Gerontología - Universidad Maimónides

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Las claves para no tener "baches" de memoria

La memoria es un almacén y administrador de recuerdos que puede demostrar una velocidad sorprendente, pero a veces nos deja en blanco en las situaciones más triviales, como recordar el lugar donde se dejaron las llaves o el nombre de una persona cercana. Unos hábitos saludables y unos sencillos ejercicios son decisivos para conservar una retentiva brillante.

Infobae
Sábado 31 de Marzo de 2007

La calidad de la memoria depende, entre otros factores, de la capacidad de concentración, el nivel de estrés, la alimentación, la edad, la tendencia genética, la calidad del sueño, los hábitos tóxicos y la actividad intelectual.

Aunque la aptitud para retener recuerdos se modifica a partir de los 30 años, cuando comienza un declive de las capacidades intelectuales, y algunas enfermedades neurológicas o degenerativas pueden alterar la memoria, la mayoría de los fallos de la retentiva se deben a problemas que se pueden subsanar, como las presiones del estilo de vida, la falta de gimnasia mental o la incompetencia para recordar.

Los despistes pueden manifestarse como una pérdida de información instantánea, o ''quedarse en blanco'', o como la incapacidad de evocar la información que se busca en el archivo cerebral, es decir ''una laguna''.

Muchas lagunas, como las que se producen cuando no se recuerda dónde se estacionó el coche, se deben a que se ha pensado poco en lo que se hacía, lo que produce que el acto deje una huella muy leve en la mente.

''El estrés influye en las lagunas de memoria porque afecta la capacidad de procesamiento, al impedir que la mente efectúe un análisis más rico para reconstruir una actividad mental determinada'', señala el psicólogo americano Robert Wilson, de Chicago.

En las fallas de memoria también influyen el ritmo de vida que conlleva estrés, depresión, ansiedad y exceso de trabajo, y la falta de actividad física, que causa una menor oxigenación del riego sanguíneo cerebral.

La retentiva también flaquea por el actual bombardeo de datos a que nos vemos sometidos a diario, disipando la atención y haciendo que usemos menos la capacidad de recordar porque desconfiamos de ella, según el neurólogo americano Henri Rubinstein.

Pero los expertos coinciden en que la memoria puede usarse y aprovecharse mejor a cualquier edad, gracias a varias técnicas:

• El sendero imaginario
Establezca un lugar específico para dejar los pequeños objetos cotidianos, como las llaves del coche, lentes, bolsas, carteras o agendas. La comprobada asociación de la memoria con el espacio, también es útil para recordar objetos o conceptos, repartiéndolos imaginariamente a lo largo de un espacio familiar, como la casa, para después recorrer mentalmente ese espacio para recordarlos. También puede ser eficaz visualizar que se camina por un sendero rodeado por las cosas que se quiere memorizar, para después recorrerlo imaginariamente y así evocar esos datos.

• Ejercite las neuronas
Para ejercitar la atención, la concentración y la memoria inmediata, basta con prestar atención a los titulares de cualquier informativo de televisión y tratar de recordarlos al cabo de un cuarto de hora y al final del programa.
Para activar los procesos sensoriales, se recomienda recordar cómo van vestidas las personas de su entorno, observar la publicidad de una revista y después de 15 segundos, evocar el producto, marca, colores y escena, tratar de reconocer la voz de quien habla lo más rápido posible y localizar la procedencia y naturaleza de los ruidos que lo rodean.

• El reto de las listas
Para recordar la lista de la compra, se puede visualizar el cuerpo lleno de alimentos o productos colgados sobre éste; hecha la asociación la primera vez, basta recorrer la anatomía mentalmente para ir evocando, cada elemento y si hace falta, comprarlo. También se puede visualizar cada elemento asociado a situaciones exageradas: echarse un paquete de harina sobre la cabeza hasta quedar blanca, machacarse unos huevos en la frente, colocarse un collar de galletas alrededor del cuello, frotarse ajo en los ojos o comerse un bacalao vivo.

• Ante todo, ¡atención!
Para activar la capacidad de recuperar información son útiles las técnicas que enseñan a elaborar la información y a controlar la atención, ya que muchas veces no se recuerda algo porque mientras se efectuaba se pensaba en otra cosa.

Reflexione sobre qué tipo de cosas se le olvidan, en qué situaciones y en qué pensaba cuando efectuaba esa actividad; puede que no recuerde dónde dejó las llaves porque mientras las dejaba estaba pensando en el partido de fútbol.

• Con nombre y apellido
Para recordar el nombre de una persona en una reunión tome contacto visual en vez de simplemente escucharle, atienda con paciencia en vez de apresurarse a hablar antes de que otro haya terminado su frase, y repita el nombre de la persona varias veces en el curso de la conversación, llamándola por su nombre al dirigirse a ella y haciéndole varias preguntas. También se puede asociar el nombre a un rasgo físico sobresaliente de la persona en cuestión.


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