Nacieron con la radio y hoy manejan Internet -o intentan hacerlo-. Cuando eran jóvenes tenían que respetar a sus mayores y ahora tienen que respetar a los jóvenes. Están cansados de vivir crisis económicas. Quisieron cambiar el mundo pero dicen que se quedaron con las ganas. Vivieron una guerra, la represión, la falta de libertad y la transición de una dictadura a la democracia.
Son los adultos de 40 a 55 años. Los que no se sienten "viejos" aunque sí tienen experiencia. Es la generación del medio en muchos sentidos.
En Argentina, el segmento de 40 a 55 años totaliza siete millones de habitantes. La realidad de cada uno es distinta del resto. Aunque la mayoría trabaja, algunos apenas completaron el secundario y otros van por su segunda carrera universitaria. Sin embargo, hay algo que los caracteriza: la preocupación por el futuro de sus hijos y por lo que pasará cuando llegue la hora de descansar después de 30 o más años de trabajo.
Sus prioridades. La llamada "generación sandwich " tiene múltiples responsabilidades. El 80 por ciento de los argentinos de entre 40 y 55 destina parte de sus ingresos a hijos, padres y/o suegros.
La mitad vive con menores de 18 años y, por ende, su educación está entre sus mayores preocupaciones. Al menos así lo considera un 40 por ciento de la población de esa edad, según un estudio realizado por la consultora D`Alessio Irol a pedido de Prudential Seguros, en base a una muestra de 800 casos.
En cuanto al futuro propio, casi el 80 por ciento cree que se sentiría protegido si supiera que tendrá suficiente dinero para mantener un estilo de vida cómodo cuando se jubile. Sin embargo, sólo el 45 por ciento confía en que podrá alcanzar esa meta. El resto, ya piensa en cómo acumular ahorros o lograr otro ingreso.
La encuesta realizada a fines del año pasado refleja que entre las preocupaciones de los adultos está en tercer lugar la muerte de un familiar cercano (25 por ciento), luego la compra o venta de una casa propia (23 por ciento) y la vivienda para los hijos (21 por ciento).
Por detrás se ubican el cambio de trabajo, el matrimonio de los hijos, el divorcio propio, los nacimientos o embarazos en la familia.
Qué les gustaría. Esta generación busca equilibrar las responsabilidades y la incertidumbre con experiencias placenteras. Asegura que quiere disfrutar y hay una respuesta común: "Si pudiera, viajaría más".
Casi el 70 por ciento de los adultos dijo en la encuesta que, si fuera posible, viajaría. En segundo lugar, pero lejos (32 por ciento) respondió "cuidar más el físico".
Otros están hartos de los jefes: 24 por ciento indicó que empezaría otra actividad laboral independiente (principalmente, entre las personas de 40 a 49 años); 15 por ciento dijo que se dedicaría más a algún hobby ; 13 por ciento se quedaría más en casa; 12 por ciento estudiaría y nueve por ciento se dedicaría "con toda fuerza" a su actividad laboral.
Qué ganas de volver. "Qué ganas de volver a tener 20", es lo primero que dicen los de 40 ó 50 cuando se les pregunta por la mejor etapa de su vida. Según la encuesta de Prudential Seguros, la infancia de los hijos es una de las experiencias que a los adultos les gustaría volver a vivir. Detrás está ganar más dinero, enamorarse y la vida de pareja, trabajar en lo que a uno le gusta o el día del casamiento, entre otras.
No obstante, dicen que están en un buen momento, y aún piensan en nuevos proyectos: más del 70 por ciento cree que éste es el momento de soñar con lo que quiere hacer en los próximos años.
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