Promesa efectuada por los Técnicos y Licenciados en Gerontología durante la Ceremonia de Colación de Grado del 16 de Julio de 2004
La promesa que vais a realizar y mediante la cual se os admite como miembros de la profesión gerontológica, constituye una invocación a Dios, o a quien cada cual considere como más alto y sagrado en su fuero moral, como testimonio del compromiso que contraeréis para siempre.
En el momento de ser admitidos entre los miembros de la profesión gerontológica
¿Os comprometéis solemnemente a:
Hacer de la calidad de vida de aquellos que os requieran la primera de vuestras preocupaciones?
¿Respetar el secreto de quien se os haya confiado a vosotros?
¿Considerar y respetar a los colegas?
¿No permitir jamás que entre el deber y el que os necesita, se interpongan consideraciones de religión, de nacionalidad, de raza, de partido o de clase económica?
¿Tener absoluto respeto por la vida, desde el instante de su concepción hasta la muerte?
¿No utilizar, ni aún bajo amenazas, los conocimientos obtenidos, contra las leyes de la humanidad?
¿Escuchar con respeto a quien requiere de vuestro saber, partiendo del principio de que todos sabemos algo y que no somos dueños de la verdad absoluta?
¿Qué vuestra responsabilidad está no sólo en el ayudar a quien requiere de vuestro saber, sino también ayudarlo a crecer como persona y colaborar en su capacitación y participación si es posible?
¿Respetar el derecho de quien requiere de vuestros servicios en la vida y en el morir?
Si cumplieseis íntegramente este compromiso, gozaréis de vuestra vida y de vuestro arte y disfrutaréis de perenne estima.
Si lo quebrantaréis, que vuestra conciencia y el honor de la profesión en la que acabáis de ingresar, os lo demanden.