El valor resultante, claro está, depende mucho de cómo la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) actualiza el valor histórico de los salarios de esos 10 años que se toman en cuenta.

En los primeros años de inflación tras la salida de la convertibilidad, el organismo estuvo un tiempo sin ajustar los montos. A partir de 2008 adoptó un indicador vinculado a las subas jubilatorias. Según evaluó la abogada Elsa Rodríguez Romero, como los aumentos dados a los haberes a partir de enero de 2007 se asemejaron a la suba de los sueldos, la aplicación de ese índice no genera perjuicio. Pero dada esa situación, sólo quienes se retiren a partir de 2017 tendrían una jubilación calculada sobre la base de valores actualizados razonablemente.

Que se considere ese promedio salarial es un dato a tener en cuenta cuando se evalúa cuánto representa el haber jubilatorio del salario activo, lo que de denomina "tasa de sustitución". Si el promedio salarial diera por ejemplo $ 3500 (que es la remuneración media de los empleados del sector privado), con 30 años de aportes el haber sería de $ 1997, es decir, del 57 por ciento. Pero ese porcentaje, que es sobre ese monto promedio, suele reducirse significativamente cuando se lo compara con el último ingreso laboral cobrado.

¿Por qué 10 años?

Una reforma del sistema podría revisar por qué se usa el período de 10 años, en los que muchas veces el trabajador no obtiene los mejores ingresos de su vida laboral. "Hay una tendencia del mercado de trabajo a desplazar a los trabajadores mayores, y por eso habría que aumentar progresivamente la cantidad de años a considerar, utilizando siempre un índice adecuado de actualización", recomendó un ex funcionario público, reconocido experto en temas previsionales.

En otros países, según recordó, se considera toda la vida laboral de la persona, lo que tiende a hacer justicia porque en muchos casos se aportó por altos salarios, por ejemplo, en la mitad de la etapa activa y luego hubo una reducción. O bien se eligen los mejores sueldos dentro de un período determinado.

Una vez otorgada la prestación, un punto fundamental es cómo se ajusta para que no pierda su valor frente a la inflación. Este último efecto ocurrió para alrededor de 1,5 millones de jubilados y pensionados, que recibieron ajustes insuficientes, sobre todo entre 2002 y 2008, antes de la vigencia de la ley de movilidad, que prevé ajustes en marzo y septiembre de cada año, según una fórmula que los legisladores de la oposición se proponen simplificar.

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