Los científicos identificaron el primer gen esencial para extender la vida de los animales en dietas de bajas calorías, y piensan que así aumentan las perspectivas de obtener una píldora de la longevidad
Por Dan Vergano USA Today
Infobae.com
En investigaciones previas, la "restricción calórica" extendía la vida, a veces un 40% más larga que el promedio, de criaturas que iban desde ratones hasta lombrices.
Algunos estudios en personas y monos están explorando si las dietas cercanas al hambre, que consisten en un 70% de una dieta considerada normal, ayudaría a vivir más también.
Pero "es difícil mantenerse en esas dietas", dice Andrew Dillin del Salk Institute for Biological Studies en La Jolla, California, cuya investigación genética aparece hoy en Nature.
El descubrimiento del gen, llamado PHA-4, aumenta las esperanzas de descubrir toda la maquinaria genética detrás de las restricciones en las calorías y podría evitarle a las personas pasar hambre a la vez que les permitiría vivir más.
Otros genes fueron asociados a las dietas de bajas calorías y la extensión de la vida en el pasado, pero en el nuevo estudio, el equipo internacional halló que la presencia o ausencia del PHA-4 en lombrices y gusanos era el factor de vida o muerte para determinar si la baja calórica extendía o no sus vidas, más allá de qué ocurriera con otros genes.
Así llaman al PHA-4 el gen "primordial" que subyace en el proceso, que apareció cuando las criaturas con mejores metabolismos si había hambruna sobrevivieron.
Las versiones del gen que han patentado en gusanos fueron halladas en mamíferos también, y el equipo ahora lleva a cabo experimentos en ratones, para ver su efecto.
"Estamos en el borde de uno de los mayores descubrimientos en restricciones calóricas", dice el biólogo del MIT Leonard Guarente, que fue parte del estudio con el PHA-4.
Un número de recientes descubrimientos dispararon el interés científico por prolongar la vida, como el del año pasado de la Harvard Medical School, que decía que el resveratrol del vino tinto tiene propiedades de extender la
vida en ratones.
"Mi sospecha es que el tratamiento no será un sustituto del estilo de vida saludable. Aún precisaremos ir al gimnasio", dice Guarente. "Pero si estás bien de salud, hallaremos algo para hacerte más saludable, y si no, hallaremos algo para ayudar".
En el estudio, el equipo activaba o desactivaba el gen añadiendo compuestos que lo "silenciaban" en la comida del gusano. Si experimentos similares funcionan en ratones, el último paso sería intentar lo mismo con la versión humana del gen, llamado Foxa1.
Quedarse con hambre no es nuevo en la historia humana, dice Dilling, pero en épocas anteriores la gente no tenía antibióticos, cuidados sanitarios ni hospitales, de modo que los beneficios del hambre para la longevidad quedaron escondidos.
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