Los mayores con apnea del sueño grave tienen un riesgo dos veces mayor de sufrir ictus
El ictus isquémico es el que mayor riesgo presenta al causar un coágulo de sangre que bloquea el flujo sanguíneo en el cerebro
Pamplona, 5 de agosto de 2006 (Europa Press)
Las personas mayores con apnea del sueño grave tienen un riesgo dos veces mayor de sufrir un ictus isquémico que los mayores que no padecen el trastorno o lo presentan en una forma leve, según un estudio dirigido por el doctor Roberto Muñoz, del Hospital de Navarra en Pamplona, que se publica en la revista 'Stroke: Journal of the American Heart Association'.
"Este estudio proporciona más pruebas de que la apnea del sueño grave representa un factor de riesgo independiente de ictus en la población de mayores", explica Roberto Muñoz.
La apnea del sueño se caracteriza por episodios de respiración interrumpida durante el sueño. Estudios iniciales de ictus y apnea del sueño se centraron en personas de mediana edad, pero la mayor incidencia del ictus es en personas más mayores, señala Muñoz. Se está convirtiendo en un marcador importante de riesgo para el ictus isquémico, que está causado por un coágulo de sangre que bloquea el flujo sanguíneo en una zona del cerebro.
Los investigadores utilizaron datos de 394 personas, de entre 70 y 100 años, que participaban en un proyecto de investigación sobre el sueño en la ciudad de Vitoria. En el estudio se entrevistó a los participantes para recoger información básica como su altura, peso, índice de masa corporal, circunferencia de cuello y fármacos para la hipertensión, diabetes y colesterol. Los investigadores controlaron los patrones de sueño de los pacientes durante la noche en un estudio del sueño.
Los investigadores siguieron las incidencias médicas de los participantes durante seis años, registrando 20 ictus. Los autores descubrieron que las personas que sufrieron un ictus fueron sobre todo varones y tenían más apnea del sueño grave. Los pacientes con este trastorno en su variante grave tuvieron un riesgo hasta dos veces y medio mayor de sufrir un ictus durante el estudio que los pacientes sin apnea o con las formas leve y moderada, explica Muñoz.
Según Muñoz, "la apnea del sueño es entre dos y tres veces más común en los mayores en comparación con las personas de mediana edad. Sin embargo, los síntomas típicos de la apnea, como los ronquidos fuertes o la excesiva somnolencia durante el día, son menos prevalerte en los mayores en comparación con las personas de mediana edad. Deberíamos tener presentes estos síntomas y estar atentos ante la presencia de repetidas pausas en la respiración en los pacientes y familiares".
Los investigadores sugieren que el tratamiento de la apnea debe comenzar si los médicos encuentran una alta tasa de episodios de respiración disminuida o interrupción en ella, particularmente en pacientes con otros factores de riesgo cardiovasculares.
"Roncar es el signo de advertencia más importante en la apnea del sueño", indica Muñoz. "Las personas que viven solas, algo común entre los mayores, deberían ser conscientes de que la somnolencia excesiva durante el día es otro factor de riesgo clave".