Un descubrimiento llevado a cabo en animales de laboratorio evidencia las diferencias a la hora de almacenar y codificar recuerdos entre los cerebros más jóvenes y los más envejecidos.
Un grupo de científicos de la Universidad Johns Hopkins han descubierto que mientras que los animales de mayor edad con problemas de cognición tenían cerebros que habían perdido la capacidad para ajustar la fuerza de esas comunicaciones sinápticas, los animales mayores cuyas memorias permanecían precisas mostraron todavía esa capacidad.
FUENTE: NATURE NEUROSCIENCE. 2005 DIC;8(12):1657 - 1659
Publicado por Psiquiatria.com
A través de estudios en animales de experimentación se ha descubierto que los cerebros más envejecidos almacenan y codifican recuerdos de forma diferente a los cerebros más jóvenes. Los científicos compararon los cerebros de animales de laboratorio de 6 meses de edad con los de 2 años de edad, considerados animales envejecidos, que habían puntuado como los más jóvenes en varias tareas de aprendizaje. Los cerebros de los animales envejecidos también fueron comparados con los de mayor edad que mostraban un declive en su habilidad para aprender información nueva.
Los investigadores observaron un grupo de conexiones clave entre neuronas que almacenan información modificando la fuerza de las comunicaciones químicas en sus sinapsis. La comunicación sináptica es la forma en la que el cerebro registra y conserva la información para formar los recuerdos. Estos animales de más edad se apoyaron más que los jóvenes en un mecanismo diferente para dar lugar a los cambios sinápticos. Este interruptor, señalan los autores, podría servir al mismo propósito, almacenar recuerdos, pero mediante un dispositivo neuroquímico distinto.
Los autores del estudio indicaron que si este descubrimiento pudiera probarse también en cerebros humanos supondría la posibilidad de desarrollar tratamientos preventivos y terapias basadas en lo que los cerebros sanos de más edad hacen en lugar de en los modelos de cerebros más jóvenes menos relevantes.