Gerontología - Universidad Maimónides

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Unidos a los 20, se separaron, y a los 87 se casaron otra vez

a_los_87_se_casaron.jpgAhora, contrajeron enlace en un geriátrico de La Plata

En 1940 se habían casado, pero después de 63 años, por distintos problemas, se separaron en 2003lTienen dos hijos y tres nietos Hoy dicen que el amor nunca se extinguió

La Nación
Lunes 6 de Noviembre de 2006

LA PLATA.- En 1940, cuando rondaban los 20 años, después de un noviazgo de tres años y medio, se casaron. Tuvieron dos hijos y tres nietos. En 2003, un problema familiar los separó, pero nunca dejaron de amarse: hace tres días, en un geriátrico de esta ciudad, tras una austera ceremonia, volvieron a casarse.

La historia de Guillermo Quinn, de 87 años, y Teresa Balbo, de 86, es singular y conmueve tanto a quienes conocen a esta pareja como a las personas que no saben quiénes son.

La mayor parte del relato fue contada por él, un hombre verborrágico, alto y de contextura fuerte. Ella, de cuerpo menudo y expresión sonriente, acompañó el relato con gestos elocuentes.

"Vivíamos en el mismo barrio de Berisso. Todos los días, cuando iba a trabajar al frigorífico Swift, pasaba por enfrente de su casa y la veía. Pero ni nos saludábamos, eran sólo miradas. Un día, empezamos a conversar", recordó Guillermo.

"Te decidiste", acotó Teresa en una de sus pocas intervenciones en el diálogo. Mientras estuvieron de novios, sus familias permitieron tres visitas por semana. "Entonces, empecé a ir a la iglesia, para volver caminando con Teresa. Eran seis o siete cuadras en las que podíamos conversar", dijo el hombre.

Cuando Guillermo intentó definir el sentimiento de ambos en aquel momento casi no encontró palabras: "Era un amor una locura de uno por el otro tremendo. Un sueño hermoso", expresó. Teresa cerró sus ojos pequeños y sonrió.

Reencuentro con cautela

El 14 de diciembre de 1940 se casaron. Veinte años después, cuando ya habían tenido a Elizabeth y Guillermo, se mudaron a La Plata. Años más tarde fueron abuelos y la intensidad de su amor nunca declinó.

En 2003, algo ocurrió en la familia que los separó. Ambos evitaron el detalle, pero Guillermo aclaró: "No fue ninguna cuestión de infidelidad ni nada de eso. Sólo un hecho que adquirió demasiada trascendencia".

El estaba seguro de que no podría seguir sus días solo, así que resolvió vivir en un geriátrico. Fueron días aciagos, principalmente hace un año, cuando sufrieron la muerte de su hija.

"Nos seguíamos viendo por cuestiones familiares y trámites, pero no había reconciliación, aunque yo soñaba todas las noches con que ocurriera. A ella no le decía nada para que no se sintiera presionada. Era todo muy correcto, la saludaba con un beso en la mejilla."

Milagro en 2006

Hace un mes "ocurrió el milagro. Teresa vino un viernes, porque quería conocer el geriátrico. Pero volvió el domingo, el lunes y el martes y ahí pensé que esto estaba tomando otro cariz", recordó Guillermo. Aquel martes, los encargados del geriátrico resolvieron mudar a Guillermo a una habitación más grande para que ambos pudieran dialogar más cómodos.

"Cenamos y después ella me dio un beso." Teresa contó que "ya lo había decidido porque no podía seguir así. Bajé una cortina sobre lo pasado y fui a buscarlo". El lunes pasado, en la residencia donde se quedarán a vivir, volvieron a casarse.

Por Ximena Linares Calvo
De la Corresponsalía La Plata

http://www.lanacion.com.ar/informaciongeneral/nota.asp?nota_id=856131