El equipo de Robert Dworkin, de la Universidad de Rochester, ha localizado un conjunto de indicadores que, solos o en combinación, ayudan a identificar a los pacientes que tienen un riesgo elevado de desarrollar dolor persistente después de la curación de la erupción propia del herpes zóster. Los resultados del estudio se publican en el último número de Neurology.
DIARIO MEDICO - España
El herpes zóster es una de las enfermedades neurológicas con mayor incidencia. Si uno vive 85 años, las probabilidades de padecerlo son del 50 por ciento. Dicha lesión es la reactivación de virus responsable de la varicela, caracterizada por erupciones localizadas en una parte del organismo y que se acompaña de dolor moderado o severo en la mayor parte de los pacientes. El dolor persiste al menos 120 días después de la curación de las erupciones propias del herpes zóster, que se ha denominado neuralgia postherpética. Entre el 20 y el 25 por ciento de los pacientes con herpes desarrollan neuralgia postherpética.
Hasta ahora, la edad avanzada era el único factor de riesgo identificado para localizar la neuralgia postherpética. Los estudios previos habían identificado miles de indicadores como potenciales factores de riesgo para la neuralgia postherpética, pero no contemplaban la distinción entre lo que los investigadores habían definido como las tres fases del dolor herpético: dolor agudo durante 30 días, persistente después de la fase del diagnóstico y que continúa 120 días después de resolverse la lesión.
Identificación
"Nuestro objetivo era identificar los factores de riesgo de la neuralgia postherpética para identificar los factores de alto riesgo y examinar las características de la neuralgia postherpética", ha indicado Dworkin.
Para ello han analizado los datos de las muestras de dos pacientes inmunodeprimidos que han participado en dos ensayos clínicos con el agente antiviral famciclovir.
En las dos muestras, el dolor agudo y la edad avanzada se asociaban significativamente a neuralgia postherpética. Se combinaron varios factores, como edad avanzada, género femenino, presencia de síntomas antes de que aparezca la erupción, dolor agudo y lesión cutánea extensa y severa, y se identificaron como factores de riesgo.
"La variedad de factores de riesgo hace pensar en que existen diversos mecanismos que contribuyen a la neuralgia postherpética".
El riesgo de neuralgia postherpética es más alto en las mujeres, lo que puede justificarse por su mayor esperanza de vida y, por lo tanto, la mayor incidencia de herpes zóster.
Dworkin ha indicado que se necesitan más estudios para determinar la factores biológicos y psicosociales que puedan mitigar estas diferencias de género.