están bien. Por las cosas por las que tenemos motivos para estar tristes, no hay ningún problema. De lo que hay que tener cuidado es de que esta tristeza no invada todo el campo de la realidad. Hay sectores, rinconcitos, donde nadie debe estar triste ni preocupado por nada. En algún momento hay que parar y discernir lo que está bien de lo que está mal: sigo teniendo tristezas pero también sigo estando sano, sigo teniendo amigos, sigo teniendo familia, sigue habiendo soles cálidos en mi realidad… Pero no dar nada por sobreentendido, porque cuando todo está bien también tenemos la tendencia de tomar todo rápidamente por sobreentendido.
GL: yo suelo saludar diciendo “amaneció, no es poca cosa” porque cuando una vez me enteré que el sol se iba a apagar dentro de 50 millones de años, dije “bueno, nuestros descendientes no sé dónde estarán, y eso sí que es un problema grave. A alguno le va a tocar enfrentar la incertidumbre de que se extinga la vida porque sin sol no hay vida
JH: pero sabés que pasa? Que para ese tiempo LA VIDA VA A BUSCAR ESTAR EN ALGÚN LUGAR DONDE ESTO NO SUCEDA. Lo que quiero decir con esto es que no debemos sucumbir ante la adversidad. Poder discernir y decir “ahora estamos en un momento jorobado. Vamos a parar un segundo y tomar conciencia ¿de qué? De que hay cosas que van bien: la amistad, la familia, la alegría, la curiosidad, las cosas que puedo ver y ademirar cada día, la salud que tengo, las sorpresas. Llevar la atención de la mente hacia esas cosas y tener la aceptación de lo que es la realidad. No tener rechazo, porque el rechazo no nos permite afrontar ningún tipo de salida desde la creatividad como para resolver la situación.
GL: Si hay tanta resistencia a la aceptación, si nosotros frente a la incertidumbre, frente a nuestras “picanas elécticas” a veces elegimos resistir y con eso reforzamos lo negativo, debe ser porque la aceptación nos trae aparejado algún sentimiento que rechazamos. Nada es porque sí. Por qué elegimos el camino de la resistencia y no el de la aceptación, que sería más sano? Yo presumo que huímos de la tristeza. Y la tristeza ¿es menos enfermante, o menos dañina que el stress? ¿Hay alguna posibilidad de detectar hormonalmente la tristeza?
JH: Resistimos la adversidad porque en general, en la vida cotidiana, estamos mucho más imbuidos en nuestro ego que en nuestra esencia. Salimos a afrontar la vida cotidiana con el ego, que es un esquema mental donde siempre está presente el “yo, me, por mí, para conmigo, por y para mí”, y entonces es como que la idea nos hace poner la adversidad en el cajón de lo alarmante. Nos cuesta mucho decir “esto está sucediendo”. Yo estudié e intento imitar y transmitir a la gente las observaciones que he hecho en los longevos saludables, porque las aceptaciones saludables son las mejores “empresarias de la vida”: la vida toda vivida en felicidad es a lo que aspiramos todos: a ser felices y sanos y vivir equilibradamente todo este tiempo que nos está asignado desde la creación. Hay gente que en general nunca analizan la situación desde “justo a mi me ha sucedido esto”: ven la realidad desde una perspectiva mucho más olística. Si esto está sucediendo yo estoy negociando con esto. Si lo analizo desde “esto me sucede a mí”, estoy encendiendo las alarmas del stress, y esto nos bloquea a muchas cosas y ahí es donde sucumbimos. Es decir, cuando nuestra perspectiva es “qué me está sucediendo, qué me está pasando, qué me están haciendo”, sucumbimos. En cambio sobreviven hasta los que dicen “esto es terrible, aquí vamos a sucumbir, pero vamos a ver qué hacemos con esto”. Por eso, una de las recomendaciones que podemos intentar hacer es personalizar las crisis: esto no me lo está haciendo nadie a mí, esto nos lo estamos haciendo todos a todos.
GL: Me gustaría nos hagas más recomendaciones de las que hacés a tus pacientes, y ahora a tus oyentes respecto de estos tiempos de incertidumbre donde la crisis empieza a campear fuertemente, y donde se pone en juego este equilibrio entre aceptación y lucha. Aceptación que no es resignación, y lucha que no es stress.
Muchas veces la gente no se da cuenta que cuando se instala en un paradigma de lo egocéntrico se queda sola, y la soledad con la vida son incompatibles. El “ser” une. El ser humano es un organismo de cooperación permanente
JH: el ser, en su aspecto orgánico, es una interacción de átomos y moléculas momentáneamente cohesionados, pero estamos en intercambio contínuo con todo lo que nos rodea.
JH: lo que les diría es:
1º: No caer en esta trampa mental de generalizar el mal, y que la adversidad no nos deje ver los aspectos positivos que todavía están presentes en esta vida cotidiana
2º: Todas las personas, que tenemos la necesidad de contactarnos con el otro, es ejercer la solidaridad y la certeza de la que hablábamos, porque la certeza predispone mucho a la solidaridad. Porque uno de los beneficios que podemos sacar a la certeza es como poder comprender mucho mejor al otro, tenderle una mano y generar cierta calma en nuestra existencia para mejorar la de otro
3º: No perder la autoestima. Volviendo al tema del ego, no es que “yo lo he hecho mal” ni que “esto me ha sucedido” . Estas son cosas que suceden. A lo sumo tendremos que rever como sociedad humana qué tipo de paradigma y qué tipo de modelo queremos seguir. Lo que me está sucediendo no es por un conjunto de errores que yo he cometido.
4º: revalorizar los pequeños momentos. Darle mucha importancia a la amistad, la familia. Encontrar la felicidad en las pequeñas cosas cotidianas de la vida, que poco tiene que ver con el consumismo.
5º: hacer una actividad física moderada, y comer con moderación. Cuando estamos ansiosos en general invertimos el orden: no nos movemos. Nos quedamos en el lugar, aplastados, derrumbados, y comemos. Hay que mover más las piernas y menos las mandíbulas, porque todo eso condiciona un estado biológico que acentúa la psicología del stress. Para darle una explicación biológica a todo esto que decimos, es que cuando estamos construyendo ese stress emocional, lo que suceden son cambios, que es como que cuando subimos a un camión al que le ponemos la 4x4, pero ahora tenemos que subir con toda la carga una barranca, entonces necesitamos toda la potencia y todos los mecanismos del camión para ir adelante. Y eso es bueno para un tiempo, pero si la barranca se hace interminable, o si nosotros la decodificamos como que esa situación es una barranca que no termina nunca, terminamos fundiendo el camión. Y entonces qué nos pasa?. Nos pasa que hay cambios hormonales en los cuales sube el cortizol, sube la adrenalina, baja la producción de una hormona muy lubricante que es la dea, y baja la producción de una hormona que es sedativa que es la serotonina. Esta es la “fórmula de la mala sangre”. Y cuando se instala la mala sangre, es que cae la calidad de la salud, posibilita la entrada de la enfermedad y sucede algo mucho más sutil y cotidiano que es que aumenta la velocidad de envejecer. Y eso significa que la discapacidad la podemos sufrir mucho antes de tiempo en la cual está planeada. En cambio cuando esto sucede en el tiempo justo, ni siquiera es una enfermedad. Esto es lo que de alguna manera da un piso biológico.
GL: Hay algo que a mi me encanta es escuchar de algunos científicos – astrónomos, físicos, biólogos, ecologistas, médicos- no solo hablan en el orden de lo cósmico. Me encanta haber nacido en esta “hipotenusa” que se ha establecido entre el costado de la ciencia y el de la filosofía. Me encanta que se abra el libro de la vida (desde las ciencias exactas y biológicas) y se empiecen a sacar conclusiones filosóficas y existenciales. Me encanta que ya sea la vida toda la que esté gritando cuál es el modo de vivir en los que los seres humanos estamos de hecho insertos. No hemos creado la creación. Hay un paradigma, hay un estilo, hay un manual de funcionamiento, y tarde o temprano, si alteramos ese manual de funcionamiento, o pretendemos que “el televisor funciones como heladera” terminamos viviendo muy mal. Te agradezco por ser uno de los que hacen puentes entre las células y la vida
JH: Y a mi me encanta que seas una de las personas que reconoce eso. Y quería decir a cada uno de los oyentes que en realidad la vida en sí, individual, no es un evento tan importante. Lo que sí es: es una posibilidad, una oportunidad importante, y esa es la que tenemos que rescatar cada uno desde nuestras propias vidas. Y eso es lo que hace a su vez desinflar un poquito el ego, es lo que nos hace crecer .
Qué es lo que tendrán tus ojos que cada vez que me miran me dominan el amor.
Qué es lo que tendrán tus manos que cada vez que me tocan me acercan la protección.
Hoy te da gracias la vida que golpeó tu puerta un día para entrar en tu interior...
Hoy el arbol con sus frutos entre el verde y el maduro no quiere perder color.
Aunque el tiempo pase fuerte aunque a veces sean crueles las agujas del reloj.
Yo te juro que mi vida y las que vengan conmigo serán tu continuación....
Para asegurarle al mundo, un futuro tan bonito así como quiere Dios....
Hoy comprendo tu pregunta, la que siempre repetías porque crecerás mi amor...
En este cielo, pierdo el temor, siento que vuelo,contigo estoy.
Y tengo tanto que aprender en este camino incierto
las hojas del árbol caen tu amor me guía siempre.
En este cielo,pierdo el temor, siento que vuelo,contigo estoy.
Nada de lo que vendrá, Podrá ser igual a lo que fue algún día,
Todo pasa, Todo siempre pasará.
La vida viene en olas, Como el mar, En un vaivén, Infinito.
Todo lo que ves no es, Igual a lo que vimos hace un segundo,
Todo cambia, Todo el tiempo en el mundo.
De nada sirve huir, Ni mentirse a uno mismo ahora,
Hay tanta vida ahí afuera, Y aquí dentro siempre,
Como una ola en el mar, Como una ola en el mar
Nada de lo que vendrá, Podrá ser igual a lo que fue algún día,
Todo pasa, Todo siempre pasará.
La vida viene en olas, Como el mar, En un vaivén Infinito.
Todo lo que ves no es, Igual a lo que vimos hace un segundo,
Todo cambia, Todo el tiempo en el mundo.
De nada sirve huir, Ni mentirse a uno mismo ahora,
Hay tanta vida ahí afuera, Y aquí dentro siempre,
Como una ola en el mar.
No me doy por vencido - Luis Fonsi
Me quedo callado. Soy como un niño dormido
Que puede despertarse Con apenas sólo un ruido
Cuando menos te lo esperas, Cuando menos lo imagino
Sé que un día no me aguanto y voy y te miro
Y te lo digo a los gritos, Y te ríes y me tomas por un loco atrevido
Pues no sabes cuanto tiempo en mis sueños has vivido
Ni sospechas cuando te nombré
Yo, yo no me doy por vencido, Yo quiero un mundo contigo
Juro que vale la pena esperar, y esperar y esperar un suspiro
Una señal del destino
No me canso, no me rindo, no me doy por vencido
Tengo una flor de bolsillo, Marchita de buscar a una mujer que me quiera
Y reciba su perfume hasta traer la primavera
Y me enseñe lo que no aprendí de la vida: Que brilla más cada día,
Porque estoy tan sólo a un paso de ganarme la alegría
Porque el corazón levanta una tormenta enfurecida
Desde aquel momento en que te ví…
Yo, yo no me doy por vencido.Yo quiero un mundo contigo
Juro que vale la pena esperar, y esperar y esperar un suspiro
Una señal del destino
No me canso, no me rindo, no me doy por vencido
Este silencio esconde demasiadas palabras
No me detengo, pase lo que pase seguiré
Tú no te imaginas lo que siento por ti, cómo me haces falta cuando estas lejos de mi
si tú me dejaras no sabría que hacer,cambiaría mi vida me podría enloquecer
pido a Dios que ese momento nunca llegue y que proteja nuestro amor. Como tú no existen en dos
Hasta el fin del mundo te iría a buscar, de ti nada me puede separar
cruzaría los siete mares hasta llegar a ti,hasta el fin del mundo te seguiré
donde sea que estés yo te encontraré,nada en mi es mas importante,que vivir junto a ti
Me da tanto miedo esta gran necesidad de tenerte siempre y quererte más y mas
Es un sentimiento muy difícil de explicar, lo loca que me pongo si demoras en llegar.
Pido a Dios que no me dejes Y por siempre que proteja nuestro amor. como tú no existen dos
Como imaginarme esta vida sin tu amor si te necesito igual que al agua ooh
me derrumbaría si me dejaras de amar, me harías una herida mortaaal, mortaaal.
por eso mi amor Hasta el fin del mundo te iría a buscar…
“…hay un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado, un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar, un tiempo para llorar y un tiempo para reír. Un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar. Un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas. Hay un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse, un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar, un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, hay un tiempo para callar y un tiempo para hablar, un tiempo para amar y un tiempo para odiar. Hay un tiempo de guerra y un tiempo de paz…”