Perder las llaves, la billetera o la tarjeta de crédito puede generar muchos inconvenientes en la vida cotidiana. Pero tenerlos y no saber dónde quedaron puede ser desesperante. Esos pequeños olvidos ocurren a diario y no son exclusivos de ningún tipo de raza, religión o grupo etario.
El problema es la memoria. Ya lo decía Napoleón: " Una cabeza sin memoria es como una fortaleza sin guarnición".
Parte del mito de la pérdida cognitiva afirma que con el paso del tiempo es "normal" que la memoria, sobre todo la reciente, se diluya.
Sin embargo, hay otras memorias que parecen resurgir, como los recuerdos de la infancia o datos históricos que se relacionan con conocimientos generales, como el día de la Independencia.

"Si bien cierto grado de dificultades en la memoria reciente es normal, no toda pérdida lo es y muchas veces es una señal para tener en cuenta. Los problemas de memoria empiezan a ser serios cuando afectan la vida diaria de la persona que los sufre y cuando tienden a ser progresivos", señala Teresa Torralva, jefa del área de Neuropsicología y Rehabilitación Cognitiva del Instituto de Neurología cognitiva INECO.
El punto clave, entonces, como en la mayoría de los trastornos de la salud, es hacer prevención. Para aquellas personas que notan que su rendimiento memorístico está bajando, existen espacios para ejercitar las capacidades y evitar un deterioro. Por supuesto, también hay talleres para aquellas personas que han perdido alguna de las memorias y también para los pacientes con Alzheimer.
En el primer caso, el Ineco propone poner en marcha el fitness cerebral. El programa de entrenamiento cognitivo de la institución está dirigido a esas personas que notan pequeños olvidos pero que pueden desarrollar su vida con normalidad. " El cerebro necesita desafío, aprendizaje y cambio. Los talleres y el programa de entrenamiento duran ocho sesiones, pero no sirven si no se generalizan; se debe incorporar las herramientas como habito de vida", señala Torralva.
En cambio, cuando hay un deterioro, la especialista recomienda los talleres; primero se les hace una entrevista inicial y luego se los diagnostica para recomendar el tipo de taller necesario para evitar un mayor déficit de la memoria.

Consejos fáciles para evitar una disminución memoriosa
"Todo lo que es bueno para el corazón es bueno para el cerebro", sintetiza la especialista. Así, una alimentación sana, el mantenimiento de una salud emocional estable y el ejercicio físico son útiles para evitar el deterioro mental. Para realizar en casa hay varios ejercicios sencillos
· Mire una película o lea un libro y explique la trama con sumo detalle a alguien que no la haya visto.
· Intente ir al almacén dejando la lista de productos a comprar en su casa. Cuando vuelva compare la lista con los elementos que compró.
· Haga las cuentas mentalmente en el supermercado y luego compárelas con el resultado que ofrezca la cajera.
· Lave sus dientes con su mano no dominante.
Cuando atiende el teléfono trate de reconocer al que llama antes que se identifique. Luego intente memorizarlo. Al final del día escriba todas las personas que llamaron.