Gerontología - Universidad Maimónides

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Un desafío moderno: barajar y dar de nuevo después de los 50

El aumento de la expectativa de vida disparó el fenómeno: gente que se siente igual de activa que siempre y cambia de profesión, desarrolla una vocación postergada o arma las valijas en busca de otro aire.

Juan Pablo Casas
jcasas@clarin.com
27-08-2006

Sara Slipchinsky (59) atiende el celular en pleno supermercado de Toronto, Canadá. Está visitando a su hijo Gustavo. El menor, Javier, vive con ella en Buenos Aires. Después se irá a Nueva York, también de paseo. Sin embargo, lleva en sus bolsos los catálogos de sus últimas obras (fotos, objetos de arte, gráficas) para probar suerte en distintas galerías. Desde hace cinco años desarrolló su vocación como artista: cursos, talleres, seminarios y conferencias le fueron ganando lugar a su trabajo como psicoanalista: "Sólo atiendo mi consultorio, mis pacientes. No más hospitales ni clases en la UBA. Ese tiempo ahora se lo dedico a mi otra carrera".

La pregunta ¿qué querés ser cuando seas grande? ya no tiene sentido hacérsela sólo a los nenes. En los últimos tiempos también se le debe plantear a alguien de 50 años, como Sara. Porque ante la expansión de la longevidad, los especialistas afirman que cada vez son más las personas que "viven una segunda vida". Son los casos de gente que a esa edad cambia de profesión, estudia una segunda carrera con intenciones de ejercerla, desarrolla alguna vocación postergada por las obligaciones laborales o directamente concreta el viejo sueño de escapar de la agobiante rutina de las grandes ciudades y radicarse en los pequeños pueblos trabajando de algo totalmente distinto a lo que hacían.

"En los últimos años aumentó la cantidad de personas que llegan a los 60 ó 65 y se sienten capacitadas para seguir trabajando. O se dan cuenta de que tienen cuerda para más. Esto es, encarar nuevos proyectos o concretar viejas ilusiones en torno a sus trabajos, vocaciones o, incluso, familias", reconoce el médico Noé Vinocur, secretario de la Sociedad Argentina de Gerontología y Geriatría (SAGG). Los especialistas remarcan: el gran desafío de la medicina del siglo XXI es lograr que la longevidad conquistada se disfrute más tiempo lejos del geriátrico u hospitales.

Las estadísticas marcan la expansión del fenómeno. Tic. Tic. Cada dos segundos, una persona en el mundo cumple 50 años. Tac. Tac. Tac. Cada tres segundos una persona cumple 60. Los científicos estiman que en 2050 entre el 20 y el 25% de la población mundial tendrá más de 60 años. La generación del "baby boom" —los nacidos entre 1946 y 1964, precisan los expertos— le marca al planeta una nueva manera de envejecer, muy distinta a la de sus padres y diametralmente opuesta a la de sus abuelos.

Como la de Sara y su relación con el arte. Sus trabajos pueden verse en www.saraslipchinsky.com. "Al principio mis hijos pensaron que era un hobbie, pero cuando expuse y finalmente vendí un par de obras me tomaron en serio", cuenta entre risas. Junto con otros colegas expuso en ArteBA, Expotrastiendas, México, Panamá, Rumania, Austria y Brasil. Y hay puntas para montar muestras en Guatemala y otras partes de América. "Entrar al mundillo del arte me renovó muchísimo. Hay un plus de alegría y entusiasmo en todo lo que hago. Siento que me hace bien: conocer otros ámbitos, personas, ciudades, culturas", resalta Slipchinsky, quien primero fue maestra jardinera, después psicóloga y finalmente psicoanalista experta en niñez y familia.

Mientras en el INDEC siguen marcando los 64 años como el límite de la vida activa de un hombre (¡60 es el de las mujeres!), los especialistas se animan a hablar de una "cuarta edad", aunque no se ponen de acuerdo dónde termina la segunda y empieza la tercera. Y advierten que en la Argentina, por condiciones culturales, sociales y económicas de la región, existe un dispar proceso de envejecimiento.

"El fenómeno también tiene otro costado. La gran tasa de desempleo en la franja de los 45 a 60 años. Pensemos en una persona de esa edad, lúcida, activa, bien físicamente, pero en retiro laboral por el empuje de colegas más jóvenes. ¿Qué hace con todo el tiempo libre que le queda por delante?", se pregunta Vinocur.

Estudiar, por ejemplo. Lo resalta un sondeo hecho por Clarín entre distintas universidades nacionales: en promedio, uno de cada cinco alumnos tiene más de 40 años. En la de San Martín la tasa es del 18%, del 21% en la de Tres de Febrero y trepa al 23% en la de Lanús. Allí, hace un año abrieron el Area de Adulto Mayor, para atender las necesidades de gran parte de sus estudiantes. El fenómeno, aunque en menor medida, también se siente en las privadas. La Universidad de Morón (UM), por caso, tiene casi un 7% de alumnos mayores. En algunas de ellas las cifras de alumnos veteranos se duplican en los posgrados y en los cursos de extensión, una manera de profesionalizar un viejo hobbie.

"Las artes plásticas siempre fueron una vocación para mí. Nunca hice talleres hasta que en 1998, después de quedar viuda, los retomé. Y ahí explotó del todo", dice Slipchinsky, quien no piensa dejar su trabajo en el consultorio: "El psicoanálisis también es una pata importante de mi vida y no lo voy a dejar. Me gusta lo que hago y trataré de seguir hasta que me dé el cuero".

Aunque entienden que representa un fenómeno de clase (de sectores medios a altos), los expertos celebran esta nueva forma de envejecimiento. "Las personas que encaran proyectos a esta edad se muestran más activas y saludables. En realidad, más que envejecer, rejuvenecen. Es mentira que la vida empieza a los 40. A los 50 ó 60 también se puede arrancar", concluye Vinocur.

http://www.clarin.com/diario/2006/08/27/sociedad/s-03815.htm

La mezcla ideal
Sergio Danishewsky
sdanishewsky@clarin.com


Que quedan energías como para empezar de nuevo pasados los 50 es innegable. Lo aseguran los estudiosos y lo ilustran los ejemplos de estas páginas. Pero lo corroboraría de todos modos la percepción y la experiencia personal, con sus indicadores caseros: si nos detenemos a observar cómo juegan nuestros padres con nuestros hijos, por ejemplo. Cómo los viejos van otra vez a la escuela y aprenden de los pibes y de los nuevos métodos. Y, ya sin intermediarios, cómo el tiempo los hace sabios para ser pacientes con la soberbia de sus hijos. La longevidad creciente está alumbrando una combinación inmejorable: la que resulta de mezclar la energía intacta con la experiencia que dan los años. Como para no tener ganas de volver a empezar.

Vivir más y tener plata, la clave del milagro alemán


Andan en bicicleta, chatean en los foros de Internet, organizan caminatas por toda Europa o se inscriben en una universidad. En Alemania, los de más de 50 no sólo se ven y se sienten jóvenes, sino que consumen con avidez nuevas tendencias y servicios.

Tanto es así que hace 15 días se abrió en el oeste del país un instituto terciario exclusivo para los que ya pasaron los 50. El "Centro Europeo para Estudios Universitarios en la Tercera Edad" ofrece un carrera de formación general en el balneario de Bad Meinberg, en Renania-Westfalia. Los estudiantes asisten a clases dos veces por semana y el resto de los días pueden estudiar a distancia o hacer curas de talasoterapia, darse masajes, nadar o descansar en los numerosos hoteles cercanos dedicados a la salud. En 2007 arrancará la carrera de "senior consultant", destinada a que los mayores aprendan a volcar su experiencia laboral y vital a nuevos proyectos empresarios.

La "universidad para ancianos" surgió a partir de la cada vez mayor presencia de jubilados en las universidades. Aunque muchas veces sólo pueden asistir como oyentes, se calcula que unos 20 mil estudiantes alemanes tienen más de 60 años y casi la mitad de ellos tiene incluso más de 70.

"La creciente esperanza de vida y el buen poder adquisitivo de los mayores de 60 hará que jueguen un papel cada vez más importante en nuestra sociedad", explicó Peter Markus, coordinador de una academia de la iglesia protestante, en declaraciones al canal DZF. De ahí que también la industria electrónica quiera captar con nuevos productos a este numeroso y pudiente grupo (los mayores de 60 constituyen el 21% de la población alemana). Los celulares con teclas grandes y vistosas o los sistemas de navegación (GPS) "fáciles de manejar" son sólo algunos ejemplos de productos destinados especialmente a los mayores.

En Internet, además, cada vez hay más páginas y foros para ellos. Por caso, en www.ahano.de pueden buscar un puesto para colaborar ad honorem en un club infantil, cuidar chiquitos como "abuelos postizos", encontrar un compañero sentimental de más de 55 o pedir consejos sobre viajes y salud.