LA ARGENTINA SEGUN ENRIQUE PINTI
Corrientes angosta o Corrientes ancha? ¿El príncipe Carlos y Camilla son una pareja indeseable para el protocolo de la Casa Blanca, la corte británica y el Vaticano? ¿Educación sexual o prohibición para cualquier intento de control de la natalidad? ¿Castidad como única prevención del sida o información responsable y actualizada acerca de la enfermedad? ¿Psicoanálisis o autoayuda de manual? ¿Cine comprometido, cine de entretenimiento, cine de búsqueda formal, cine bizarro o cine pornográfico?
La Nación Revista
Domingo 17 de abril de 2005
Mientras el mundo se cae a pedazos envuelto en las llamas del odio, las guerras por motivos económicos disfrazados de fundamentalismos religiosos, los permanentes atentados contra la naturaleza y el medio ambiente y el predominio del consumismo compulsivo por sobre la sensibilidad social, seguimos discutiendo supuestos dilemas que, a veces, toman un cariz tan disparatado como para hacernos parecer caricaturas de nosotros mismos.
En medio de una situación social que presenta alguna mejoría sectorial, muy bienvenida por cierto, pero parcial, el gobierno de la ciudad de Buenos Aires emprende obras que complicarán el tránsito del microcentro en aras de unas calzadas más espaciosas que, de no mediar una variación sustancial de la realidad (cosa imposible en poco tiempo), van a servir para albergar el doble de desposeídos y mendigos que como herencia han dejado gobiernos cuyos integrantes, socios y cómplices se perfilan como candidatos en las próximas elecciones en un carrusel patético y tragicómico. Bienvenido sea el embellecimiento urbano, pero no a costa de trastornos para los que tienen que manejarse, por su trabajo, en el desorden vehicular porteño.
¿Es posible que se sigan invocando cuestiones morales de protocolo cortesano en el año 2005? El protocolo no prohíbe ni censura los abrazos hipócritas de mandatarios que se detestan y que llevan al holocausto a millones de personas con sus horrorosas maniobras bélicas. Ahí están, sonriendo ante los flashes fotográficos y eternizando la falsedad. En cambio se considera embarazoso que un viudo vaya con su mujer (¡divorciada, qué escándalo!), con la que mantenía relación paralela (¡una amante!, ¡qué degeneración!) en vida de la difunta (escándalo nunca visto, ¿viste?).
Todavía no nos ponemos de acuerdo acerca de la educación sexual. No podemos integrar el sexo como cosa natural que sirve para la procreación y también para el placer. Partiendo de la base de que las dos cosas (procreación y placer) pueden coexistir en armonía y libertad, y dejando que cada grupo familiar y escolar forme a sus niños de acuerdo con sus creencias e ideas.
Más tarde, una vez responsables y educados, cada uno –conforme a su sensibilidad y libre albedrío– lo usará como mejor le parezca sin enfermarse, ni destruirse ni contagiar. Ni tendrá embarazos no deseados que, frente a la extrema rigidez de los grupos muy conservadores, son la antesala de abortos clandestinos que pueden provocar, por miedo e ignorancia, la muerte de muchas jóvenes.
No se puede responder a esa realidad con ¡castidad! No en esta época. Sólo la información responsable puede hacer del sexo un placer y/o una concreción amorosa duradera con hijos deseados y concebidos por algo más que una casualidad o un arrebato pasional.
El psicoanálisis sirve, la autoayuda y la reflexión también; depende del grado al que hayan llegado nuestros problemas. Una cosa es analizar el porqué de algunas conductas erradas y otra estar chiflado y creer que el mundo entero nos quiere hacer daño.
El cine "comprometido", el comercial, el de búsqueda y el alternativo han dado la cantidad de genialidades, mediocridades y bodrios suficientes como para que paremos la discusión y volvamos a recordar que el talento no tiene género.
Mientras discutimos estos "sesudos problemas", el mundo sigue pidiéndonos a gritos afecto, responsabilidad, respeto a la vida y al planeta; un poco de paz.
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