Las mascotas como aliadas contra la depresión
Como compañía, como necesidad para proporcionarnos seguridad o evitar a los roedores, las mascotas llegan al hogar de un número importante de personas, tanto en el campo como en las grandes ciudades. Conviven con sus dueños, en casas, countries, departamentos y hasta asentamientos transitorios. En todos los casos, algo común las hermana: el ser verdaderos amigos de sus dueños, que muchas veces encuentran, después de un día difícil, el consuelo afectuoso de un ser que los recibe con cariño y sin reproches.
Editora Médica Digital, marzo de 2006
Desde el punto de vista de la medicina, hace cerca de un cuarto de siglo que los investigadores han demostrado que tener una mascota proporciona beneficios para la salud, en diversas áreas. Así, se ha constatado que quienes adquieren una mascota mejoran los niveles de la presión arterial, reducen su tenor de ansiedad, mejoran sus problemas de sueño, etc. Muchos consideran, incluso, que el contacto con animales domésticos mejora algunos aspectos inmunitarios en los niños.
Una consideración interesante es la que surge con relación a las mascotas y los trastornos depresivos.
Los animales y el ánimo de sus dueños
La Dra. Judith Siegle analizó la presencia de depresión en pacientes con SIDA y detectó que aquellos que no poseían una mascota tendían a padecer depresión con mayor frecuencia que sus congéneres que convivían con animalitos domésticos. Estas diferencias fueron más notables con aquellos dueños de mascotas que se hallaban fuertemente relacionados con ellas.
Otros investigadores, como el Dr. Blair Justice, Profesor de Psicología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Texas (EE.UU.), sostienen que jugar con un perro o una mascota proporciona beneficios similares a los de cualquier actividad de esparcimiento. Este tipo de actividades pueden elevar los niveles de serotonina y de dopamina, que son transmisores nerviosos que poseen propiedades sedantes y placenteras.
No se trata de abandonar la medicación ni las terapias psicológicas indicadas por el especialista, sino de agregar un elemento más para colaborar con la recuperación del paciente deprimido.
Un elemento a tener en cuenta. No debe olvidarse que una mascota es un ser vivo que demanda de cuidados permanentes y al que no se puede dejar de lado como un juego que ya no nos entretiene. Estas consideraciones deben sopesarse cuidadosamente antes de adquirir un animalito doméstico, que necesita un hábitat adecuado a su naturaleza, alimento indicado por el veterinario y todos los cuidados (higiene, vacunas, controles médicos, etc.) propios de todo ser vivo que está en contacto con humanos.
Es cierto, se suman cuidados y gastos, pero la compañía silenciosa, cariñosa y estimulante de un animalito doméstico vale la pena.