Gerontología - Universidad Maimónides

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La soledad es un factor de riesgo de hipertensión arterial

El incremento de la presión arterial tiene la misma magnitud que la obesidad y la falta de ejercicio

Azprensa.com

La soledad es un factor de riesgo del aumento de la presión sanguínea en los mayores y podría aumentar el riesgo de mortalidad derivada del ictus y la enfermedad cardiaca, según un estudio de la Universidad de Chicago (Estados Unidos) que se publica en la revista Psychology and Aging.

Los científicos han descubierto que las personas solitarias tienen unas lecturas de presión arterial que son hasta de 30 puntos por encima de las de aquellas que no lo son, incluso cuando tuvieron en cuenta otros factores de riesgo como los síntomas depresivos o el estrés percibido. La diferencia es equivalente a la existente entre una presión sanguínea normal de 120 y un nivel de 150 lo que significa una hipertensión en fase 1.

Según los científicos, las diferencias en la presión sanguínea entre personas solas y las que no lo son fueron más pequeñas a los 50 años y superiores entre los adultos de mayor edad, aquellos en edad de jubilación. El aumento de la presión sanguínea asociada con la soledad es de aproximadamente la misma magnitud que las reducciones conseguidas a través de la pérdida de peso y la actividad física regular en personas que sufren de hipertensión.

Los autores basaron su investigación en un estudio de 229 personas de entre 50 y 68 años. El grupo incluyó americanos blancos, afroamericanos y latinos que eran parte de un estudio sobre el envejecimiento a largo plazo. Los participantes contestaron una serie de cuestiones para determinar si se percibían a sí mismo como solitarios.

Los investigadores también examinaron los datos de peso, consumo de alcohol, tabaquismo, fármacos de la tensión y características demográficas y descubrieron que las personas que puntuaban alto en cuanto a ser solitarios tenían una presión sanguínea superior que las personas no solitarias con perfiles similares en otras medidas.

La investigación también mostró que los aumentos en la presión sanguínea normales en relación con el envejecimiento eran superiores en el caso de las personas más aisladas socialmente.