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La salud cardiovascular le sale cara a las arcas europeas

salud_cardiovascular.gifLa patología cardiaca y cerebrovascular acarreí un desembolso de 169 billones de euros en 2003. La tendencia va al alza. Saber el coste ayudará a repartir los recursos.

ALEJANDRA RODRÍGUEZ
El Mundo Salud


Ilustración: Santiago Sequeiros
La obesidad es quizá la patología que más páginas acapara en los últimos tiempos en los medios de comunicación. Por su parte, el cáncer sigue siendo la enfermedad que más temor produce en los ciudadanos con sólo mencionarla.

Sin embargo, el conjunto de trastornos cardiovasculares es el más prevalente en la Unión Europea -un dato que ya se conocía de antemano y que es igual en el resto del mundo desarrollado- y el que más recursos económicos arrebata a los presupuestos sanitarios de los países miembros; que es precisamente lo que acaba de constatar un trabajo, realizado en los 25 'socios' de la Unión, y publicado en el último número de la revista 'European Heart Journal'.

LOS DATOS

Los autores de la investigación, pertenecientes al Departamento de Salud Pública de la Universidad de Oxford (Reino Unido) pretendían evaluar el impacto económico de la enfermedad cardiovascular en todas sus manifestaciones -esta denominación engloba todas las afecciones que tienen que ver con el funcionamiento de la vasculatura cerebral y cardiaca- y no sólo en lo referente a su prevención, detección, diagnóstico y tratamiento.

También quisieron incluir los denominados gastos indirectos; es decir, el montante que estas enfermedades suponían en términos de bajas laborales, incapacidades permanentes, prejubilaciones, reducción de la productividad, costes sociales...

Pues bien, después de sumar todas estas cantidades la conclusión fue que el corazón de los europeos costó, sólo en el año 2003 (ejercicio que se tuvo en cuenta para el seguimiento), nada más y nada menos que 169 billones de euros. Lo más grave de todo es que, según las estimaciones de los especialistas y dado el incremento de estas enfermedades, el gasto asociado a ellas superará con creces los 180 billones de euros en los próximos meses.

Otras cifras que han quedado reflejadas en el informe son, por ejemplo, que más de dos millones de personas murieron por causas cardiovasculares en el Viejo Continente y que casi cuatro millones y medio de europeos llevan una vida cotidiana «seriamente dificultada» por estas afecciones.

Cada ciudadano de la UE le cuesta a su país una media de 230 euros anuales (por causas cardiovasculares) y sólo en 2003 se perdieron 268.000 días de trabajo como consecuencia de las enfermedades coronarias o cerebrovasculares.

LA INTERPRETACIÓN
Aunque estos datos son lo suficientemente llamativos, los responsables del seguimiento recuerdan que las diferencias que ha habido en cuanto a la recogida de datos en algunos países y el hecho de que no se hayan tenido en cuenta ciertos factores como, por ejemplo, el coste que supone que una persona afectada de patología cardiovascular vuelva al trabajo con un rendimiento menor debido a una incapacidad parcial pueden hacer que las cifras reales sean, incluso, mayores que las que han quedado plasmadas en esta investigación.

«Las patologías cardiovasculares son el problema de salud de mayor envergadura en toda Europa, referido tanto a recursos sociosanitarios como en términos económicos», afirman los especialistas.

Por otra parte, este trabajo «es el primero en cuantificar el impacto de estos trastornos en Europa», rezan las conclusiones del informe. Sus autores insisten en que conocer estos datos (e incluso tener detalles más concretos de lo que ocurre en cada país en particular) es imprescindible a la hora de destinar todo tipo de recursos (humanos, económicos y sociales).

En función de las necesidades específicas y más urgentes en cada nación se puede priorizar la inversión, así como planificar y distribuir las prestaciones sociosanitarias de manera más racional; logrando más efectividad y un ahorro considerable.

Finalmente, gracias a trabajos como el presente, es posible evaluar el impacto y la eficacia que ejercen las diferentes estrategias que se van poniendo en marcha con el propósito de atajar la enfermedad cardiovascular.