iseñan y desarrollan elementos para personas con discapacidad motora y auditiva, entre los que se destacan una rodilla ortopédica, un software para enseñar letras y números a chicos sordos e hipoacúsicos, y un teclado virtual que permite escribir y bajar la copia a papel. También fabrican sillas de ruedas, bastones, camillas, trípodes y andadores que se destinan a escuelas especiales y hospitales. Todo está en manos de unos 5.000 alumnos que tienen entre 15 y 18 años y asisten a escuelas técnicas bonaerenses.
Los chicos trabajan en el horario de taller dirigidos por profesores que se guían por un manual elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Y una vez finalizado, cada producto pasa por una instancia de certificación de calidad.
Según un informe de la Jefatura de Gabinete provincial, en la actualidad ya suman 25 los colegios adheridos al programa. Y está abierta la convocatoria para que otros colegios se agreguen a esta iniciativa pedagógica, creativa y solidaria (email: comunicación Clarín Luis Sassoni, docente de la Escuela de Educación Secundaria Técnica (EEST) N° 7 de Cañuelas. En este proyecto participan alumnos de tercer año. Se incorporarán los de quinto cuando la rodilla ya se produzca en cantidad. “Trabajamos en conjunto con el Grupo Sol, una ONG que promueve la integración laboral de personas con capacidades diferentes. Ellos nos dicen qué elementos necesitan las entidades de Cañuelas y nos ayudan a repartir lo fabricado. Ya entregamos más de 20 andadores”, apunta Sassoni.
El proyecto que llevan adelante los chicos de la EEST N° 5 de Mar del Plata se llama “En-señas a integrar”. Es un programa de computación que enseña el abecedario y los números a niños sordos e hipoacúsicos “y a todas las personas que quieran aprender el lenguaje de señas”, aclara el vicedirector de la escuela, Néstor Basílico.
Un grupo de ex alumnos de esta escuela está trabajando, además, en un proyecto en colaboración con el Círculo Deportivo de Lisiados de Mar del Plata (CIDELI) y el Centro de Integración Libre y Solidario Argentina (CILSA). “Están desarrollando un teclado virtual operado a partir de tres botones o pedales, según el tipo de discapacidad”, explica Basílico. Y agrega: “Se recorre presionando las flechas de dirección izquierda y derecha. Permite escribir e imprimir. Ahora los chicos están buscando mejorar el potencial de este programa: cambiar el tipo de letra para una mejor visualización, y el sonido, una variante opcional según la discapacidad de la persona que use el teclado”.
A partir de un elemento que ya existe, alumnos de segundo año de Electromecánica de la EEST N°1 de Junín comenzaron a darle forma a un andador al que le agregaron frenos y ruedas “que en determinados casos sirve como silla”, indica el director de la escuela, Darío Cacheiro.
Desde 2009 los estudiantes de este colegio producen elementos asistidos como paralelas, camillas y trípodes. Cacheiro cuenta que se los entregan al Hospital Abraham Piñeyro de esta ciudad “y gracias a este aporte pudieron armar un ‘banco de elementos ortopédicos’ para los pacientes que se atienden allí”.

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