Cuando el embajador francés en Buenos Aires y sus acompañantes "funcionarios del Centro Cultural Pompidou vieron en mayo en la feria ArteBa cuatro importantes esculturas de Magda Frank, la noticia corrió. "Para nosotros es una de las grandes escultoras francesas contemporáneas, André Malraux le encargó a Magda sus primeros monumentos públicos en la década de 1960. Ella tiene veinte grandes esculturas expuestas en ciudades como París, Grenoble, Orleans, Toulouse y Limoges", dijeron los franceses en Zavaleta Guzmán, el espacio de ArteBa donde se podían ver cuatro obras famosas de Magda Frank: Maternidad (1953), El hombre grande (1952), Progresión geométrica (1960) y Angeles osos (1973). Entonces, entre el público, otros recordaron que hay esculturas de ella en el Museo de Arte Moderno de París y en el Museo Nacional de Bellas Artes de Budapest.

Otros espectadores anotaron los nombres de grandes arquitectos franceses que trabajaron con Magda, como Jean Balladur o Henry Pottier , cuenta Tulio Andreussi Guzmán, director de la Casa Museo Magda Frank ubicada en Vedia 3546, en Saavedra que la artista abrió en Buenos Aires a su regreso al país, en el año 1995. La escultora, que cumplirá 94 años el 20 de julio, prefiere quedarse en silencio en estos días, mientras se repone de una angina. Estamos trabajando para reabrir la Casa Museo Magda Frank a fin de año, para la celebración de la Noche de los Museos, también hay posibilidades de exponer en museos franceses y en el Instituto Valenciano de Arte Moderno, en España , asegura Andreussi Guzmán. Claro que para concretar estas exposiciones se necesitan patrocinadores, porque es costoso trasladar y catalogar esculturas de hasta tres metros de altura en algunos casos hechas en piedra caliza, bronce, cemento, yeso o madera. Mientras tanto, ya funciona una página Web (www.magdafrank.com) donde el escritor Héctor Tizón cuenta la vida de esta artista plástica y, ante sus obras, dice que el arte es una exageración, una inexactitud, es una verdad demasiado verdadera.

Ella, que nació el 20 de julio de 1914 en la Transilvania húngara en Kolozvar, ciudad que hoy se llama Cluj ha dicho hace tiempo: El origen de mis esculturas es muy lejano, se remonta a las civilizaciones que me precedieron, a mis colegas de milenios atrás. Sus tallados en piedra son testimonio de una época que yo trato de captar, a la cual intento agregarle lo mío, para transmitirla a quienes vengan después de mí . Los críticos de arte europeos han definido sus esculturas como un intento muy personal de unir el cubismo geométrico y la tendencia a la abstracción típica de las vanguardias europeas hacia 1930, la época en que Magda Frank se formó, primero en Budapest y luego en París con el arte precolombino, aquella herencia azteca, maya, incaica, que ella descubrió durante sus años argentinos vivió en Buenos Aires entre 1951 y 1960 para perfeccionar luego ese deslumbramiento con estudios en París, en el Museo del Hombre y en el Louvre. Está claro que el arte de Magda Frank nace del dolor: ella perdió a toda su familia salvo un hermano, refugiado en Buenos Aires durante el Holocausto, en la Segunda Guerra Mundial. Cuando terminó su primera gran escultura en 1964, en Portoroz, Yugoslavia escribió sobre la piedra: espíritu de la tierra, guarda el recuerdo de mi hermano Bela, torturado a muerte por los nazis . También ha dicho, cada vida es una tragedia, a mí no me han sido ahorrados los sufrimientos de la guerra ni las privaciones de la emigración. He padecido la suerte trágica de mi familia. Mi escultura El hombre grande refleja mi alma. Cada parte, como el conjunto, expresa una desesperación infinita. No inspira ternura: acusa, sacude al espectador. Mirando el cielo, pregunta por qué tenemos que sufrir tanto Pero quien pregunta, todavía espera .

http://www.clarin.com/diario/2008/06/25/sociedad/s-01701348.htm