Lo que en la mujer se denomina menopausia habla de un momento en la vida en que pierde casi el total de sus estrógenos, mientras que el climaterio masculino no está marcado por la pérdida de andrógenos, sino por su disminución.

Ésa es la causa por la que –según explicó Brugo Olmedo a Infobae.com- "no hablamos de andropausia, porque no existe pérdida completa de andrógenos".

El profesional escribió el libro con la colaboración de el endocrinólogo y andrólogo Alberto Nagelberg y el bioquímico Eduardo Mormandi y destacó que "en el hombre, la cantidad de testosterona disminuye a partir de los 50 ó 55 años, mientras que se hace más marcada a los 60-70".

"La disminución de la testosterona se puede expresar de formas distintas", aseguró Brugo Olmedo, quien detalló que en la actividad cerebral es en una de las que se aprecia. Y aseguró: "El hombre suele volverse el típico gruñón, malhumorado y falto de memoria".

Pese a que no pierde los recuerdos, sí olvida los hechos más recientes, además de vivenciar una notable "dificultad para dormir".

Por otra parte, a diferencia de las mujeres, que su menopausia marca el fin de su capacidad de procrear, "el hombre no se convite en estéril" (menos aún con la ayuda de las actuales medicaciones para mejorar la erección).

Además de la cerebral, en la esfera sexual "disminuye el deseo y la capacidad de erección". Y dado que generalmente "el hombre no consulta porque se siente malhumorado" es recién ante la imposibilidad de llevar una activa vida sexual que consulta a un profesional.

Otro de los cambios que pueden aparecer en éste momento de la vida masculina es la "pérdida de masa muscular". Los músculos se transforman en grasa y si bien la panza no tendría mayor importancia que la estética, Brugo Olmedo explicó que "la misma proporción de panza que se observa afuera es grasa visceral dentro, lo cual sí es peligroso".

"El aumento de la grasa visceral puede ´invadir´ al hígado y generar en él lo que se conoce como esteatosis (hígado graso)", remarcó el profesional, quien destacó que "todo este cuadro puede llevar a que el señor desarrolle diabetes y a su vez a un síndrome más grave conocido como síndrome metabólico, gran causa de muerte en los EEUU".

Por síndrome metabólico se denomina a la "asociaicón de grasa visceral, diabetes e hipertensión arterial"; todo junto y producido por por la baja de testosterona.

Dado que –tal como a las mujeres- a ellos "también se le debilitan los huesos", el profesional remarcó que el climaterio masculino es "más que un tema de ´pito´: acarrea complicaciones a nivel cerebral, muscular, óseo y glandular".

Al diagnóstico se arriba tras la medición de testosterona en sangre (no la total, ya que antes de que baje la total lo hacen la libre y la biodisponible).

Así es que si el paciente tiene los síntomas mencionados y testosterona baja habrá que tratarlo (administrarle la hormona, siempre y cuando su próstata esté sana). "Si el hombre tiene cáncer de próstata insipiente, las pocas células enfermas que no evolucionaron acelerarán su proceso y en vez de tardar diez años en desarrollarse lo harán en uno", subrayó el profesional.

Sólo un análisis de PSA (detector de cáncer de próstata precoz), una ecografía y tacto rectal serán necesarios para saber si el paciente está en condiciones de recibir cantidades "extras" de la hormona.

"Los hombres somos más ´elementales´ que las mujeres", confesó el profesional. Ésa es la causa por la que eligió el título de su libro: porque la primera reacción del llamado sexo fuerte ante la advertencia de que "envejecen" es de "desesperación".

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