Gerontología - Universidad Maimónides

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Más sobre el aseo y la apariencia en pacientes con Alzheimer

Sin duda el baño habitual es un elemento fundamental en el paciente con Alzheimer (Vida social y afectiva del paciente con Alzheimer), sin embargo existen otros cuidados relativos al aseo que también deben ser contemplados.

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Nos referiremos por el ejemplo a lo que acontece con el cabello y las uñas.


El cuidado del cabello y de las uñas

Si es posible, mantenga el pelo del paciente corto, eligiendo un estilo que sea afín a los gustos del propio involucrado, pero que resulte fácil de cuidar. Trate de mantener siempre el mismo corte para no introducir confusión en la imagen corporal.


Si para bañarse la persona utiliza el sistema de la silla en la bañera, el duchador es una importante auxiliar que facilitará el lavado del cabello. Otra opción es utilizar el grifo de la pileta del lavadero o la cocina; no descuide el enjuague para evitar que restos de shampoo o jabón puedan provocar prurito o erupciones en el cuero cabelludo.


Respete los gustos del paciente en los peinados, sobre todo si se trata de una mujer. Otro tanto sucede si se trata de una mujer habituada a maquillarse.


Las uñas de manos y de pies deben mantenerse cortas. En el caso de las uñas de las manos, si se mantienen cortas, (aunque con forma) son más sencillas de higienizar y reducen la posibilidad de que el paciente lastime a otros o a sí mismo, involuntariamente.


La ardua tarea de vestirse y asearse


Muchas veces el aseo cotidiano e incluso el hecho de vestirse resultan arduas tareas para las personas que cuidan a un paciente con Alzheimer. Esto hace muchas veces “caer en la tentación” de dejarlos que permanezcan con una bata de cama o con ropa de dormir durante todo el día. Lo cual no resulta una buena idea. Esta actitud puede dificultar el manejo y la calidad de vida de los pacientes. El acto de vestirse a asearse ayuda a estructurar la vida cotidiana del paciente e incluso incide favorablemente en su estado anímico.


Es conveniente seleccionar prendas de fácil colocación, con broches, botones o cierres que permitan introducirse en ellas sin demasiadas maniobras, a la vez que se facilita la tarea de quitarlas a la hora del baño o de ir a dormir.


Aunque los pantalones son prendas más prácticas que las faldas, si se trata de mujeres habituadas a utilizar esta prenda femenina, debe optarse en lo posible por mantenerlas, tal vez con modelos que se aten a la cintura o con cintura elastizada.


El calzado debe ser cómodo, que brinde buen sostén al tobillo; también es conveniente desterrar el uso crónico de pantuflas.


Al concluir la tarea del lavado, peinado, y vestido, si Ud es quien está a cargo del paciente con Alzheimer, elógielo sobre su aspecto e ínstelo a mirarse al espejo. El conservar una buena apariencia no sólo mejora su sentido de seguridad y autoestima sino que hace que todo el entorno lo trate con mayor naturalidad y no lo eluda como un enfermo deteriorado o sólo pasible de lástima.


Muchas veces tener en cuenta estos detalles para alguien que debe convivir con un paciente en estas circunstancias resulta una tarea agobiante. Recurra a amigos o familiares cercanos para que contribuyan con Ud. en estas cuestiones.

Médica Digital, febrero de 2006