Gerontología - Universidad Maimónides

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100 años de lucha contra el Alzheimer

Bajo el lema “100 años de historia de Alzheimer: 1906-2006” se ha celebrado el Día Mundial del Alzheimer junto con el centenario del descubrimiento de esta temible enfermedad, que afecta a más de 25 millones de personas en todo el mundo y a cerca de 800.000 españoles.

Este año se ha querido conmemorar el centenario del descubrimiento de esta enfermedad por parte del neuropatólogo alemán Alois Alzheimer. Así, bajo el lema “100 años de historia: 1906-2006”, el día 21 de septiembre se ha celebrado una nueva edición del Día Mundial del Alzheimer

Con el auspicio de la Alzheimer’s Disease International (ADI), nacida en 1994, y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que instauró este día ahora hace 15 años, el objetivo es de dar a conocer la enfermedad entre la sociedad y difundir información al respecto, además de solicitar el apoyo y la solidaridad de la población en general, de las instituciones y de los organismos oficiales.

La prevalencia real de la Enfermedad de Alzheimer (EA) todavía es desconocida, pero se estima que afecta a más de 25 millones de personas en todo el mundo y a cerca de 800.000 españoles, aunque sólo están diagnosticados 600.000 casos a nivel nacional. Según el informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta dolencia afecta al 5% de los hombres mayores de 60 años y al 6% de las mujeres de la misma edad.

Sin embargo, de seguir la tendencia actual, los expertos advierten que la prevalencia del Alzheimer aumentará en las próximas décadas, debido al envejecimiento de la población. Así, se prevé que en el año 2040 padezcan esta dolencia 80 millones de personas a nivel internacional, “lo que significa más que triplicar su prevalencia”, según advierte el doctor Juan Antonio Martín Jiménez, miembro del grupo de trabajo de Neurología de la Sociedad Española de Medicina General (SEMG).

Actualmente, “aunque existen casos de enfermedad precoz (1-2%), lo habitual es que los síntomas empiecen a manifestarse a partir de los 60-65 años”, explica este experto. No obstante, cabe destacar que la incidencia de esta enfermedad neurológica aumenta con la edad, “duplicándose cada cinco años a partir de los 65”, comenta el representante del grupo de trabajo de Neurología de la SEMG, “de modo que llega a afectar al 40% de los mayores de 85 años y representa del 60% al 80% del conjunto de demencias”.


Cien años de historia
En noviembre de 2006, el psiquiatra alemán Alois Alzheimer presentó en el 37° Encuentro de Psiquiatras del Sureste de Alemania, que tuvo lugar en Tubingen, un estudio que incluía la descripción de una inusual enfermedad cerebral.

En el trabajo, denominado "Una enfermedad característica del córtex cerebral", se recogía el curso clínico de una paciente llamada Auguste D, una mujer de 51 años, que presentaba pérdida de memoria, desorientación, alucinaciones y demencia y que murió con sólo 55 años.

Alois Alzheimer realizó la autopsio de su cerebro, y el estudio del tejido mostró una corteza cerebral atrófica, más estrecha de lo normal y, además, dos anomalías muy llamativas que 100 años después siguen siendo las características principales de la demencia tipo Alzheimer: las placas seniles (acumulaciones extraneuronales de proteína beta amiloide anómala situadas preferentemente en el hipocampo y la corteza cerebral, las regiones relacionadas con la memoria y las funciones cognitivas superiores (como el pensamiento) y los ovillos neurofibrilares (acumulación de péptido tau en el interior de las neuronas).

En un primer momento, y tras la publicación de sus hallazgos, en 1907, la investigación de este psiquiatra alemán no fue bien recibida por sus colegas, y no fue hasta años después cuando se acuñó el término enfermedad de Alzheimer a esta grave patología que nubla la mente del hombre.


Diagnóstico precoz
Así, los expertos definen esta dolencia como un cuadro de deterioro neuronal, donde, además de la memoria, el paciente va perdiendo sus funciones cognitivas de manera progresiva e irreversible y que generalmente se acompaña de alteraciones del comportamiento.

El diagnóstico de la EA se basa en los síntomas clínicos y en la utilización de técnicas de neuroimagen (TAC, RM, PET y SPECT), que visualizan cambios anatómicos y alteraciones de la perfusión y del metabolismo neuronal, “pero aún no existen marcadores específicos de esta dolencia”, remarcan desde la SEMG.

La esperanza de vida desde el diagnóstico, si éste es precoz, suele ser de 10 a 12 años, señala el vicepresidente esta sociedad médica, el doctor Fernando Pérez Escanilla, que también apunta que afecta especialmente a las mujeres, “ocupando el cuarto lugar como causa de muerte entre la población femenina, según el estudio La Salud de Nuestros Pueblos de la SEMG”, realizado a partir de una muestra formada por poblaciones con menos de 10.000 habitantes.

Por ello los expertos centran gran parte de su interés en el desarrollo de herramientas que permitan diagnosticar la dolencia en fase precoz, cuando las funciones cerebrales aún no estén dañadas, e incluso, años antes de que se manifieste la pérdida de memoria.


Un futuro prometedor
En cuanto al tratamiento, tal y como destacan los expertos de la SEMG, hoy por hoy sigue siendo paliativo: fármacos que mejoran los síntomas cognitivos, como los inhibidores de la colinesterasa o la memantina; medicamentos para las alteraciones del comportamiento, tipo antidepresivos, antipsicóticos o hipnóticos; técnicas de estimulación cognitiva, y tratamiento de las complicaciones derivadas del estado del enfermo.

A pesar de ello, desde esta sociedad se divisa un “futuro prometedor”, ya que, en la actualidad “se están investigando técnicas de estudio a nivel molecular y genético que podrían mejorar el diagnóstico precoz del Alzheimer, identificando a pacientes de riesgo”, adelanta el doctor Martín Jiménez. Además, continúa este experto, “la sociedad está asumiendo cada vez más la necesidad de crear instituciones de apoyo a estos pacientes y a sus familiares”.

A este respecto, la comunidad médica española aplaude el impulso a la investigación en esta área que en nuestro país se va a dar con la puesta en marcha de varios centros monográficos dedicados al estudio de la dolencia: el que la Fundación Reina Sofía abrirá a final de año en Madrid, más adelante en Murcia y el Centro Nacional de Alzheimer que se creará en Salamanca.

Asimismo, en cuanto al tratamiento, además de fármacos más eficaces (hay 25 en experimentación, de los que seis están ya en fase clínica), parece que se acerca el momento de poder llegar a “individualizar la prevención mediante el diseño de medicamentos en función del perfil genético de cada enfermo (farmacogenómica)”, vaticina Juan Antonio Martín Jiménez, “a esto se suman distintas investigaciones que buscan una vacuna para esta enfermedad”.


El problema de los cuidadores
Pero en esta enfermedad, no sólo los pacientes necesitan de una especial atención. También es necesario velar por el mantenimiento de una buena calidad de vida de sus cuidadores, ya que esta patología ocasiona una gran dependencia del enfermo, suponiendo una enorme carga para las personas de su entorno, especialmente para el cuidador principal.

De hecho, en España un millones de personas sufren de manera indirecta (como cuidadores) esta patología. “Más del 70% de los enfermos de Alzheimer son cuidados en su domicilio por un familiar (80% mujeres)”, advierten desde la SEMG. “Es fundamental “cuidar al cuidador” y atender sus necesidades, especialmente cuando la situación familiar, económica, de salud personal o de apoyo social no son las adecuadas”.

A este respecto, el doctor Fernando Pérez Escanilla añade que “las características incapacitantes de esta dolencia la convierten en la “enfermedad patrón” a tener en cuenta a la hora de prestar cuidados a otra persona, ya que la manera en que se presten estos servicios tiene mucho que ver con la evolución del proceso clínico de la enfermedad. Así, tanto enfermo como familiares van a necesitar un apoyo para el cual el médico general y de familia, y todo el equipo de Atención Primaria, tiene que estar bien preparado”.

Los centros de día u otras fórmulas alternativas, así como la terapia ocupacional del enfermo, son algunas de las soluciones que la Sociedad Española de Medicina General propone para que no toda la carga del paciente recaiga sobre su cuidador principal, y éste no pase, también, a ser un enfermo.

Fecha de publicación: septiembre 2006
Redacción Saludalia
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