Gerontología - Universidad MaimónidesGerontología - Universidad Maimónides
Octubre 03, 2004
Comprender la vejez y el envejecimiento desde la complejidad

Al hablar de la vejez y envejecimiento, ya estamos hablando implícitamente de la vida, y todos vamos a coincidir que la vida en si misma es compleja, en el sentido que se va conformando por múltiples factores algunos predecibles y otros no, pero todos ellos hacen a la vida.

Lic. Patricia Lang
Pelk@arnet.com.ar
I.C.A.M. ( Instituto para la Contención Integral del Adulto Mayor)

Publicado por Mayores en Movimiento
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Podríamos ubicar a la vejez dentro de una de las etapas que conforman la vida. Y podríamos llamar envejecimiento al proceso de afrontamiento y a la sumatoria de situaciones complejas que debe atravesar el ser humano dentro de este ciclo vital.

Se hace muy difícil definir la vida globalmente, podemos definirla desde la biología, neurología, desde lo social, o desde cualquier otra disciplina, pero seria una definición acotada a esa perspectiva y sabemos que la vida es mucho más. Y lo sabemos desde el vivir cotidiano. Por lo tanto sucede lo mismo al intentar definir la vejez y su proceso de envejecimiento en conceptos determinantes y cerrados.

La vejez y el modo de vivirla ha ido cambiando a través de los años, porque los estilos de vida se han ido modificando. Las características generales de un viejo del siglo XIX, del siglo XX y en los comienzos del siglo XXI son muy diferentes.

Cotidianamente observamos y nos sorprendemos con las conductas de los niños pequeños y de los adolescentes, notamos claras diferencias al compararla con la conducta durante nuestra niñez y nuestra adolescencia. Evidentemente la cultura, la sociedad, la genética, la biología han han ido influyendo sobre los niños y adolescentes, lo cual se hace evidente a la observación diaria. Sin embargo desde el nacimiento, entre los bebes se pueden encontrar ciertos patrones comunes en relacion a su etapa evolutiva, pero es más difícil encontrar similitudes entre los viejos[i] .

Los adultos mayores para llegar a esa etapa han atravesado infinidad de situaciones y experiencias muchas de ellas compartidas, sin embargo el significado que cada uno ha ido atribuyendo a esa experiencia es personal, la vivencia misma es única. Y al decir de Edgar Morin [ii] “...cada uno de nosotros no puede decir yo más que por uno mismo”.

A pesar de que podamos encontrar ciertas formas propias de la vejez, que lo diferencia de la adultez, no significa que todos los ancianos sean iguales; y esto se nos evidencia en nuestra práctica clínica. Por ejemplo casi todos nuestros pacientes adultos mayores, refieren tener dolores articulares, pero para algunos esto es un muy buen recurso para ubicarse en el lugar del “ viejo de la familia”, “ porque son cosas de la edad ”, y en general tienden a tener una conducta sedentaria, no sale a pasear aduciendo que le duelen las piernas. Al indagar su historia descubrimos que nunca les gustó salir a pasear, con lo cual “el no salir a pasear” hoy se atribuye a la edad, y a dolores de piernas en esta etapa, pero cuando estos síntomas no existían tampoco salían. Otro paciente, que tambien refiere dolores articulares tiene como principal actividad el taller de gimnasia, pero toda su vida realizó actividad física, y a pesar de su malestar encuentra en gimnasia una alternativa para sentirse mejor. Pacientes con deterioro cognitivo, según su medio social, cultual y educacional registran y significan de manera diferente su déficit. Quien se desarrolló y continua frecuentando un grupo de pertenencia en el que lo que los convoca es lo intelectual, se angustia y percibe como una gran pérdida las dificultades cognitivas, puede atribuirlo a enfermedad; sobre todo si se compara con otros miembros de su grupo que no manifiesta perdidas intelectuales. En cambio el anciano que se desarrollo en un medio en donde predominó el pensamiento concreto y en donde lo intelectual no tuvo tanto peso, es posible que tenga registro de su deterioro en un estadio más avanzado que el primero.

Vamos notando que el hecho de padecer dolores articulares o pérdidas cognitivas entre otras dolencias y a pesar de que se presenten con mayor frecuencia en la edad avanzada, no iguala a todos los viejos.

Son muchos los interrogantes y observaciones que debemos considerar para comprender la vejez y el modo de atravesarla. Un elemento fundamental es la familia del anciano, y que lugar ocupa éste dentro del sistema familiar. ¿Cuál es la concepción que el adulto mayor de hoy tenía en relacion a la vejez, durante sus años de juventud?¿ Cuales han sido sus expectativas para cuando llegara a esta etapa?¿Ha ido trasmitiendo esto a sus descendientes?¿Cómo ha sido históricamente la relacion con sus hijos, si los hay?¿Cómo es la relacion actual con su familia?¿Cómo ha sido su estatus social y su situación económica?¿Cuál es el origen étnico y cultural del que proviene?

Son infinitas las variables a observar, porque cada ser humano y específicamente cada viejo tiene su particularidad, y está en la mentalidad de quien mira, poder ver la complejidad de la vejez.

La complejidad según Morin,... es aquello que no puede retrotraerse a una ley, aquello que no puede reducirse a una idea simple. La complejidad es una palabra problema y no una palabra solución.

Claro está, que asistir a un paciente por ejemplo con un síndrome demencial, cuya familia no acepta la enfermedad y no sabe como manejar esta situación, no es tarea fácil. Pero es mucho menos fácil si tratamos solamente al paciente en cuestión, sin tener en cuenta la interacciones, metamensajes. Incluir a la familia es más trabajoso para el profesional, considerar el hábitat, las relaciones conflictivas y las más sanas complica aún mas, e incluir a cualquier otra variable que se presente complica más y más.

Pero consideramos que todos estos factores son los que hacen a la complejidad de “este” anciano y el no considerarlo es una postura muy facilista y en la practica poco productiva.

Bachelard, filósofo de las ciencias, había descubierto que lo simple no existe: “solo existe lo simplificado. La ciencia construye su objeto extrayéndolo de su ambiente complejo, para ponerlo en situaciones experimentales no complejas”. No podemos comprender a la Persona desde lo simple, ello es solo una parte de toda su integridad. Solo el pensamiento complejo y la capacidad de una mentalidad dispuesta nos permitirá comprender la vejez y su proceso.

Morin dice: “ Si la complejidad no es la clave del mundo, sino un desafío a afrontar, el pensamiento complejo no es aquel que evita o suprime el desafío, sino aquel que ayuda a revelarlo e incluso, tal vez a superarlo”

Para comprender al adulto mayor debemos hacerlo desde un pensamiento complejo, en el que podamos incluir todo aquello que hace a su persona, a su esencia y a su existir.

Creemos que el verdadero éxito de un tratamiento comienza cuando los pacientes y quienes lo rodean sienten que son escuchados en la significación personal de su dolencia y la afectación del familiar, amigo o cuidador. El estar dispuesto a comprender la repercusión de lo que sucede tanto en el paciente como en su entorno, va mucho más allá de los tratamientos clínicos o psicológicos tradicionales. “Lo que hoy se necesita no es solamente que el objeto sea adecuado a la ciencia, sino que la ciencia tambien sea adecuada al objeto” (E. Morin) . Las alternativas clásicas pierden su carácter absoluto.

Es indispensable trabajar desde la transdisciplina, que permite concebir al mismo tiempo la unidad, como la diferenciación de las ciencias, incorporar los obstáculos que se presentan, no negarlos o descartarlos. El negarlos o descartarlos, seguramente cuando confunde nuestro entendimiento, es reducir y adaptar la realidad del anciano a nuestra capacidad, sin tener en cuenta la potencialidad del viejo. Y la complejidad tiene que ver con aceptar e incorporar la contradicción.

Al decir de Morin “es necesario abandonar los programas, hay que inventar estrategias para salir de la crisis. Es necesario, a menudo, abandonar las soluciones que solucionaban viejas crisis y elaborar soluciones novedosas ”

El mundo se encuentra en evolución permanente sumado al aumento de la población anciana, obliga a estar abiertos mentalmente para que desde nuestro rol podamos ampliar el horizonte en lo que hace a la comprensión del adulto mayor.

Texto proporcionado por las autoridades del
III Foro Nacional de Docentes e Investigadores
Universitarios sobre Envejecimiento y Vejez.
Mar del Plata- Prov. de Bs. As. Argentina
Agosto-2004

[i] Muchinick Eva: A cerca de la segunda mitad de la vida – 2004- En prensa
[ii] Morin Edgar: Introducción al pensamiento Complejo-Ed. Gedisa

Enviado por Licenciatura en Gerontología el: Octubre 3, 2004 08:31 AM