El número de nacimientos en Alemania cayó en 2009 a un nivel históricamente bajo, según cifras publicadas la Oficina de estadísticas, Destatis.

Esta baja obedece al retroceso del número de mujeres en edad de procrear (de 15 a 49 años). Así, en la principal economía de la zona euro, se producen la mitad de nacimientos que en 1964. En promedio, una mujer tenía 1,36 niños en Alemania en 2009, contra 1,38 en 2008, según la misma fuente.

Alemania tiene una de las tasas de natalidad más bajas de Europa, lo que se explica por las dificultades de conciliar empleo y familia. El Gobierno alemán ha prometido crear miles de guarderías.

El impacto en la economía es directo. A menos nacimientos menos aportantes al sistema previsional. al mismo tiempo hay más jubilados porque se extiende la expectativa de vida. Con esta ecuación, más recursos deberán canalizarse para el pago de pensiones y se acrecienta el riesgo de ampliar el déficit fiscal.

Por esta razón, el Gobierno alemán decidió elevar de 65 a 67 años la edad para percibir una pensión. A esto se sumó la voluntad de muchos mayores por seguir trabajando, aunque sea, con menor carga horaria. En Alemania, la tercera parte de los que tienen entre 60 y 70 años son laboralmente activos.

La poca propensión de los alemanes a tener hijos también hace replantear las políticas inmigratorias, justamente para anticipar el daño económico que puede generar el envejecimiento de la población. El país deberá dejar ingresar legalmente unos 500 mil extranjeros por año para cubrir los puestos de trabajo necesarios.

"A partir de 2015 perderemos cada año 250.000 trabajadores. Entonces faltarán ya en el mercado tres millones de empleados, sobre todo fuerzas cualificadas. A la vez, los trabajadores serán cada vez mayores y aumentará el número de los no cualificados", advirtió el presidente del Instituto Alemán de Estudios Económicos (DIW), Klaus Zimmermann.

Añade que el retroceso de la población traerá consigo "un descenso del Producto Interior Bruto. El bienestar se reducirá, sobre todo en regiones despobladas como Meckelmburgo-Antepomerania. Nuestros sistemas de seguros sociales como las pensiones se verán financiados por cada vez menos trabajadores, lo que traerá consigo graves problemas financieros".

"Esto significa que habrá que incrementar la edad laboral hasta los 70 años. Y ni siquiera esto será suficiente. Necesitamos urgentemente mano de obra e inmigrante del extranjero, como mínimo 500 mil al año para asegurar nuestra economía", subraya Zimmermann.

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