La depresión acelera la progresión de Alzheimer
ESTUDIO 'POSTMORTEM'
Ambos trastornos afectan al área del cerebro relacionada con la memoria
AMÉRICA VALENZUELA
El Mundo Salud
martes 07/02/2006
Un nuevo estudio realizado por científicos del Hospital Monte Sinaí (EEUU) vincula la depresión con el mal de Alzheimer: el cerebro de los pacientes con esta enfermedad neurodegenerativa y episodios repetidos de depresión grave presenta más placas y ovillos amiloides y en consecuencia un deterioro cognitivo más rápido.
Los científicos han comprobado que la depresión mayor acelera el deterioro físico del cerebro que produce el mal de Alzheimer. "Tanto el mal de Alzheimer como la depresión afectan al área relacionada con la memoria en el lóbulo temporal. La depresión produce atrofia en el hipocampo, precisamente el área donde se forman más placas amiloides y ovillos en los pacientes con Alzheimer [responsables del deterioro del cerebro propio de la patología]", señalan los autores en el trabajo, publicado por 'Archives of General Psychiatry'.
Michael A. Rapp, catedrático del Monte Sinaí, y su equipo, compararon los cerebros provenientes de 44 cadáveres de pacientes (32 hombres y 63 mujeres) con una larga historia clínica de depresión con 51 cerebros con Alzheimer y sin depresión. La edad media de los fallecidos era de 81 años.
Los resultados indican que los individuos que padecían depresión cuando se les diagnosticó Alzheimer presentaban cambios en el cerebro típicos de una enfermedad de Alzheimer más avanzada que aquellos en los que la depresión se había producido mucho antes o después del diagnóstico.
Los autores resaltan que "los resultados tienen una relevancia clínica significativa" ya que animan a los investigadores a "identificar potenciales mecanismos que vinculen la depresión geriátrica con ciertos factores de riesgo neuropatológicos de Alzheimer". Si se llegan a conocer estos mecanismos será posible crear estrategias para prevenir la enfermedad.
Compensar la degeneración neuronal
Estudios anteriores ya habían señalado la relación entre estas dos enfermedades. Algunos estudios de imagen han sugerido que tanto la duración como el número de episodios de depresión mayor recurrente están asociados con una pérdida significativa de volumen del hipocampo en pacientes geriátricos.
Otros trabajos 'postmortem' indican que entre las causas de la depresión mayor recurrente se encuentran ciertas anormalidades en las señales neurotróficas [ayudan a reparar neuronas dañadas]. De hecho, en las víctimas de suicidio se han encontrado valores de estas sustancias por debajo de lo normal.
Y las investigaciones sobre modelos animales sugieren que los factores neurotróficos desempeñan un papel fundamental como mecanismo compensador frente a la degeneración neuronal propia de la vejez.
"Si aunamos todas estos resultados es posible afirmar que los efectos en el hipotálamo de una depresión recurrente a largo plazo incluyen pérdida de volumen y defectos en la neuroplasticidad [fenómeno de generación de tejido cerebral propio del desarrollo del encéfalo durante el creciemiento del feto y que en determinadas ocasiones sucede en la edad adulta]. Por eso, si los pacientes diagnosticados con Alzheimer tienen una historia de depresión, los cambios que ésta ha producido en su cerebro pueden conducir a un declive cognitivo más rápido", concluyen los autores.
Dirección original de este artículo:
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2006/02/07/neurociencia/1139326581.html