Día de la Solidaridad
El desafío de hacer del servicio un hábito
Tiene fecha propia, pero se construye con millones de pequeños gestos todos los días Se recuerda el nacimiento de la Madre Teresa, un ejemplo de entrega a los demás
Hoy es su día en el calendario. Muchos la recordarán y hablarán de ella. Sin embargo, el acto más valioso de esta fecha son las acciones silenciosas que cada uno pueda hacer por los demás, porque hoy se celebra el Día de la Solidaridad. Pero está claro que ésta se construye todos los días.
Tiene una fuerza transformadora que viaja en dos direcciones: la solidaridad cambia, inexorablemente, la vida de quienes dan y de quienes reciben. En silencio, anónimamente, miles de argentinos brindan cada día un homenaje a la solidaridad.
Ese es el punto: son las actitudes de la vida diaria las que cuentan.
Nada de esfuerzos titánicos, ni de privaciones, ni de donar miles de pesos. Nada de eso. Ser solidario significa considerar al otro, respetarlo y ayudarlo en aquello que necesita. Para eso no hace falta viajar cientos de kilómetros. Basta preguntarse qué necesita el que está a nuestro lado, escucharlo, ponerse en su lugar y ayudarlo.
Alguien solidario es quien está "adherido o asociado a la causa, empresa u opinión de alguien", según el Diccionario de la Real Academia Española. Es que la solidaridad viene en todos los talles.
Escuchar al que tiene un problema; sonreír; dar un abrazo; visitar a un enfermo; manifestar voluntad de donar órganos; pagar los impuestos; dar trabajo a un discapacitado; cuidar el ambiente... Hay tantísimas posibilidades que seguro que cada uno encuentra cómo aportar su granito de arena.
El Día de la Solidaridad es una iniciativa del Foro del Sector Social, y la fecha fue instituida como Día Nacional de la Solidaridad por la Presidencia de la Nación desde 1998. En marzo de 1999, la Legislatura porteña sancionó una ley que también instituyó esta celebración en la ciudad. ¿Por qué hoy? El 26 de agosto fue la fecha elegida por el foro porque es el día del nacimiento de la Madre Teresa de Calcuta, un modelo inconmensurable de servicio y de amor al prójimo.
La lista de acciones posibles es infinita. Siempre que alguien necesite algo, estará la posibilidad de ser solidarios. Simplemente, tenemos que estar atentos.
Por Cynthia Palacios
De la Redacción de LA NACION