Hace unas semanas nos hacíamos eco de un método para detectarlo con una prueba ocular. Hoy os traemos otra propuesta basada en el análisis de la piel de los pacientes. Investigadores del Instituto de Neurociencias Blanchette Rockefeller han descubierto diferencias en la respuesta bioquímica de los enfermos de Alzheimer a la inflamación. Y esas diferencias, detectables por la cantidad de enzimas presentes, se dan tanto en las células cerebrales como en las de la piel.

Para verificarlo han utilizado antiguas muestras de piel congeladas procedentes de pacientes que habían muerto y cuyas autopsias confirman que la causa era el Alzheimer. Las muestras habían sido tomadas cuando todavía presentaban síntomas iniciales fáciles de confundir con otras demencias o enfermedades neurodegenerativas. Los análisis detectaron variaciones de la relación entre las enzimas ERK1 y ERK2 presentes en la piel y que también estan asociadas a la enfermedad de Alzeimer.
El método ha sido utilizado con éxito en 130 muestras de pacientes fallecidos, una muestra limitada pero significativa. Se espera poder desarrollar una prueba aplicable a paciente vivos en un plazo de cinco años.