Gerontología - Universidad Maimónides

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Con los años nuestra capacidad para inhibir información se deteriora

A medida que envejecemos se producen alteraciones de las funciones cognitivas y estos cambios son los responsables de la falta de tacto con el que algunas personas mayores se comportan.

Fuente: elmundosalud.com
Publicado por Mayores en Movimiento
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Esta desinhibición deriva de la pérdida de la capacidad para distinguir entre un contexto privado y uno público, según un estudio publicado en la revista ‘Psicología y Envejecimiento’ http://www.apa.org/journals/pag/

El estudio realizado por investigadores de la Universidad de New South Wales (UNSW) de Sydney (Australia) revela que los adultos mayores de 65 años son más propensos a realizar preguntas personales en un contexto público, mientras que los jóvenes entre 18 y 25 años lo hacen en privado.

Es muy común que la gente se sienta molesta cuando se trata en público una cuestión íntima o considerada de mal gusto. Las convicciones sociales nos dictan que no se le debe preguntar a alguien abiertamente si ha engordado, si su mujer le ha abandonado por otro o si sus hemorroides han mejorado desde la semana pasada.

"Parece que los jóvenes tienen mayor capacidad que los adultos para morderse la lengua en contextos en los que es inapropiado discutir temas personales", declaró Bill von Hippel, profesor de la escuela de psicología de la UNSW y autor del estudio junto a su colega Rally M. Dunlop.

El objetivo del estudio fue tratar de corroborar la hipótesis de que el envejecimiento deriva en ocasiones en un comportamiento social poco apropiado como consecuencia del deterioro de la habilidad para inhibir información.

Verborrea y comentarios poco apropiados

Un proceso cognitivo efectivo implica que la información relevante se tiene en cuenta y, al mismo tiempo, aquella que no es importante es ignorada. Todo esto tiene lugar gracias al mecanismo de inhibición y cuando éste falla se producen problemas como lapsus en la conducta social.

Lo que ocurre es que los mayores a menudo padecen déficit inhibitorio. La verborrea, el aumento de los prejuicios o los comentarios poco apropiados son algunas de las actitudes que de forma involuntaria alteran la conducta social de estas personas.

"No es que la gente mayor tenga mayor tendencia que los jóvenes a preguntar sobre temas personales", advierte von Hippel. "De hecho, nuestro estudio muestra que los jóvenes hacen más preguntas personales, pero normalmente las hacen en privado".

Consecuencias negativas

Ante cuestiones personales procede comportarse de manera comedida y discreta, y cuando alguien se enfrenta a ellas sin pelos en la lengua puede granjearse cierta mala fama.

El ser descortés puede resultar especialmente dañino para las relaciones sociales de los mayores porque los círculos de amigos suelen ser más pequeños y las faltas de educación razones por las que enemistarse.

"Los jóvenes no se mostraban demasiado molestos cuando sus amigos se comportaban ocasionalmente de forma inapropiada, pero los mayores se sentían menos cercanos a aquellos conocidos que les hacían preguntas en público acerca de su vida privada", señaló von Hippel.

El estudio presenta ciertas limitaciones y supone un primer vistazo a este fenómeno, pero a través de él es imposible conocer con seguridad si la edad provoca esta inadaptación social, aunque todo apunta hacia un vínculo sólido. Los investigadores auguran que estudios futuros lo confirmarán.

http://elmundosalud.elmundo.es/elmundosalud/2005/12/22/neurociencia/1135273451.html