Respirar de manera constante el aire cargado de partículas nocivas para los pulmones, podría repercutir en la formación de coágulos sanguíneos que obstruyen el recorrido de la sangre. Especialistas señalaron a Pro-Salud que esto se puede prevenir disminuyendo la exposición a la contaminación.
Urgente24.info
31/10/2005
Según publica Pro-Salud, en los últimos años, asistimos a un incremento muy significativo de los niveles de polución. Recientemente, un equipo de especialistas del Centro Médico Beth Israel en Boston, (USA) se propuso determinar la incidencia de los altos niveles de sustancias contaminantes del aire en el incremento de accidentes cerebrovasculares.
Según los investigadores, el aumento de las partículas contaminantes presentes en el aire, está asociado con una mayor cantidad de accidentes cerebrovasculares causados por coágulos cerebrales.
Para comprobar esta teoría, los especialistas evaluaron entre 1986 y 1999 y en 9 ciudades diferentes de USA, los expedientes médicos de aproximadamente 175.000 hombres y mujeres.
Gregory Wellenius, el médico que encabezó el estudio, expuso sus conclusiones que forman parte de la publicación Stroke, del American Heart Association. En ella dijo: “Los análisis previos mostraban una asociación entre la contaminación del aire y el riesgo de sufrir ataques cardíacos u otros eventos de esa característica. Sin embargo, la nuestra es la primera investigación que toma en cuenta la vinculación entre el mencionado factor ambiental y los accidentes cerebrovasculares”.
A raíz de contar con los registros de los centros de salud, el equipo de profesionales encabezado por Wellenius encontró que el aumento de sustancias contaminantes como el monóxido de carbono o el nitrógeno en el aire está relacionado con el incremento del 1,03% en la cantidad de admisiones realizadas en los hospitales de personas que ingresan con cuadros de accidente cerebrovascular.
En cuanto a la causa de los ataques, los investigadores elaboraron dos hipótesis que parten de la formación de coágulos sanguíneos que obstruyen el recorrido de la sangre.
La primera de ellas está relacionada con la inflamación de las venas y arterias, mientras que la segunda tiene que ver con el daño producido a los pulmones a raíz de respirar constantemente el aire viciado de nuestras grandes ciudades. Suponen que esto podría actuar como un disparador de cambios en la presión arterial y favorecer la formación de coágulos.
Como conclusión, Wellenius afirmó que “junto con resultados anteriores es posible determinar que disminuir los niveles de exposición a la contaminación ambiental, puede reducir significativamente el riesgo de sufrir numerosos problemas de salud, incluyendo problemas cardíacos y, por supuesto, accidentes cerebrovasculares”.
Pro-Salud News dialogó con el doctor Juan Carlos Rivas, médico cardiólogo, Jefe de la sección Lípidos del Instituto Cardiovascular de Rosario, quien explicó que “actualmente, la contaminación ambiental no esta definida como un factor de riesgo que incida en el incremento de problemas de índole cerebrovascular. Por esa razón, a diferencia del humo del cigarrillo, se supone que la contaminación ambiental no lleva cambios en la conducta terapéutica”.
En este sentido, el especialista especificó: “si un paciente es fumador activo o pasivo, se le va a recomendar, por ejemplo, que baje sus niveles de colesterol como una forma de contrarrestar los efectos del humo. En el caso de la contaminación ambiental, eso no sucede. Por eso, decimos que no supone cambios en la conducta del paciente”.
Para mayor información:
* Stroke: http://www.stroke.ahajournals.org
* American Heart Association: http://www.americanheart.org