Gerontología - Universidad Maimónides

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Don Antonio Vila, el calesitero de Almagro, cumplió 90 años

antonio-vila.jpgDon Antonio Vila hace gala de una memoria increíble. Acaba de cumplir 90 años, los festejó el viernes junto a los vecinos con una gran torta, y hace 46 estrenó la calesita que aún hoy continúa rodando en plaza Almagro, en la esquina de Perón y Bulnes. "La fabricaron especialmente para mí, en Rosario. Y la traje en camión. Comenzó a funcionar el 1° de enero de 1963 en la plaza Constitución. ¡No me olvido más! Después la volvimos a desarmar y aquí está", le dijo ayer a Clarín el "calesitero de Almagro". Pasaron 30 años de aquella única mudanza.

Clarín
10-05-2009

En una tarde templada, con la plaza y la calesita colmada de chicos, Don Antonio repasa su historia, signada por una guerra, un viaje en barco y claro, su oficio, el de calesitero. "Me encanta venir a la plaza. Todo el mundo me conoce y me saluda, la gente grande y los chicos también. Mientras que en mi barrio, en Belgrano, no me saludan ni en el ascensor -cuenta y suelta una sonrisa-. Acá me paso el día charlando con los vecinos, almuerzo, me tomo un cafecito y el día se me pasa volando".

Nació en Orense, en España, y casi siendo un niño trabajó recogiendo la cosecha de trigo. Hasta que estalló la Segunda Guerra Mundial y se alistó como voluntario en el batallón de gallegos. "De aquellos años todavía tengo cuatro heridas, algunas en la espalda", cuenta y se toca su costado izquierdo. En el 49 se vino a la Argentina en barco y su primer destino fue la ciudad cordobesa de Arroyito. Después se mudó al barrio de Pompeya y allí conoció a la que luego sería su esposa y a una familia que tenía una calesita. "En ese momento, en Buenos Aires, había mucho trabajo, hacía todo tipo de changas. Y los fines de semana ayudaba en la calesita. Hasta que en un momento me di cuenta que podía ser mi oficio definitivo", cuenta. Y dice: "no es un trabajo pesado, todo lo contrario es alegre, porque la alegría de los chicos es contagiosa".

Tiene dos hijos y dos nietos que, confiesa, nunca fueron de visitar mucho la calesita. Pero Don Antonio vive rodeado de chicos, le encantan y se enorgullece cuando asegura "que nunca se lastimó ninguno; fue siempre fue mi mayor preocupación".

http://www.clarin.com/diario/2009/05/10/laciudad/h-01915096.htm

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