El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Jorge Bergoglio, afirmó ayer que las personas mayores son "lo más añejo y más noble de una sociedad", y sostuvo que "a veces uno tiene pena de que a un tesoro tan grande no se lo cuide mejor".

Bergoglio pidió "que nuestro pueblo los cuide mejor", porque a los mayores "les toca transmitir la sabiduría de la vida, la moral y los principios sobre los cuales se basa una sociedad".

El arzobispo porteño se expresó de este modo durante una homilía que pronunció en la Catedral de Buenos Aires, al oficiar una misa organizada por la Red de Centros de Jubilados y Pensionados de la ciudad de Buenos Aires, con motivo de celebrarse hoy el día de la Medalla Milagrosa, una de las advocaciones de la Virgen María.

Bergoglio, al hablar durante la homilía, comenzó recordando la par bola del Nuevo Testamento en la cual Jesús destacó como "el mayor aporte" a las dos pequeñas monedas de cobre que ofrendó una viuda pobre, "porque que era todo lo que tenía para vivir".

"Para mí que era una jubilada", acotó el prelado en tono irónico, y sostuvo: "parece que en todas partes la cosa siempre fue así".

En la homilía que brindó ante cientos de jubilados, dijo que estaba en desacuerdo con que a los mayores se los llame "clase pasiva", y en cambio dijo que "los que vivieron toda una vida son como el buen vino, pues se han añejando en la experiencia de cada día".

Advirtió luego que "en una sociedad egoísta siempre a los mayores se los trata de tener guardados, porque molestan, están enfermos, no entienden o son anticuados", y "se tiende a que están pasivos, como diciéndoles muchas gracias por los servicios prestados".

Bergoglio admitió que en algunos casos puede ser necesario alojar a un anciano en un geri trico, cuando no tiene familiares que puedan atenderlos, pero afirmó que "muchas veces a los mayores se los guarda por comodidad, como en el verano guardamos el sobretodo en el armario con naftalina en los bolsillos".

"Un pueblo tienen esperanza cuando sabe cuidar los dos extremos de la existencia, a los chicos y a los mayores", aseveró Bergoglio, quien cuncluyó señalando que "chicos sin sabiduría son un fracaso absoluto".