Los hábitos de vida son fundamentales. Recomiendan una dieta saludable, actividad física y mental y disminuir los factores de riesgo relacionados con el corazón, el cerebro, las hormonas y los huesos.
Por: Mariana Iglesias
Clarin
11-5-2009
En el mundo ya viven casi cien millones de personas mayores de 80 años. Sí, al parecer la Tierra se está llenando de gente grande, muy grande. Si ni siquiera los centenarios son ya una excepción: hay más de 200.000. Vivir tanto tiempo es cosa nueva, no hay mucha experiencia en esto de envejecer durante años y años. Pero empiezan a haber distintas teorías al respecto. Una muy en boga es la del "envejecimiento exitoso", que se despega de la idea del "declive" de los mayores para postular justamente su vitalidad. También sostiene que el éxito del envejecimiento no está determinado por lo genético, sino sobre todo por los hábitos de vida, concentrados especialmente el corazón, el cerebro, las hormonas y los huesos.
"Sólo el 10% de los casos de Alzheimer están relacionados con la genética, el 90% restante llega a la enfermedad por sus malos hábitos de vida", ejemplifica el cardiólogo Ricardo Barmat. El especialista será uno de los expositores de la jornada que se hará el viernes 15 en el Paseo La Plaza y que gira sobre esta temática: "Envejecimiento exitoso: lo modificable y lo inmodificable". ¿Qué es lo inmodificable? "Sólo lo genético. Todo el resto puede ser modificado por el estilo de vida", dice Barmat.
El comienzo es auspicioso, ya que entonces casi todo el mundo podría, en principio, modificar lo nocivo y enfocarse en una vida saludable. Una crítica al concepto de envejecimiento exitoso es que responsabiliza a cada individuo por su vida, cuando hay millones de personas en el mundo inmersas en la pobreza y que obviamente no pueden decidir absolutamente nada sobre sus vidas. Pero entre los que sí pueden decidir -porque como dice la presidenta de la Jornada, Susana Leiderman, "con educación y medicación todo se puede revertir"-, tienen en sus manos "el poder" lograr el bienestar físico, espiritual y mental.
Barmat lo dice claramente: "La enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el mundo. Lo que la provoca es la hipertensión, el colesterol, la diabetes, la obesidad, el tabaco y el estrés. Es decir, si se evitan los factores de riesgo, o son tratados a tiempo, se pueden frenar otras enfermedades". Ejemplos: la hipertensión y la arteroesclerosis aumentan 300% las posibilidades de tener Alzheimer. Y el cigarrillo quintuplica las chances.
El cardiólogo cuenta que en su especialidad los avances científicos son increíbles: "Ya hay medicación que consigue la retrogradación de la arteroesclerosis, drogas que bajan el colesterol, la diabetes y la arteroesclerosis de la arteria". Pero eso no es lo que quieren transmitir los profesionales de Arkhën, el grupo de asistencia, docencia e investigación en medicina que organiza la jornada. "Es todo un arte lograr que el paciente se vaya del consultorio sin una receta, pero tenemos que lograrlo y para eso los médicos debemos poner mucho énfasis en el cambio de hábitos", apunta Leiderman.
Ejemplo de logro: a los tres meses de dejar de fumar, una persona gana en entrenamiento, baja la presión y el colesterol. Lo mismo podría decirse si se adquiere una dieta rica y saludable, se hace actividad física y mental. Sí. Jugar al dominó, al ajedrez, a las cartas. Hacer crucigramas, rompecabezas. Leer. Interactuar con otros.
Otro tema: los cambios hormonales en el envejecimiento son inevitables. ¿Hay que intervenir? "Hace un tiempo se había puesto de moda la hormona del crecimiento y se la daban a todo el mundo, pero luego se comprobó que en algunos casos era perjudicial y provocaba otros males, con lo cual el reemplazo hormonal no es para cualquiera y sólo debe indicarse a la gente que tiene déficits previos", explica la endocrinóloga Miriam Azaretzky.
Sobre el fantasma de la osteoporosis, León Schurman asegura que encuestas de hospitales públicos dan cuenta de la carencia de calcio y vitamina D. "La ingesta ni siquiera llega al mínimo requerido. Se sabe que el 20% de la gente que se fractura la cadera muere en el año posterior. La solución está en los lácteos (leche, yogur, quesos), el sol (media hora por día fuera de las horas pico) y la actividad física desde pequeños".
Todos acuerdan en evitar el estrés, siempre un agravante. Hacer yoga, relajación, meditación. Juntarse con gente que haga bien. Intentar tomarse las cosas con calma. Abstraerse del caos urbano. ¿Será eso posible? Habrá que intentarlo. Es una cuestión de vida.
http://www.clarin.com/diario/2009/05/11/sociedad/s-01915655.htm