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Zubin Mehta, a los 70 años

zubin_metha.JPGCelebración con la vida y la música

El director de orquesta indio expresó orgulloso: "Tengo la energía de un chico

La Nación
Sábado 29 de abril de 2006

"No me siento en absoluto un septuagenario. Tengo la energía de un chico. Todavía soy capaz de volar entre Munich y Los Angeles, quedarme allí 18 horas y regresar." Zubin Mehta, el director de orquesta de origen indio que a los 18 años dejó Bombay para instalarse en Viena y ponerse a las órdenes del gran Hans Swarowsky para convertirse en una de las batutas más prestigiosas de nuestro tiempo, ríe y muestra toda su vitalidad. Hoy cumple 70 años y Florencia, lo vio debutar en 1962 y en donde ocupa desde 1985 la dirección del Maggio Musicale, acaba de festejar el acontecimiento con un concierto extraordinario y una muestra fotográfica que describe el extenso y magnífico vínculo que mantiene con la ciudad. Al mismo tiempo, está al frente ininterrumpidamente desde 1998 de la orquesta de la Staatsoper de Munich.
-¿Qué es la música para usted?
-Es como la lava que brota sin descanso. Y sin descanso ha sido mi vida en el podio. Cuando comencé a dirigir tenía 21 años y la música es el hilo de mi existencia y lo más importante de la vida junto con mi familia. En una fecha como ésta siento mucho la ausencia de mis padres. Mehli, mi padre, fue el creador de la Orquesta Sinfónica de Bombay y me hizo aprender a amar la música. Además, siguió cada instante de mi carrera musical en compañía de mi madre. Eran conmigo casi obsesivos, querían saber cada detalle. Lo que más extraño son esas charlas nocturnas con ellos, escuchándolos desde el otro extremo del mundo.
-Usted obtuvo un diploma de la Academia Musical de Viena y dirigió las orquestas de Montreal, Nueva York y Los Angeles.
-Sí, pero de ningún modo me he sentido condicionado o influido por la cultura norteamericana. Pero es cierto que me gusta mucho vivir en Los Angeles, donde mi casa está en medio de la naturaleza. En cambio, no me sentí cómodo en una ciudad como Nueva York, porque allí la atmósfera y la mentalidad son muy agresivas. Sólo fui feliz allí durante los siete años en que dirigí a la Filarmónica. De todas maneras, he admirado siempre el gran corazón de los norteamericanos, que se asemeja mucho al de los Parsi, en la India, en su generosidad por apoyar grandes iniciativas sociales y culturales. Nada de esto se nota en Europa.
-Sin embargo, usted también ha recibido fuertes influencias de la cultura europea.
-Viena dejó en mí una profunda marca en toda mi vida musical. Y es también la ciudad en la que me siento más como en casa después de Bombay, si bien también adoro Florencia y Tel Aviv, donde soy director vitalicio de la Filarmónica de Israel. Hace poco compré mi primera casa en Europa, precisamente en las colinas que rodean a Florencia. Soy un florentino por adopción y estoy muy orgulloso de la Orquesta del Maggio Musicale, cuyo constante crecimiento me llena de orgullo. Y tengo muchos amigos en esa ciudad, algunos de ellos lamentablemente fallecidos.
-¿Cuánto queda en usted de aquel espíritu original de su tierra natal?
-Me siento indio y sigo siéndolo, más precisamente de Parsi, una pequeña comunidad de 80.000 personas consagrada a Zoroastro. De allí extraigo una mentalidad positiva y la extrema confianza que tengo en la humanidad. Estoy abierto a todas las ideas y propuestas. Tengo paz interior y no siento ningún rastro de stress.
-Usted ha dirigido varias veces orquestas de las que participaron, juntos, músicos israelíes y árabes.
-Mi mayor aspiración pasa por poner la música en medio de la gente que se odia. Pero siento que lo que hice hasta ahora no alcanza. Tengo que hacer más en favor de los israelíes, de los palestinos, tengo que ayudar más a la India, a Paquistán, a Cachemira...
-¿Hay algo de lo que se arrepiente?
-No haber profundizado la amistad con Igor Stravinsky cuando vivía en Los Angeles.
-¿Algún remordimiento?
-No he tratado bien a algunos músicos y ese comportamiento de mi parte no tiene ninguna justificación. En ese momento no había cumplido 30 años y fui mal aconsejado en Los Angeles. Pero siempre pedí las disculpas del caso. La armonía entre las personas es fundamental.
-En Florencia, al programa original del Maggio Musicale le fueron cortadas dos obras.
-Sí, estoy preocupado por ese tema, pero tengo confianza en las nuevas autoridades. No se pueden pedir más sacrificios a los trabajadores, que ya aceptaron recortes en sus remuneraciones. Apuesto a un futuro mejor y, por qué no, a un nuevo teatro para la ciudad.
-¿Cuáles son sus proyectos?
-Seguir estudiando. Cumplo 70 años y no tengo todas las respuestas. Además, cada vez que me acerco a una partitura siempre descubro cosas nuevas.

Laura Dubini
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