Por un acuerdo con el gobierno porteño, pueden abonar las infracciones con traslados sin costo de jubilados que residen en hogares
Angeles Castro
LA NACION
Martes 18 de mayo de 2010
Desde principios de este mes, los taxistas porteños ya pueden pagar sus multas de tránsito con viajes gratuitos para personas en vulnerabilidad, seleccionadas por el gobierno porteño, que en esta primera etapa son adultos mayores que residen en hogares municipales.
La controvertida novedad fue revelada a LA NACION por dos gremios que agrupan a peones, conductores y dueños de taxis, que se mostraron satisfechos con este nuevo beneficio, y confirmada por la Subsecretaría de Justicia de la ciudad. Si bien los taxistas detallaron que muchos de sus socios ya fueron favorecidos por el sistema, en la subsecretaría no pudieron informar el número exacto de choferes que ya se acogieron a la flamante modalidad.
La medida, cuando aún era analizada, había sido cuestionada por colectiveros, que reclamaban un trato igualitario ante la ley.
Los sindicatos de taxistas recordaron la dificultad que enfrentaban los choferes cuando, por diversos motivos, necesitaban tramitar un libre deuda y tenían gran cantidad de multas acumuladas -y el correspondiente abultado monto por cancelar- como consecuencia del prolongado tiempo que transitan por las calles de la ciudad.
Ahora, desde comienzos de mayo, rige la alternativa de abonar esa deuda con trabajo comunitario, entendido como viajes gratuitos. Por un acuerdo alcanzado entre empresarios, choferes de taxis y la Subsecretaría de Tránsito, refrendado por la resolución 109 del año pasado, por multas hasta los 1000 pesos corresponden dos horas de traslados; hasta los $ 2000, cuatro horas; hasta los $ 3000, seis horas, y hasta los $ 10.000, de ocho horas.
Pese a que cuando comenzó a ser analizada esta medida se pensó en excluir de la sanción con trabajo comunitario a las faltas más graves, finalmente la opción considera todas las infracciones, incluso exceso de velocidad y violación de la luz roja. Así lo explicaron a LA NACION Luis Fernández, de la Asociación de Taxistas de la Capital, y José Ibarra, del Sindicato de Conductores de Taxis.
"El pago de multas atrasadas podía hacer quebrar a cualquier pequeño propietario o peón. Veníamos reclamando esta posibilidad hacía años, cuando empezaron a regir las fotomultas, porque consideramos que no eran correctivas, que eran una medida recaudatoria y no resolvían las conductas riesgosas. Primero se lo solicitamos a Aníbal Ibarra; luego, a Jorge Telerman, y finalmente, a la gestión de Mauricio Macri. Estamos muy satisfechos", dijo Fernández.
El dirigente de los taxistas detalló que, hasta el momento, a sus colegas beneficiados con el trabajo comunitario les ha tocado trasladar a personas de la tercera edad designadas por el gobierno porteño.
Claudio Romero, responsable de la Subsecretaría de Tercera Edad porteña, dependencia que se encarga de confeccionar el listado de pasajeros para los viajes bonificados, relató a LA NACION: "Estamos haciendo una prueba piloto de seis semanas. Dos días a la semana les pedimos que trasladen a los residentes en tres hogares permanentes de adultos mayores que administra el gobierno porteño (dos en Capital y uno en Ituzaingó) para ir al médico. Al término del período de prueba, evaluaremos si extendemos el padrón de beneficiarios".
¿Cómo se aplica el sistema? José Ibarra describió que el trámite comienza como el de cualquier ciudadano, con la comparecencia ante un controlador de faltas, que determina el monto total adeudado y da al taxista la alternativa de adherir al trabajo comunitario. Si éste acepta, le entrega un documento en el que se establece como penalidad el equivalente en horas de traslados gratuitos.
Con ese papel, los choferes se registran ante la Dirección General de Tránsito como postulantes para viajes gratuitos. Desde allí, son convocados de acuerdo con el listado de la Subsecretaría de la Tercera Edad. El pasajero firma una constancia y, finalmente, el taxista presenta constancias por el total de horas establecidas ante el controlador para obtener su libre deuda.
CLAVES
La probation impone a los taxistas una penalidad diferente de la monetaria; en este caso, se trata de traslados gratuitos para personas en estado de vulnerabilidad. No regirá para los colectiveros, pese a que reclamaron lo mismo.
Como primer paso, el taxista debe presentarse ante un controlador de faltas, que le ofrecerá la posibilidad de abonar en efectivo o de ajustarse al trabajo comunitario.
El taxista que adhiera a la probation recibirá un documento expedido por el controlador de faltas, que determinará la cantidad de horas de trabajo gratuito que le corresponde. Son dos horas por deudas hasta $ 1000; cuatro horas, hasta $ 2000; seis horas, hasta $ 3000; y ocho horas, hasta $ 10.000.
Luego, el beneficiario debe registrarse ante la Dirección General de Tránsito. Dentro de los 10 o 15 días, será convocado para realizar los traslados.
Con las constancias de los traslados efectuados, firmadas por los pasajeros, el taxista debe volver ante un controlador de faltas para obtener su libre deuda.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1265885