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La fertilidad masculina también es víctima del reloj biológico

Nuevas investigaciones muestran que ésta declina con el paso de losaños

El tiempo es implacable. Y a los hombres les llegó la hora de asumir que, como a las mujeres, un reloj biológico les marca el paso de los años y atenta contra su potencial fértil. Nuevas investigaciones confirman que el tiempo reduce tanto sus posibilidades de procrear como la calidad de sus células sexuales.

La Nacion Salud
Sábado 7 de Octubre de 2006

El último estudio científico que pone en jaque la eterna fertilidad masculina proviene de Estados Unidos y fue publicado en la revista Proceedings of the Nacional Academy of Science. Tras estudiar a 90 hombres sanos de 22 a 80 años, los investigadores hallaron que la movilidad de los espermatozoides se reduce un 0,8% por año.

Otro estudio reveló que los años incrementan el riesgo de sufrir alteraciones cromosómicas que, eventualmente, podrían ser transmitidas o dificultar un embarazo, riesgo que ya estaba demostrado en las mujeres. Y un tercer trabajo, publicado, como el anterior, en la revista Human Reproduction , arroja algo de esperanza: los antioxidantes serían capaces de contrarrestar el efecto del tiempo sobre el número y la calidad de los espermatozoides.

La doctora Brenda Esquenazi, de la Universidad de California en Berkeley, participó en los tres estudios y los sintetiza así: "Los hombres conservan su capacidad reproductora a medida que envejecen, pero con el tiempo pueden ser menos fértiles y reducir sus posibilidades de tener una descendencia saludable".

Hasta hoy, la edad de los hombres no era un factor decisivo a la hora de analizar los que conducían a ese 15% de infertilidad que afecta a las parejas. Sin embargo, un hecho cultural estaría comenzando a modificar estos criterios. "Retrasar la paternidad se está convirtiendo en una tendencia creciente en los países occidentales, especialmente entre los grupos de mayor nivel educativo", sostiene un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Uppsala, en Suecia.

La investigación, publicada en Human Reproduction, halló que los estudiantes universitarios consultados no parecen muy preocupados por el potencial fértil y posponen sus deseos de paternidad para cuando tienen resuelta su situación laboral y económica, sin pensar en el declive de la capacidad reproductiva femenina.

Mónica Lampic, autora principal de la investigación, comentó a LA NACION: "Los participantes masculinos confesaron que querían tener su primero y su último hijo a edades significativamente más tardías que sus pares mujeres y demostraron tener percepciones excesivamente optimistas sobre sus posibilidades de procrear".

Al parecer, el tema es particularmente refractario para la mentalidad masculina, al decir de la doctora Luisa Barón, directora del Instituto de Investigación Médica Psicológica. "La fertilidad masculina sigue siendo culturalmente incuestionable. Para los hombres, la capacidad de fecundar sigue siendo sinónimo de virilidad y, por consiguiente, asocian infertilidad con impotencia." Frente al "factor masculino", como se denomina al diagnóstico de infertilidad que afecta a los hombres, ellos se sienten cuestionados como hombres.

Según un estudio local coordinado por la doctora Barón, las mujeres fértiles de hombres infértiles tienden a esconder esta situación y es habitual que confiesen que preferirían ser ellas las responsables de la imposibilidad de la pareja para procrear, ya que la infertilidad femenina está socialmente más aceptada que la masculina.

"Todos los aspectos que rodean la capacidad reproductiva masculina todavía son tabú", concluyó Barón.

Por Tesy De Biase
Para LA NACION

http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/salud/nota.asp?nota_id=847107