El común de la gente piensa que cuando uno supera la barrera de los setenta años tiene que olvidarse del sexo y debe vivir los últimos años de su vida tratando de compartir otros placeres con su pareja. Pero una reciente encuesta hecha en los Estados Unidos arroja por tierra estas creencias y saca a la luz resultados que sorprendieron a más de un estudioso del tema.
Metro Noticias de Tamaulipas
La investigación fue realizada por reconocidos científicos y publicada en el New England Journal of Medicine, y termina con la idea de que la búsqueda de placer físico solamente es patrimonio de los jóvenes. Para este estudio, investigadores del Proyecto nacional de vida social, salud y envejecimiento (NSHAP) de la Universidad de Chicago entrevistaron en sus hogares a 3,005 adultos estadounidenses (1,550 mujeres y 1,455 hombres).
Se trata de la primera encuesta nacional completa de actitudes, conductas y problemas sexuales de los adultos estadounidenses mayores de 57 años encuentra que muchos tienen relaciones sexuales con frecuencia. De hecho, la frecuencia de la actividad sexual disminuyó sólo ligeramente entre el final de la cincuentena y el comienzo de la setenta.
“Esto es de suma importancia y esperamos que este estudio histórico haga que la comunicad médica y la sociedad se enfoquen en ello con menos tabú. Es un gran comienzo”, afirmó la Dra. Barbara Paris, directora de geriatría del Centro médico Maimonides de la ciudad de Nueva York. “Para la mayoría de las personas, escuchar que la gente tiene relaciones sexuales después de los 70 es algo sorprendente”, señaló.
Algunos de los resultados que se conocieron revelan otra realidad a la hora de hacer el amor, en adultos mayores. Más de la mitad de las personas del grupo de mayor edad, entre los 75 y los 85, que se encontraban sexualmente activos informó tener relaciones sexuales al menos dos o tres veces al mes, mientras que el 23 por ciento informó tener relaciones sexuales al menos una vez a la semana.
Se observó además que la disminución del deseo sexual y de las relaciones obedecía más a los problemas de salud o la falta de un compañero, especialmente en el caso de las mujeres.
“Esto nos da, por primera vez, los datos más completos y nacionalmente representativos de la sexualidad de los hombres y las mujeres, y realiza una contribución particular en cuanto al conocimiento de la sexualidad de las mujeres mayores”, afirmó la Dra. Stacy Tesser Lindau, autora principal del estudio y profesora asistente de ginecoobstetricia y de geriatría de la Universidad de Chicago.
Por su parte el investigador Edward Laumann, de la Universidad de Chicago asegura que “la mayor parte de la gente piensa que uno deja de hacerlo a cierta edad, pero esto no es así”.
El estudio señala también que la prevalencia de la actividad sexual sí disminuye con la edad, pues el 73 por ciento de los encuestados entre los 57 y los 64 informó sobre actividad sexual, el 53 por ciento de los que tenían entre 65 y 74, y el 26 por ciento de los que tenían entre 75 y 85.
Era menos probable que las mujeres fueran sexualmente activas a que lo sufran los hombres en los grupos de edad. Más de las tres cuartas partes (el 78 por ciento) de los hombres entre los 75 y 85 tenían cónyuge u otra relación íntima, mientras que sólo 40 por ciento de las mujeres de ese grupo de edad tenía pareja.
También era más probable que las mujeres calificaran el sexo como “algo sin importancia” (el 35 por ciento de las mujeres frente al 13 por ciento de los hombres).
“Parecen existir algunas disparidades entre los sexos”, apuntó Lindau. “Los hombres en general son más propensos a tener parejas a una edad avanzada y son más propensos a ser sexualmente activos con sus parejas”.
También un dato importante para tener en cuenta y que se refleja en la investigación es que la mitad de los hombres y las mujeres que eran sexualmente activos informó sobre problemas sexuales. El más prevalente entre las mujeres era poco deseo (experimentado por el 43 por ciento de las encuestadas ), resequedad vaginal (el 39 por ciento) e incapacidad para llegar al orgasmo (el 34 por ciento). El problema más comúnmente reportado por los hombres fue la disfunción eréctil (el 37 por ciento).
El 14 por ciento de los hombres informó que usaba medicamentos o complementos para ayudar a mejorar su función sexual.
Manos de abuelosLa salud, más que la edad, tendió a afectar las vidas sexuales de las personas. Los hombres y las mujeres que afirmaban que su salud era mala eran menos propensos a ser sexualmente activos.
“La edad avanzada es realmente diferente para hombres y mujeres”, añadió Linda Waite, autora principal del artículo y Profesora Lucy Flower de sociología urbana de la Universidad de Chicago. “Los hombres tienden a estar casados hasta la muerte y las mujeres tienden a pasar sus últimos años como viudas”. Además, los hombres tienden a tener parejas más jóvenes y las mujeres parejas más viejas, lo que se traduce en menos oportunidades de intimidad sexual para las mujeres.
“La gran mayoría afirmó que el coito vaginal siempre es parte de la conducta sexual, lo que disminuye ligeramente a medida que las personas envejecen, con más caricias y besos como la actividad primaria”, explicó Waite.
Los resultados de este estudio, sin dudas, abre nuevas perspectivas y esperanzas en el espectro sexual de los que atraviesan la tercera edad y demuestra que en todos los momentos de la vida el sexo y el amor están íntimamente ligados.
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