Francisco y Andrés cumplen el mismo día: 17 de septiembre. A "Mojarra" lo apodaron así porque, dicen, podía jugar al fútbol bajo lluvia y moverse como pez en el agua. Fueron siete hermanos; hoy quedan ellos tres. Y un centenar de hijos, nietos y sobrinos, que celebran la vida con ellos.

Mantienen una clarividencia notable. Tal vez, gracias a la vida que llevaron: trabajo duro y honesto, familia ante todo, muchos amigos y deportes. Supieron jugar al polo, al básquet. Incluso, Andrés fundó un club de bochas y ganó dos medallas de oro en fútbol. "Las cosas deben hacerse y disfrutarse con medida -enseña Francisco-: la moderación es el principal secreto. Y tener la conciencia limpia. Así se puede dormir serenamente cada noche".

Andrés le dedica entonces una mirada pícara: "bueno., yo no siempre me porté bien, pero pedí perdón a Dios y comencé de nuevo", dice tentado. Afirma que todavía tiene "dos novias, y acá mejor no miro mucho porque tal vez hasta encuentro cuñados no reconocidos."

Francisco levantó la casa donde todavía vive con sus propias manos y la ayuda de su mujer, cada noche, cuando ambos volvían del trabajo. Luego, cuando finalizó la construcción, ayudó a Francisco a construir la suya.

Truco y algún whiskicito los ayudan hoy a pasar entretenidos. Entonces, los desafiamos: un partidito de a cuatro. Francisco juega con Clarín; Andrés con su sobrino Eloy. Con envido y vale cuatro, ganamos. Y festejamos a risa suelta con Francisco agarrados de la mano, mientras Andrés le pregunta a Eloy: "¿es casada esta chica?".

http://www.clarin.com/diario/2009/09/21/sociedad/s-02002911.htm