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Mayo 29, 2004
Murió la argentina más vieja

margarita.jpgMargarita Lacsi vivía en Jujuy y le calculaban unos 126 años

La Nación
29 de mayo de 2004

Que el diablo no se entere. Doña Margarita Lacsi, la "abuela de todos los jujeños", la domadora de tormentas, la cazadora de pumas, ha muerto y fue enterrada ayer en Jujuy.

Doña Margarita era una de las mujeres más ancianas del mundo y, quizás, la más longeva del país. Tenía una cantidad de años imposible de probar con documentos, aunque el 30 de marzo último le festejaron los 126.

"¿Cuántos años...? No, no me puedo acordar. Más de 2000, quizás", contestó a LA NACION en agosto de 2002, a la pregunta obligada sobre su edad.

Margarita fue puestera, recolectora de sal y una conocedora del arte de hacer quesos. Sabía curar el "susto" de los chicos y el mal de ojo. También, espantar las tormentas –y al diablo, que es el que las trae– provista sólo de una tela negra, una botellita de alcohol y una cruz de Caravaca. Tan efectivo era el método, que, según los vecinos, últimamente las tormentas, el viento y las nevadas no tenían la fuerza de otros tiempos. Por eso, en voz baja se susurraba que Margarita, quizás, había derrotado al diablo.

Para visitar a doña Margarita había que alejarse de San Salvador de Jujuy unos 15 kilómetros hacia las Termas de Reyes. Al pie de la montaña, en un paraje conocido como Guerrero, una casita de adobe era el centro de una bucólica postal: el cerro verde al fondo, unos caballos con el reflejo del sol en las crines, durazneros y ciruelos en flor y el río pedregoso que esquivaba la casa con una complicada vuelta y jamás dejaba de cantar. En la galería estaba sentada Margarita. La vida no le dio hijos, pero siempre estaba acompañada por gente de la zona.


Coca de coquear

"Llévele coca de coquear como regalo, así entra en confianza", recomendó alguien, atinadamente. Y no se equivocó. Mientras coqueaba, con un dulce balbuceo relataba sus recuerdos. Su marido Roque, un hombre "ni buen mozo ni mal mozo", que fue atrapado por el río hace quizás 80 años, su vestido de novia celeste, las cabalgatas de cinco días para juntar sal "pa’l patrón". Incluso llegó a amenazar, divertida, al fotógrafo de LA NACION con "sacarlo a palos", tras la invitación a acompañarla a su habitación para hacer unas tomas.

Margarita no sabía de procesos políticos ni culturales; jamás vivió fuera de la estancia en la que nació. Pero sabía de la vida y la muerte, del clima, de santos y cosas inexplicables. No entendía por qué había vivido tanto. Quizás, decía, la hizo fuerte la carne de puma que comía en su juventud y ella misma cazaba.

El 5 de mayo, Margarita –que caminaba ayudada por dos bastones, fumaba y no seguía ninguna dieta especial– fue operada por una fractura. Pero un accidente cerebrovascular complicó las cosas y anteayer Margarita murió.

Seguramente, cuando el diablo vuelva por Guerrero con sus calamidades meteorológicas se sentirá triste. Ya no estará su vieja enemiga para salir a enfrentarlo con sus herramientas simples, pero poderosas, y la ayuda de Santa Bárbara – "la de las tormentas", decía ella– que jamás dejó de ayudarla en esos momentos difíciles.

Fernando Halperin

http://www.lanacion.com.ar/04/05/29/dg_605548.asp


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Murió en Jujuy la mujer más anciana del país
Margarita Lacsi tenía 126 años y vivía en una finca rural. Conservó la lucidez hasta el final.

Laura Ballatore SAN SALVADOR DE JUJUY.
Clarín

Margarita Lacsi, la mujer más longeva del país y tal vez del mundo, murió el jueves en Guerrero, una localidad rural de la capital jujeña. Según el parte médico, sufrió un accidente cerebrovascular, consecuencia de una pulmonía, tras una operación de fémur de la que se recuperaba favorablemente. Estaba internada en el Sanatorio Nuestra Señora del Rosario desde el 5 de mayo último, luego de que se rompiera el fémur a la altura de la cadera a causa de una caída en su casa.

El último 29 de marzo había cumplido 126 años. Margarita, sorprendentemente lúcida, recordaba en sus encuentros con los periodistas su juventud y la vida en el campo. Prácticamente no conocía la ciudad. Le gustaba relatar las hazañas que había concretado bastante tiempo atrás, como cuando debió enfrentarse a un león y o cuando bebió la sangre de un puma.

Decía que el secreto de la longevidad era llevar una vida tranquila, alimentarse bien pero sin excesos, a la vez de disfrutar de las pequeñas cosas de todos los días. Margarita no tenía familiares. Había quedado viuda a los 40 años, no volvió a casarse ni tuvo hijos. La atendía una vecina llamada Lidia, a la que consideraba una hija, y Rolando Brizuela, un cuidador domiciliario.
Todos los días se levantaba a las 9 para desayunar. La anciana nacida en 1878 permanecía la mayor parte del día en una silla de ruedas y cuando caminaba utilizaba un bastón. Le gustaba la vida en el campo, disfrutaba de las comidas sencillas y siempre antes del almuerzo masticaba hojas de coca, una costumbre propia del norte argentino. Tampoco se privaba de alguna que otra "copita de vino", según contó María Teresa Erazo, una asistente social.

Experta elaboradora de queso de cabra y ex servidora en la finca Guerrero, Margarita vivía de una pensión de 145 pesos. Integrantes del Programa Federal de Salud Jujuy (Profeju) se ocupaban personalmente de su salud y un laboratorio le proveía gratuitamente complejos multivitamínicos para fortalecer los huesos, muy frágiles por la edad.

Su estado físico era muy bueno, al punto que a lo largo de sus 126 años de vida sólo fue sometida a dos operaciones: de cadera el año pasado y de fémur, recientemente.

"No me falta nada, aunque estoy un poco achacada por la edad, nada más. Ya casi no puedo caminar mucho porque los huesos se me pusieron muy blandos", decía a la prensa.
A su último cumpleaños lo festejó en compañía de Lidia, vecinos de Guerrero y funcionarios del Ministerio de Bienestar Social de la Provincia. En esa ocasión recibió un ramo de rosas y una chalina, y compartió empanadas con los invitados.

Vecinos y autoridades participaron ayer del sepelio de Margarita y dejaron rosas y flores silvestres en la tumba del cementerio de Guerrero.

Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Mayo 29, 2004 07:32 AM
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