Descubierta una conexión entre el riesgo de Parkinson y una variante genética que reduce la actividad de estrógenos
El estudio se realizó utilizando una base de datos de un estudio anterior del genoma humano con los genes asociados al Parkinson
Madrid, 6 abril 2006 (azprensa.com)
Investigadores de la Clínica Mayo (Estados Unidos) han descubierto una posible conexión entre el mayor riesgo de enfermedad de Parkinson y variantes en tres genes que controlan la producción y actividad de los estrógenos en el organismo. Los científicos han hecho público su hallazgo en el transcurso de la reunión de la Academia Americana de Neurología, que se celebra estos días en San Diego (Estados Unidos).
"Hemos descubierto junto a otros investigadores pruebas de que los estrógenos ayudan a proteger a las mujeres frente a la enfermedad de Parkinson, así como que una variante genética que disminuyera la producción o actividad del estrógeno podría situar a esas mujeres bajo un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad", señala Walter Rocca, autor principal del estudio.
El equipo de investigadores analizó variantes en los genes ESR1, ESR2 y PRDM2. Las variantes genéticas no son un defecto o problema por sí mismas, sino que forman parte de las diferencias entre las personas, como ser delgado, bajo o tener los ojos azules.
Sin embargo, estas diferencias convierten a un subgrupo de la población en más susceptible a la enfermedad de Parkinson, si bien algunas veces las variantes genéticas son un factor de riesgo débil y la enfermedad sólo se manifiesta si se encuentra presente otro factor de riesgo, como una dieta en particular, la ausencia de ejercicio físico, la ingesta de ciertos medicamentos o el sufrimiento de un episodio médico.
En el estudio actual, los investigadores examinaron varios genes en busca de variantes en 172 mujeres que tenían Parkinson y 229 mujeres que no padecían la enfermedad.
Rocca explica que algunas variantes genéticas que el estudio descubrió que se encontraban asociadas con el Parkinson eran bastante comunes, ya que afectaban a entre el 10 y el 20 por ciento de la población femenina. Ya que las mujeres no pasan por pruebas que determinen estas variantes genéticas, las afectadas no están advertidas del riesgo bajo el que se encuentran, señala el investigador.
"Si los descubrimientos de este estudio se repiten en otras investigaciones y se confirma, se podrían utilizar estas variantes para predecir el riesgo de la enfermedad utilizando sólo una prueba sanguínea", explica Rocca. El investigador indica que esta prueba podría ser especialmente útil para las mujeres y sus especialistas antes de decidir si la paciente debe pasar por una extirpación voluntaria de uno o ambos ovarios, ya que la combinación de factores que reducen el estrógeno podría amplificar el riesgo de la mujer de padecer Parkinson.