Gerontologia - Universidad Maimónides

Junio 17, 2005

Sin motivo en el psiquiátrico

una_trampa.jpgVera Stein, "La psiquiatría: una trampa"

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha fallado a favor de una mujer que fue internada en un psiquiátrico contra su voluntad y sin disposición judicial. En el banquillo estaba Alemania.

Deutsche Welle
16.06.2005

Hoy tiene 46 años y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos falló a su favor, después de 10 años de un vía crucis por las cortes y los tribunales alemanes, y después de 32 años de que fuera declarada, sin fundamento, un caso para las clínicas siquiátricas. Después de años de encierro y de psicofármacos, la mujer que usa públicamente el nombre de Vera Stein es un despojo atado a una silla de ruedas. Pero con la voluntad y la razón suficiente para oponerse a la irresponsable tutela de las clínicas en las que, bajo la rúbrica de insanidad mental, la internaron, en contra de su voluntad.

¿Una adolescente normal?

Por conflictos adolescentes con sus padres, a los 14 años tuvo su primer contacto con la psiquiatría. El diagnóstico fue esquizofrenia juvenil. Como se comprobó 6 años después, un diagnóstico errado, por el cual tuvo que ingerir por años psicofármacos que no eran apropiados, por un lado porque la tal esquizofrenia nunca existió. Y por otro, porque los medicamentos acuciaron los daños corporales que le había dejado una polio infantil. A las protestas, virulentas y a veces violentas, la respuesta fue hacerle ingerir más neurolépticos y tranquilizantes y encadenarla a la cama. Sus intentos de escaparse fueron atajados por la policía. Y otra vez a los psicofármacos. Entretanto la adolescente era adulta, y contra su voluntad y sin disposición judicial la mantuvieron internada y los medicamentos produjeron severos daños neurológicos.

A los 21 años, al fin consigue ser tomada en serio. El afamado siquiatra infantil, Reinhard Lempp, diagnostica: "en ningún momento hubo una psicosis del tipo de la esquizofrenia". Su comportamiento insurrecto se originaba más bien en problemas familiares.

Las puertas cerradas de los tribunales

Comenzó entonces su peregrinaje por los tribunales alemanes. El primero fue el de Brema, que falló a favor de las clínicas porque en ese entonces no se conocían los efectos de los medicamentos y porque en los años setenta "era así" como se trataba a los pacientes. En el de Fráncfort se le ofreció una pequeña indemnización por error en el diagnóstico.Vera Stein se dirige al Tribunal Federal y al Constitucional. Nadie quiere tomar su caso. Lo único que queda es Estrasburgo, en donde se pone en el banquillo a los Estados. Tanto la caja médica como la policía, ambas estatales, "obraron con negligencia, atentando contra la Convención Europea de Derechos Humanos así como contra el derecho a un juicio justo y contra el derecho al respeto de la vida privada y familiar."

El precio de la razón

18.315 euros tiene que reponer a Vera Stein el Estado alemán por costos judiciales. Nada en comparación al mal causado. "Yo no soy un caso aislado", asevera la valiente Vera Stein en uno de los libros que ha publicado. "¿Cuántos pacientes no tienen la fuerza o el valor para oponerse? ¿Cuántos están bajo la tierra ya por fallos médicos? Por ellos hay que luchar." La lucha que propone Vera Stein no es tanto la determinación de la leve frontera entre la razón y la demencia, sino por la toma de conciencia del poder institucional y familiar, para -por obra u omisión- decidir sobre una vida, en razón y salud. O en demencia.

Mirra Banchón

Publicado por Licenciatura en Gerontología el día: Junio 17, 2005 05:42 PM